Héctor Ara sanz, empresario e impulsor del Rural Innovation Hub La Vera–Campo Arañuelo: “Extremadura ofrece grandes posibilidades para cultivar plantas medicinales”

Héctor Ara se define como un “emprendedor compulsivo”. Fundador de la farmacéutica SuanFarma ha recorrido medio mundo en busca de proyectos a los que poner en valor. Ahora, recala en el ‘agro’ para impulsar el cultivo de plantas medicinales en la zona de La Vera. “Tenemos asegurado el acceso al mercado”, afirma.

Héctor Ara contagia su pasión cuando habla de su último proyecto. Esta vez no se trata de fundar compañías en busca del éxito o la rentabilidad o de invertir en empresas a través del capital riesgo, sino de una iniciativa sin ánimo de lucro: la creación del Rural Innovation Hub La Vera-Campo Arañuelo para desarrollar en estas dos comarcas plantas medicinales como alternativa a un cultivo en declive como el tabaco. Una iniciativa con el respaldo de cuatro importantes empresas del sector de la salud natural, compañías agrícolas, tecnológicas y entidades financieras como Santander Agro y que tiene además un marcado acento social: capacitar a jóvenes desempleados e inmigrantes en tareas agrícolas y repoblar el mundo rural.

¿Como nace la iniciativa de este hub?

Surge de la unión de Fundación Arraigo, que creamos mi hermano Carlos y yo hace siete años para impulsar la formación e integración de la población inmigrante. Establecimos contacto con la Fundación Tomillo Tiétar, dedicada a la formación de jóvenes desempleados en labores del campo en una finca que tiene en La Vera. Vimos que ambas piezas tenían encaje y podíamos ayudar a cubrir la demanda de empleo en tareas agrícolas y a repoblar el mundo rural. A la vez, conocimos un Rural Innovation Hub en Carmona, una experiencia muy interesante de dos compañías proveedoras de productos agrícolas que aunque eran competidoras se habían asociado. Habían identificado 1.600 especies de olivo y organizado una zona experimental con algunas para buscar nuevas oportunidades para este cultivo. Vimos que era un modelo muy interesante y no lucrativo de organizar en torno a esta finca un hub como centro de encuentro para cursos de formación, intercambiar conocimiento, exponer los avances tecnológicos y desarrollar nuevos proyectos. Eso es lo que queremos replicar en La Vera y Campo Arañuelo.

¿Y por qué las plantas medicinales?

En La Vera hay dos producciones seculares: el célebre pimentón, que está estancado porque aporta un 10-15% de la producción agraria cuando antes era mucho más, y el tabaco, un cultivo que está en declive y tiene una mala imagen social. Nuestra familia mantiene una posición relevante en una compañía que se llama Plameca (Plantas Medicinales y Complementos Alimenticios). Y se nos encendió la bombilla. Plameca tiene el mayor catálogo de plantas medicinales que hay en España, más de 400, algunas muy difíciles de conseguir. Nosotros no sabemos mucho de cultivar plantas medicinales, pero sí de la preparación y tratamiento de las mismas para su aplicación en productos nutricionales, así como en remedios terapéuticos naturales. Por lo tanto, tenemos la capacidad de transferir al mercado todo el conocimiento que seamos capaces de generar en el Hub.

¿Son entonces una alternativa al tabaco?

En La Vera hay un clima excepcional con casi 300 días de sol y agua al año. El tabaco, aunque ha sido rentable para la zona, sufre una fuerte reducción de la demanda y solo tiene aseguradas las ayudas de la PAC dos años más. Hablamos de complementariedad mientras el tabaco siga siendo rentable, pero creemos que también ayudamos al campo extremeño si le vamos dando alternativas.

¿Ya tienen elegidas las especies?

