Mónica Chao, presidenta de Women Action Sustainability: “La resiliencia empresarial pasa por dar a la sostenibilidad el peso que merece”

Mónica Chao atesora más de 20 años de trayectoria centrada en la implementación de políticas sostenibles en grandes corporaciones como NH y Mapfre. Espoleada por su ánimo de hacer extensivas estas buenas prácticas a otras firmas, ha logrado concitar el apoyo de más de 40 directivas en torno a Women Action Sustainability

Junto a otras ocho altas directivas españolas, Mónica Chao fundó la asociación Women Action Sustainability (WAS) el pasado 2 de marzo, apenas una semana antes de que fuera decretado el estado de alarma. La crisis desatada por el coronavirus ha precipitado la toma de conciencia social y empresarial respecto a la importancia de la sostenibilidad y, con toda seguridad, modificará nuestros hábitos de vida. También se presenta como una oportunidad para consolidar el compromiso verde de las empresas: la apuesta por la digitalización, la resiliencia y el desarrollo de iniciativas respetuosas con el planeta. A través de WAS, Mónica Chao y el resto de socias fundadoras pretenden trabajar para la consolidación de estas políticas empresariales evitando que esta revolución sea puntual y quede abocada a su desaparición cuando regrese la normalidad.

A raíz de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus, la sociedad ha tomado súbitamente conciencia de la importancia que tiene el respeto al medio ambiente en todos los ámbitos de la vida. ¿Está facilitando la pandemia el impulso de una sociedad más sostenible?

Las personas, en general, vivimos muy desconectadas de cuestiones básicas. El confinamiento ha despertado conciencias sobre la importancia que tiene el medio ambiente a nivel global, la calidad del aire, el poder salir a pasear, el contacto con nuestras mascotas o con nuestras plantas plantas. No podemos vivir de espaldas a la naturaleza. En muchas ocasiones se nos olvida que somos parte de un ecosistema y que tenemos que estar en armonía con el resto de elementos. Que necesitamos que haya aire limpio, agua, alimentos... Se nos olvida que todos estamos interconectados, y que tenemos que cuidar de todas las piezas para que el engranaje funcione.

La prioridad es la vida y sin un ambiente sano no hay vida. Podemos hacerlo y es compatible con la riqueza económica y el bienestar de las personas, pero el proceso tiene que estar integrado en todos los sectores económicos y empresariales.

La Unión Europea está fomentando políticas contra el cambio climático y recientemente ha presentado su ‘Green Deal’. ¿Cómo valora estas acciones relacionadas con el medio ambiente?

La crisis sanitaria ha sido la confirmación de que el Green Deal es la senda a seguir. El hecho de que se haya aprobado una taxonomía sostenible para el sector financiero es clave para esta recuperación, porque va a canalizar los recursos financieros para primar actividades que impulsen la economía sostenible y limiten el desarrollo de acciones que crean daño ambiental.

¿Qué opina de otro tipo de iniciativas nacionales como, por ejemplo, el anteproyecto de Ley de Residuos?

En la agenda del Gobierno había proyectos que no se han detenido a pesar del coronavirus. El anteproyecto de Ley de Residuos no ha sido algo aislado, es complementario y necesario para llevar a cabo la Estrategia de Economía Circular y ambas, a su vez, necesarias para el cumplimiento del Plan Nacional de Cambio Climático.

Es bueno que se aprueben normativas que fomenten cambios estructurales en la economía y que las señales que establecen estas normas permanezcan en el tiempo. Ahora debemos confiar en que la recuperación económica se active en línea con los objetivos medioambientales y sociales.

Soy consciente de que es un momento difícil para hablar de acuerdos, pero sería muy beneficioso que se creara un pacto político para que estos cambios perduren en el tiempo y permitan reactivar la economía con medidas relacionadas con la sostenibilidad.

Lleva años vinculada al ámbito de la sostenibilidad y a lo largo de su carrera profesional ha trabajado para grandes corporaciones multinacionales como Mapfre, NH Hoteles o PwC. ¿Cómo cree que es actualmente la relación de las empresas con el medio ambiente?

Es cierto que últimamente hay mucho más interés por parte del sector empresarial en todo lo relacionado con el medio ambiente y la sostenibilidad, pero todavía queda mucho por hacer. Nosotras sugerimos que las áreas de sostenibilidad formen parte de la estrategia de la compañía y que también se las debe dotar de los recursos necesarios para desarrollar aquellos proyectos que aportan valor a la empresa.

Todas las nuevas tendencias están relacionadas con la sostenibilidad y las compañías pueden apoyarse en ella aprovechando los recursos y el talento de estas áreas.

La sostenibilidad no es una maría que se pueda llevar a cabo sin personal, ni recursos. Es el momento de darle el peso que merece como base para que las compañías sean resilientes y puedan adaptarse a las condiciones de futuro.

Afirma que la sostenibilidad no logra formar parte, al menos con la intensidad que debería, de las agendas de los consejos directivos de las empresas. ¿Cómo procura Women Action Sustainability revertir esta realidad?

Nuestra intención es poner en marcha diferentes líneas de trabajo y crear un consejo asesor integrado por los máximos responsables de empresas de primer nivel para ayudarnos y orientarnos en nuestra misión.

