Las peticiones del campo para la Presidencia española de la UE

En plena ola inflacionista de los alimentos y con problemas de abastecimiento por la sequía, el sector agrario pide a Pedro Sánchez que defienda un modelo agrario que garantice la soberanía alimentaria de Europa y la rentabilidad del sector, amenazadas por las exigencias medioambientales.

Organizaciones agrarias y cooperativas coinciden en reclamar que la agricultura y la ganadería sean una prioridad durante la presidencia española de la Unión Europea en el segundo semestre del año. Por ello piden al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que impulse el debate para establecer un modelo de producción que garantice la soberanía alimentaria ante la presión a los productores de la política medioambiental y comercial diseñada por la UE y el impacto en los costes crecientes por la guerra de Ucrania. “Que no den por descontada la producción de alimentos”, advierten ante una rentabilidad que provoca el éxodo de la actividad.

El presidente de Asaja, Pedro Barato, pide “una reflexión profunda sobre lo que está ocurriendo. Aquí las restricciones a la producción y que las cosas valgan más baratas se ha acabado, que no hagan trampas a los ciudadanos europeos”. Añade que “las decisiones que se están tomando van en contra de los europeos y como no haya una agenda clara en materia agrícola surgen esos titulares del tope del precio de los alimentos. Con las cosas de comer no se puede jugar porque luego viene rebajar los precios a los agricultores y las crisis alimentarias”.

Durante la Presidencia española “habría que forzar para que el comisario que está diseñando una política agraria de subsistencia haga una de economía real y libre porque “o hay una estrategia clara de hacia dónde va esto o el campo se abandona”.

En esta línea, indica que ante el primer año de aplicación de la Política Agraria Común sería muy bueno “que se vea que la nueva PAC se ha queda antigua para la realidad socioeconómica y geopolítica de lo que está ocurriendo con una conclusión: la volatilidad que tienen los precios tanto en lo que compro como lo que vendo y ahí se tenía que dedicar bastante tiempo”. A este respecto, pide además que “sobre la situación de la guerra algo más habrá que hacer, no solo en temas de material bélico, sino en garantizar la producción agrícola”.

Barato insiste en que “los discursos que está habiendo, en el que todo verde, están bien, pero que no nos pongan tantas exigencias porque al final lo que va a ocurrir es que produzcamos cada vez menos y tengamos una dependencia alimentaria muy importante de fuera”.

“Europa está enferma”

En su opinión, durante la Presidencia de Pedro Sánchez “España tiene que hacer una defensa clara a favor de la agricultura y la ganadería. Si estos señores de la UE lo que quieren es que Europa esté haciendo tremendos esfuerzos medioambientales y climáticos, pero enfrente tenemos a unos que no están haciendo ninguno y encima que seamos nosotros los paganos de esto me llevaría a una conclusión: Europa está enferma y no quiere reconocerlo”.

En el aspecto internacional, está previsto avanzar en los acuerdos con Nueva Zelanda, India, Mercosur. “Me preocupan, pero llevan tanto tiempo que no sé si serán capaces de algún tipo de avance”, dice Barato, que reclama también “dedicarle tiempo a las relaciones entre Estados Unidos y China en un contexto en el que la OMC está muy debilitada”.

Miguel Padilla, secretario general de COAG, asegura que “la agricultura tiene que estar entre las prioridades durante la Presidencia de nuestro país, que es una potencia agrícola. Si no está en un lugar preferente, los discursos que se dan sobre la importancia de la agricultura no serán creíbles”.

Para el líder agrario “es una buena oportunidad para reivindicar un sistema de producción en el que se preserve nuestro modelo profesional y social porque ahora mismo está bastante en peligro por la entrada de fondos de inversión y de capitales que no tienen nada que ver con la agricultura y la ganadería y están acaparando un montón de tierras. Es un fenómeno que no sólo se produce en España, sino en toda Europa y pone en jaque el relevo generacional por lo que hace falta una regulación que garantice la incorporación de jóvenes”.