Cuatro de los socios fundadores tienen una posición muy relevante en el mercado internacional de las plantas medicinales, por lo que hemos seleccionado las más escasas y por tanto las de mayor valor porque por las condiciones agronómicas de la zona presumimos que muchas se van a dar bien. Pero hay que ir acumulando un conocimiento que hoy aún no tenemos, debemos acceder a bases de datos de compañías especializadas o cuáles son las compañías de cultivos ya especializadas en proporcionar semillas o esquejes o cuáles son las especies que dan mejor rendimiento. Hay mucho que experimentar. No debe ser una simple apuesta por ver cuáles de ellas se dan mejor en la zona, sino que habrá mucho trabajo previo de selección de semillas y esquejes, así como para determinar las condiciones de cultivo más idóneas.

Desde el punto de vista del empleo, ¿qué puede aportar esta iniciativa?

En el campo falta mano de obra fundamentalmente porque son trabajos temporales. Cuando empezamos con el proyecto identificamos toda la cadena de valor de las plantas medicinales con la idea no solo de formar en el cultivo, cuidado y recolección, sino también en la clasificación, el análisis o la logística de manera que se puedan crear empleos indefinidos.

¿Como pueden las nuevas tecnologías mejorar este proyecto?

Contamos con dos partners tecnológicos en agricultura de precisión. Estamos interpretando las labores del campo de manera muy innovadora. En el sector agrario hay mucha sabiduría, bolsas de experiencias acumulada a lo largo del tiempo en manos de agricultores sabios veteranos que es muy difícil de transmitir. En mi experiencia en la industria farmacéutica, los procedimientos escritos, llamados procedimientos normalizados de trabajo, establecen paso por paso todo lo que tienes que hacer para que la producción sea consistente. Queremos llevar estos procedimientos con rigor a los cuadernos de cultivo y emplear el big data a fin de optimizar tanto la producción como la calidad. Sabemos que con todo lo anterior incrementaremos productividades, contribuiremos a que las explotaciones sean más ecológicas, de forma que se puedan valorizar más los productos y con ello retribuir mejor la dura labor del campo.

Hablaba antes de repoblar el mundo rural...

El mundo del tabaco nos da además una oportunidad maravillosa, pues las plantaciones exigen secaderos. Uno de los planes es convertir los que se vayan dejando de utilizar -muchos ya han sido abandonados- en viviendas para los trabajadores del campo. De este modo, y resolviendo el problema de la vivienda, podremos ayudar a repoblar pueblos abandonados con un tipo de viviendas sociales en las que ya tienes la obra civil y que solo se deben acondicionar. Es un proyecto de muchas caras que hay que trabajar con tino y con intensidad.

No podemos olvidar el contexto de sequía. ¿Qué necesidades de riego tienen estas plantas medicinales?

Depende. En general las plantas medicinales crecen silvestres y no son especialmente demandantes de agua. Pero queremos optimizar su cultivo. La región cuenta con el centro tecnológico Cicytex, con un gran conocimiento de las condiciones de adaptación de plantas medicinales al campo extremeño en particular. Hemos hecho un acuerdo con ellos, nos han abierto las puertas porque son conscientes de que su problema de acceso al mercado podemos paliarlo de forma relevante. En algunas especies que teníamos en el punto de mira nos han transferido ya experimentación muy valiosa y vamos a aprovecharla.

¿Habrá espacio para las ‘startups’ en el ‘hub’?

Claro. De hecho, de esa misma finca salió un proyecto de un emprendedor y la stevia extremeña ya se exporta a Alemania y Estados Unidos. Sabemos que va a haber oportunidades similares. Trabajamos con el concepto denominación de origen para que, si todo sale como tenemos previsto, dentro de unos años podamos hablar de plantas medicinales de La Vera, aprovechando así ese marchamo de calidad que tiene el pimentón.

¿Qué superficie se podría alcanzar?

Hemos puesto en marcha un inventario de fincas y vamos a organizar jornadas para explicar a sus propietarios lo que estamos haciendo. Estamos ya probando con las primeras plantaciones. En el hub hay cuatro socios del mundo de las plantas medicinales, algo que consideramos clave: Plameca, Natac, Nutrioriginal y Monteloeder. Eso permite que tengamos ya el acceso al mercado asegurado a través de ellos. En nuestro proyecto será crucial que podamos rápidamente transferir el conocimiento generado experimentalmente a grandes fincas, de modo que se acometa la rápida extensivización de los cultivos de éxito.