¿Cuánto aceite de oliva consumen los jóvenes y por qué?

En total se consumen aceites de oliva en los 198 países que componen el planeta, de los cuales, 66 ya producen aceite de oliva. No obstante, el primer grupo se descompone del siguiente modo, como segmentación de consumo de aceites de oliva: en primer lugar, los países grandes productores y consumidores de aceites de oliva. Es el grupo que incluye a naciones como España, Italia, Grecia, etc., estados cuyo consumidor está familiarizado con el producto, pero su nivel de fidelidad es bajo ante un cambio en la tendencia de precios. De forma per cápita consumen del orden de 6 kg por persona y año. Por otro lado, tenemos las naciones que ya son productoras, pequeños pero grandes consumidores en valor absoluto. Se trata de un consumidor más sofisticado, con un menor riesgo de cambio de preferencia hacia productos sustitutivos. Este grupo lo encabezan Estados Unidos, Brasil, etc., con un consumo medio por año de unos 750 gramos, casi siete veces menor que el grupo anterior.

El tercer segmento de países hasta llegar a los 198 es el de los nulos, o mínimos productores y medios consumidores, como es el caso de Alemania, Rusia, Canadá, o Reino Unido, con consumidores no solo sofisticados, también formados en materia del producto, procedencia, categorías, etc. Su consumo per cápita es de 270 gramos. Por cierto, el consumo medio per cápita mundial es de 420 gramos por persona y año.

En una situación de tensión de precios en origen como es la actual, el consumo del primer grupo es mucho más volátil, comparativamente con los dos grupos posteriores.

Si se define el grupo de jóvenes como todos aquellos ciudadanos del planeta cuya edad es igual o inferior a 34 años, en este caso, suponen en total el 55% de los habitantes de la Tierra, es decir, casi 4.500 millones de personas, y mientras el consumo per cápita de todo el planeta es de 420 gramos, el de este segmento que supera el 50% de la población total es de 103 gramos; es decir, más de 4 veces menos que el del resto de la población. Si nos atenemos a los grupos de países antes descritos, para el primer grupo, de forma per cápita consumen algo más de dos kilogramos. Por tanto, un tercio de la media global del segmento, en el segundo caso 180 gramos, o lo que es lo mismo, más de 4 veces menos que la media global de la referencia, y en el caso del último grupo, 60 gramos, es decir, casi 5 veces menos que el consumo per cápita de la categoría. Por lo tanto, podríamos poner de manifiesto que los jóvenes de hasta 34 años consumen entre 4 y 5 veces menos aceites de oliva que la media demandada por la población total. También se pone de manifiesto que los aceites de oliva son un producto de consumo por familiaridad y cercanía, pues el consumo en jóvenes es muy superior en los países que lo producen, si lo comparamos con los que solo consumen, o producen menos o de forma puntual.

No obstante, ¿Cuáles son las razones que llevan a los jóvenes a consumir un menor porcentaje de aceites de oliva que el resto de los segmentos?

En primer lugar, uno de los vectores fundamentales de potenciación de consumo de aceites de oliva, como es la salud, no es un atributo esencial apreciado por este segmento, simplemente por que gozan de un estado, de forma general, saludable especialmente satisfactorio, dejando de ser el más prioritario, por tanto.

Otro factor, es que los jóvenes, al menos 15 veces por semana de media, comen fuera de casa, teniendo en cuenta, fundamentalmente, que lo hacen en Burger King, McDonald’s, Telepizza, KFC y Shawarma. El resto de veces lo hacen dentro de casa, con una particularidad, y es que comen en el hogar, pero comida elaborada fuera del hogar, bien sea procedente de la procesada por la industria alimentaria, y de la misma naturaleza, es decir comida precocinada, o preelaborada, o, por otro lado, elaborada en restaurantes, pero adquirida mediante las apps delivery, Glovo o Uber Eats, entre otras. Por lo tanto, no existe una relación directa entre jóvenes y alimentación con aceite de oliva, salvo cuando cocinan padre o madre consumidores de aceites de oliva, y estos comen dentro del hogar.

Otra de las razones es que, por ejemplo, un ámbito que en otros segmentos es demandado de forma mayoritaria contando como ingrediente con aceites de oliva -las ensaladas, en este caso, en más del 70%-, las categorías más ofertadas, como es el caso de la ensalada Cesar, o la California, entre otras, no están elaboradas con aceites de oliva, y acompañan un aliño preparado distinto, es decir, que una ensalada preparada sea elaborada con aceites de oliva es una excepción, en lugar de una regla habitual.

Esta falta de atención que tanto los jóvenes sienten por los aceites de oliva, como la miopía del sector de elaboración de aceites de oliva hacia los jóvenes, pone en peligro, no solo, la generación actual de consumidores -los jóvenes actuales-, sino los futuros, pues estos son los que están en edad de educar a los potenciales consumidores futuros. Son por tanto al menos dos generaciones.

Por lo tanto, es fundamental, llevar a cabo medidas promocionales encaminadas a este segmento poblacional, a las fuentes de alimentación de las cuales se nutren fuera de casa (restauración), y a aquellas que los proveen en el hogar (industria alimentaria de transformación y distribución). De otro modo, cada vez se pospondrá más el segmento mayoritario de consumo de aceites de oliva, que en la actualidad comienza a los 49 años de media, perdiendo de este modo potenciales demandantes.