Fernando Antúnez, presidente de Cesfac: “La norma sobre la deforestación deja en desventaja al sector cárnico”

Fernando Antúnez asume con “ilusión y muchas ganas” su reelección por unanimidad como presidente de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), un mandato en el que el sector afronta “muchos y grandes retos” pero en el que cuenta con “la suerte” de haber conseguido la Presidencia de FeFAC, la organización que representa a toda la industria europea.

El nuevo reglamento de la Unión Europea, que prohíbe importar materias primas que no tengan la garantía de no provenir de terrenos deforestados, es el gran quebradero de cabeza de la industria de alimentación animal. España importa prácticamente el 100% de la soja que se utiliza para la elaboración de piensos. “No estamos en contra de su cumplimiento sino todo lo contrario”, afirma Fernando Antúnez, pero la gran dificultad con la que nos encontramos es cómo se va a poder aplicar ya que al fin al cabo somos importadores y dependemos de lo que hagan las industrias suministradoras”.

De los tres grandes productores mundiales de soja, solo Argentina se ha mostrado dispuesta a “geolocalizar” sus producciones, tal y como exige la Unión Europea para que pueda venderse en Europa. “Estados Unidos ya ha dicho que no y Brasil no sabemos”, asegura el también subdirector general de la cooperativa zamorana Cobadu.

En este sentido explica que “la soja es, además, un producto con mucha volatilidad y no se compra día a día sino que cada operador lleva su estrategia. Si te lanzas a comprar a un año vista sin saber si lo vas a poder traer o no genera una gran incertidumbre”.

A todas estas dificultades para la aplicación de la norma de la deforestación se suma una convocatoria electoral en nuestro país que va a alargar la concreción del Ministerio del que van a depender las inspecciones: Agricultura o Medio Ambiente.

De lo que no tiene duda es de que el reglamento comunitario “va a suponer un sobrecoste para nuestra industria cárnica, fundamentalmente el porcino, en el que somos líderes europeos en producción y exportación, y la va a dejar en una clara desventaja competitiva respecto a otros productores internacionales en los que o no existe esa norma o no se va a aplicar”.

Abastecimiento de cereales asegurado

La mala cosecha elevará a cotas históricas el déficit de cereales en España y por tanto la necesidad de importaciones. “Es un año atípico y difícil. El agricultor ha tenido los costes más elevados que se recuerdan en semillas, abonos o gasóleos y se va a encontrar con producciones inferiores al 50% y a precios de venta menores pero a nivel mundial se plantea récord mundial de cosecha y no habrá problemas de abastecimiento desde el punto de vista de los ganaderos”. Sí muestra su preocupación por la falta de paja que sufrirá el vacuno de cebo o el sector avícola, que la utiliza para la cama de los pollos. Además, la falta de forrajes impactará duramente en el ovino.

Donde el sector sí prevé problemas es en el transporte. España, que habitualmente importa 14 ó 15 millones de toneladas puede tener que elevar esa cifra hasta los 27 millones. El reto se verá agravado por el retraso en el incremento del 10% en la máxima carga permitida a los transportistas. “Nos habían aprobado el aumento de 40 a 44 toneladas, que no era mucho, pero hubiéramos solucionado el problema, pero la convocatoria de elecciones nos ha dejado con el pie cambiado”. A eso se suman las dificultades históricas que presenta el transporte por ferrocarril. “Ahí tenemos que dar una vuelta como país porque no puede ser que no seamos capaces de llevar mercancía hacia el interior por ese medio”, explica el presidente de Cesfac.

El conflicto laboral de los estibadores del puerto de Tarragona, “un problema que se ha enquistado” complicará además un “año crucial” para las importaciones “porque no solo suministra a Cataluña, que supone entre el 20 y el 25% del consumo de pienso, sino a zonas como Aragón”.

El pasado año el sector de la alimentación español, líder en Europa, redujo su producción en torno a un 5%. En este ejercicio, Antúnez prevé que en este ejercicio “estemos a la par, quizá con una pequeña bajada que no llegará al 1% por la caída del porcino, el vacuno y el ovino. En cuanto a precios, Antúnez asegura que “según han ido bajando las materias primas y la energía los hemos ido acompasando y en la medida que se mantengan bajos lo harán también los piensos. Somos un sector muy transparente”.

El relevo generacional en el sector ganadero aparece como el gran problema a medio y largo plazo para la industria de la alimentación animal. “Hay serias dificultades por la falta de rentabilidad en sectores como la leche de vaca y oveja, donde los censos van decreciendo, y eso es preocupante porque son nuestros clientes. También se está produciendo en otros sectores como vacuno de carne o el porcino. Si los censos disminuyen el sector de la alimentación animal tendrá que acompasar esos movimientos”.

Y de fondo, el directivo no esconde su preocupación por las exigencias normativas en Europa, como “la legislación de bienestar animal, que va a suponer un sobrecoste de un 30-40% en transporte, sacrificios... Aunque vemos ciertos atisbos de cambio de tendencia o, al menos, de velocidad en la implementación de esas exigencias, los responsables comunitarios deben pensar en la seguridad alimentaria. Algo que nos demostró la guerra de Ucrania es lo sensibles que somos ante cualquier problema geopolítico, la falta de suministro que nos puede suponer. Tenemos que ir sí, pero vamos a acompasarlo a una velocidad en la que todos podamos estar y, sobre todo, que se tenga en cuenta la repercusión que supone en los sectores. Se han articulado normativas sin tener en cuenta su impacto. No nos carguemos los sectores ganaderos”, concluye.