También tenemos previsto realizar un estudio sobre la función de la sostenibilidad en los consejos de administración y comités de dirección y queremos fomentar la colaboración con las escuelas de negocios. Es inconcebible que un directivo termine una formación de alto nivel y nunca haya oído hablar de sostenibilidad, pero pasa. En este sentido, queremos trabajar para mejorar las capacidades y habilidades directivas de las socias de WAS y que sean ellas quienes actúen como motor de cambio en sus propias organizaciones.

Según su experiencia, ¿considera que el desapego al medioambiente es un mal trasversal a cualquier sector o se circunscribe a actividades concretas?

Algunos sectores, como el energético, las utilities o el consumo, han sido más proactivos, pero la nueva normativa está transmitiendo las señales adecuadas y fomentando buenas prácticas en ámbitos como el financiero o el inmobiliario.

¿Están percibiendo una respuesta positiva por parte de las empresas a las que se dirigen?

Estamos profundamente agradecidas por la acogida del proyecto. Hemos recibido cantidad de peticiones de personas y empresas que quieren sumarse. Tratamos de ir dando respuesta a las propuestas en la medida de nuestras posibilidades para que todo el que quiera colaborar pueda hacerlo.

El manifiesto publicado por la asociación establece, entre otras cosas, que hay que reinventar la economía y el empleo. Son cambios de calado... ¿Cree que esos objetivos pueden convertirse en realidades?

Pueden, pero requieren una transformación profunda y a diferentes velocidades. A corto plazo los cambios pueden venir impulsados por las pautas que marca la taxonomía sostenible y la alineación de los fondos procedentes de la Unión Europea junto con el Green Deal. Otra posibilidad es que el sistema fiscal incentive medidas relacionadas con la economía verde. Por otro lado, están los cambios estructurales, que no se pueden abordar de forma rápida porque son muy complejos y requieren reflexión por parte de las grandes instituciones.

Es incuestionable que en este momento lo más importante es salvar empresas y empleo, pero confío en que esta crisis sirva para hacernos reflexionar sobre el modelo económico y la gobernanza.

El documento también plantea reinventar el territorio, configurando ciudades más habitables e impulsando el mundo rural. La recién reelegida alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quiere transformar la capital de Francia y convertirla en un entorno más amigable para el ciudadano, ¿ve posible una iniciativa similar en Madrid o Barcelona?

El urbanismo ha estado condicionado por el concepto de ciudad de los años 60 que era muy diferente, pero incluso entonces ya se planteaban propuestas que contemplaban entornos más amigables y próximos.

Hoy, esas propuestas están más en boga que nunca y creo que es crucial rescatar la figura del urbanista y paisajista para conseguir ciudades centradas en las personas que pongan en valor las relaciones humanas.

París es un modelo a seguir por capitales grandes como Madrid, pero también las localidades más pequeñas tiene ahora una gran oportunidad para convertirse en lugares más habitables.

Tenemos que trabajar todos, desde la empresa privada, la administración pública, los medios de comunicación, el arte o la ciencia para que el movimiento pueda generar un cambio.

Todas las integrantes de Women Action Sustainability son mujeres. La conciencia y responsabilidad medioambiental, ¿debe escribirse en femenino?

No somos una organización feminista, pero sí creemos que es el momento de apostar por el talento femenino.

Hasta ahora, la mayor parte de los puestos de responsabilidad, tanto en el ámbito público como en el privado, han estado ostentados por hombres. Hacen falta más mujeres en altos niveles de dirección con valores ligados al diálogo, a la empatía, a la generosidad y al consenso.

Estamos en un mundo que ha sido liderado por los egos, pero cada vez hay más presencia femenina en la gobernanza y quiero pensar que esto nos ayudará a salir de la crisis a través de la alianza y el acuerdo.

Esta pandemia nos ha enseñado que el liderazgo femenino y sus cualidades puede ser más resilientesy conducir a las personas al cambio. Creemos que es el momento de que se valoren las cualidades femeninas dentro de las organizaciones, y nos gustaría contribuir a dar ese impulso.

Pensando en el futuro y en la esperada recuperación de la normalidad y el final de la pandemia, ¿qué le gustaría contarme si volviéramos a hablar dentro de 10 años?

Me imagino un mundo en el que las empresas se preocupen verdaderamente del medio ambiente y la sostenibilidad y que cuente con normativas nos lleven a vivir de forma diferente.

Me gustaría pensar que WAS ha sido impulsora de ese cambio y que en el futuro actúa como guardiana de este nuevo modelo.

Nuestro propósito es conseguir que la sostenibilidad esté al máximo nivel de decisión y contar para ello con el talento femenino. En este sentido, me gustaría que todos los comités de dirección contasen con una persona con formación y experiencia en sostenibilidad encargada de asesorar sobre las estrategias empresariales, y que en los consejos de administración hubiese un consejero encargado de estos asuntos y responsabilizarse de ellos.

También me gustaría que las carreras profesionales de las mujeres que formamos WAS evolucionasen para poder ocupar esos puestos y así poder crear la realidad que queremos ver.