Riego eficiente, lucha biológica... así es el cultivo de frutos rojos en Huelva

Frente al boicot lanzado en Alemania, el sector de los berrys defiende los importantes avances en sostenibilidad que ha experimentado este cultivo en nuestro país. Ahora, prepara una campaña de promoción exterior en la que resaltarán su compromiso con las prácticas agricolas responsables.

Alemania es el principal destino de exportación de la fresa de Huelva, concentrando un 30% de las ventas internacionales. Un porcentaje significativo que se quiere mantener y que se espera que no se vea lastrado por la campaña lanzada en Internet a través de la plataforma ciudadana alemana Campact -se sumaron más de 140.000 personas-, en la que se cuestionaba el sistema de producción de la fresa andaluza por el uso del agua y se denunciaba la contribución de este cultivo a la desecación del Parque Nacional de Doñana.

La campaña de Campact, calificada de “insidiosa” y “dañina” por el conjunto del sector de la fresa y frutos rojos, “ha afectado a la reputación del sector al compartirse información falsa y acusar a la industria de faltas graves y de cometer acciones ilegales, cuando no es cierto”, afirma Pedro Marín Andrés, director gerente de Interfresa, organización interprofesional representativa del sector de la fresa y los frutos rojos en Andalucía.

Según la Federación de Productores y Exportadores de Fresa de Huelva, Freshuelva, la campaña alemana contra la fresa española no ha tenido un impacto práctico en las ventas, ya que la temporada de producción y comercialización está casi finalizada. Además, no se tiene constancia de afecciones en otros países de exportación y los principales supermercados que las venden en el país germano -como Lild, Aldi y Rewe- se apresuraron a mostrar su confianza en los proveedores onubenses, conocedores de cómo se produce la fresa.

Las miradas ahora están puestas en que el boicot a la fresa española no tenga repercusiones significativas en el futuro. Y, con este objetivo, “desde Interfresa hemos adoptado diversas medidas y estamos planificando acciones adicionales para promover y difundir la sostenibilidad y la calidad de la producción fresera de Andalucía, especialmente en el mercado alemán”, añade Pedro Marín.

Dentro de estas iniciativas, ya se ha acordado “llevar a cabo una campaña de imagen exterior junto con la Junta de Andalucía, que resalte los estándares sostenibles y el compromiso del sector con prácticas agrícolas responsables”, incide. Aparte, con la ayuda de esta institución andaluza, “se ha establecido contacto directo con las principales cadenas de distribución de los mercados objetivo, buscando estrechar lazos y mostrarles de primera mano la realidad de nuestra producción. Estamos comprometidos en evitar que argumentos ideológicos distorsionen la imagen de la agricultura y en enfocarnos en demostrar nuestra dedicación hacia la sostenibilidad y la excelencia en la producción de fresas”, manifiesta el director gerente de Interfresa.

Son acciones que se van a tomar porque “las campañas de ataque al sector son una constante desde hace décadas y suelen producirse en la misma horquilla temporal” -apostilla Marín-, quien pide responsabilidad a las autoridades y administraciones públicas para que actúen con prudencia y en aras del interés general.

El sector también contaría con el respaldo del Ministerio de Agricultura desde el que se ha propuesto a la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) y a Freshuelva, una nueva figura de calidad para acreditar internacionalmente el producto -a modo de denominación de origen o identificación geográfica protegida- y apoyo en la promoción con, por ejemplo, un expositor específico en Fruit Attraction, entre otros.

Tecnología para contar cada gota

El objetivo de estas medidas es así dar a conocer cómo se produce la fresa, que requiere de unas condiciones edafoclimáticas muy particulares que, precisamente, se reúnen en Huelva: horas de luz, calidad de la tierra y clima suave durante casi todo el año, entre otras. “A esto se suma un sector empresarial que, desde los albores de la implantación de este cultivo, ha realizado una apuesta firme por la inversión en investigación varietal y nuevas tecnologías de regadío, llegando, más recientemente, incluso a la implantación del primer sistema mundial de certificación en huella de nitrato, lo que sitúa al sector como líder en esta materia por la buena gestión del agua y nutrientes”, explica Pedro Martín, de Interfresa.

En la actualidad, la dotación hídrica para el cultivo de berries es de 4.500 metros cúbicos por hectárea, aunque este año se ha producido un recorte del 25% por la sequía. “A este escenario, nuestros agricultores se han adaptado con la resiliencia que les caracteriza”, aseveran desde la organización interprofesional desde la que apuntan que el agua empleada para el riego en la provincia de Huelva es superficial.

“Las estrategias de ahorro y eficiencia se dirigen a todos los elementos de la actividad agronómica: riego, fertilización y control sanitario”, matiza Pedro Marín. En esta línea, el ingeniero agrónomo, especializado en gestión eficiente de riego y sostenibilidad, Pedro Díaz, señala que “se dispone de instalaciones de riego muy eficientes desde el punto de vista energético y de consumos de agua, que permiten un elevado control sobre los aportes de agua al cultivo invirtiendo el menor consumo eléctrico”.

Riego solar, automatización, nuevas tecnologías en emisiones de riego son algunos de los sistemas implementados a los que se suman herramientas tecnológicas de apoyo a la gestión para definir de forma más precisa las necesidades de agua del cultivo y un mayor control sobre la ejecución de los riegos como sucede con los algoritmos de previsión de necesidades para regar Riego-Berry o sondas de humedad.

También se emplean dispositivos de control y digitalización de consumos de agua para tener un mayor control y más efectos de los consumos en parcela y que se ajusten a los otorgados por los organismos de cuenca. Igualmente, las nuevas tecnologías facilitan la determinación de las necesidades nutricionales del cultivo y una mayor definición de los planes de fertilización, aparte de emplearse nuevas formulaciones de fertilizantes (inhibidores de la nitrificación) o abonos inteligentes (con bacterias fijadoras de nutrientes) para mejorar la eficacia de los aportes.

En el ámbito de los fitosanitarios, se ha introducido la lucha biológica para hacer frente a plagas y enfermedades que tradicionalmente afectan a estos cultivos. “Podría decirse que el conjunto del sector de los frutos rojos de Huelva ya incorpora sistemas que permiten la gestión de los recursos de forma eficiente y la integración de las nuevas herramientas para la consecución de este fin se está produciendo a un ritmo eficaz. No obstante, deberán ponerse esfuerzos en el diagnóstico de éstas y en la transferencia de competencias suficientes para su gestión a los responsables agronómicos y agricultores”, indica Pedro Marín.

A estos sistemas y tecnologías cabe añadir las normativas y certificaciones en torno a la calidad y sistemas de producción. “El primer Reglamento Específico en Andalucía fue el de la fresa, aprobado en 1996, siendo pioneros ya entonces en prácticas de agricultura sostenible. Cabe destacar que casi el 80% del sector trabaja en producción integrada y el cultivo ecológico va ganando peso progresivamente”. Además, no hay que olvidar las certificaciones privadas como la GLOBAL GAP (garantiza las buenas prácticas agrícolas), que tiene la gran mayoría de las empresas exportadoras de fresas y frutos rojos y, sobre todo, la Spring, que ayuda a productores, minoristas y comerciantes a mostrar su compromiso con la gestión sostenible del agua tras la evaluación de parámetros como la legalidad y protección de las fuentes hídricas y las tasas de extracción, el seguimiento del consumo, el impacto de los productores en la gestión sostenible de cuencas hidrográficas o las mejores prácticas, entre otros.