En asuntos como las nuevas exigencias de Bruselas a la agricultura, Padilla asegura que “venimos repitiendo desde hace muchos meses que sin sostenibilidad económica es difícil que haya sostenibilidad medioambiental y ahora mismo los requisitos que se nos avecinan con la reducción de fitosanitarios y de antibióticos lleva a una reducción de la producción. Nunca hemos estado en contra de la sostenibilidad medioambiental, pero si va a cargo de aumentar los costes de producción nos puede llevar a una situación de caos. Hay que hacer las cosas con sentido común”.

Unas exigencias que, en su opinión, pueden ver agravado el contexto actual. “Hemos pasado una pandemia y hemos respondido a las necesidades de alimentación de los ciudadanos, pero hay que tener cuidado porque si al encarecimiento de los costes que estamos sufriendo añadimos más condicionantes ambientales que lo agraven puede provocar una reconversión importante de las explotaciones y una merma importante en la producción. No se puede hacer pase lo que pase porque podemos tener un problema”.

Padilla subraya también la importancia de avanzar en el tema de las cláusulas espejo “una de nuestras reivindicaciones” ante la posibilidad de que se cierren algunos acuerdos de libre comercio. “Siempre hemos dicho que no es razonable que entren los mismos productos que se están produciendo aquí en situación de competencia desleal porque sus costes, los requisitos que se piden de fitosanitarios, de antibióticos o de calidad no tienen nada que ver con la UE”, por lo que pide que no sólo se limiten a cuestiones de sanidad vegetal. “Un salario en un país tercero no tienen nada que ver con los de aquí”.

A un ritmo adecuado

Desde Cooperativas Agroalimentarias, su director Gabriel Trenzado, subraya que pedimos que se trabaje en avanzar “a un ritmo adecuado sobre el modelo productivo que se quiere implantar en relación a la sostenibilidad medioambiental, especialmente cuando estamos viviendo un contexto de inflación que viene determinado precisamente, ya no solo por los aumentos de los costes, sino por el impacto del clima y estamos viendo lo que significa recortar producción de manera generalizada”.

Por ello, advierte de que “ir demasiado rápido, implantar cambios o medidas de mayor presión medioambiental sin tener alternativas o que requieran inversiones va a provocar un entorno en el que la productividad se va a ver afectada estructuralmente en los próximos años. Nadie niega el camino que hay que seguir hacia la sostenibilidad, pero la presidencia española tiene que defender el modelo productivo, lo que se ha hecho y una adaptación adecuada, establecer coherencia en la reglamentación que afecta a la producción y también en las políticas comerciales”.

Desde Cooperativas también se ve necesario que “se inicie un debate necesario como es el de seguir trabajando en la integración del sector productor donde estas entidades van a seguir jugando un papel fundamental, sobre todo en materia de asesoramiento, claves para que el agricultor pueda cambiar su modelo de producción”.

Trenzado cree que hay además una serie de debates que se pueden acelerar “como el de las nuevas técnicas genómicas, en bienestar animal poner un poquito de razón...En el fondo es defensa del modelo productivo, que lleva mucho tiempo avanzando en sostenibilidad y sobre todo en un avance basado en la ciencia y en la inversión pública porque vamos a producir bienes públicos que ahora el mercado no remunera. Si no vamos en orden puede verse comprometido el abastecimiento de productos a precios razonables y seguros al consumidor”.

Además, advierte que hay una serie de reglamentos colaterales como el de Deforestación o el de emisiones industriales que “viene a poner en duda lo que se ha decidido a nivel de Política Agraria Comunitaria si lo que se hace es acelerar las obligaciones del sector. Esto es peligroso y en la Presidencia española se debe poner orden en estas prioridades”.

Por último, señala que “la Unión Europea no puede abandonar el debate de la necesidad de utilizar instrumentos que equilibren el mercado en momentos de crisis porque la situación actual está poniendo de manifiesto que no podemos dar la seguridad alimentaria por descontada y que estamos en una globalización en la que no vale ser dependientes”.