‘Influencers’ agrarios: la voz del campo triunfa en las redes

Están orgullosos de ser agricultores y ganaderos y lo cuentan sin complejos en Twitter, Facebook, Instagram o TikTok, donde cosechan el apoyo de miles de seguidores. Es la nueva forma de mostrar la desconocida realidad de un campo que quiere crear lazos con el mundo urbano.

Marta García es una de esas mujeres que lleva el espíritu incorformista en la sangre. Lo demostró cuando, pese a los consejos de su abuela recomendándole que estudiase para escapar de esa Cantabria profunda azotada por la despoblación y la falta de oportunidades, dejó su puesto en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla para “perseguir un sueño” que hoy toma forma en la ganadería Val del Mazo.

Su salto a las redes sociales nació también de su espíritu combativo. “Hubo un punto de inflexión cuando me di cuenta de que había una desconexión total entre el campo y la ciudad y me negaba a permitir que se nos acusase y criminalizase por lo que hacemos”, afirma.

Marta ha participado junto a otros reconocidos influencers agrarios en una jornada organizada por Asaja Castilla y León en el marco de la Feria Agraria, en la que bajo el título El campo y las redes sociales: cuando los agricultores y ganaderos hablan por sí mismos, la organización agraria ha querido dar un espacio a voces propias e influyentes que están mostrando cada día la realidad de la agricultura y ganadería, a través de sus perfiles en Instagram, Twitter, Facebook o TikTok.

Junto a ella, compartieron la mesa redonda moderada por el director de elEconomistaAgro, Rafael Daniel, Tomy Rohde (@Tomy_Rohde en Twitter), Pilar Pascual (@AgriPilar en TikTok e Instagram), Antonio Torres (@Antonio_TorresB en Twitter), Blanca Martín (@tractoresytacones en Instagram) y Alejandro Aguado (alex130493 en la red del pajarito).

Marta García es hoy todo un símbolo del sector a la que siguen en Facebook 120.000 seguidores, en Instagram 13.000 y más de 7.500 en su recién estrenado canal de YouTube. La clave de su éxito: su espontaneidad, valentía y honestidad. “Durante mucho tiempo, agricultores y ganaderos hemos hecho lo mejor que sabíamos hacer, trabajar de sol a sol con nieve, con viento, pero se nos ha olvidado contar lo que hacemos... Dábamos por hecho que todo el mundo valoraba nuestra función hasta que nos dimos cuenta de los ataques a los que estábamos siendo sometidos por los grupos llamados animalistas, los movimientos veganos o ecologistas que están atentando contra nuestra forma de vida, contra nuestro patrimonio, contra nuestro legado, cultura y tradiciones que nos legaron nuestro padres y abuelos y que estamos obligados a defender. Mientras tenga voz lo haré en las redes”, afirma.

Fernando Giral, @Tohmy_Rhode en Twiter, aterrizó en las redes sociales por pura cuestión de eficiencia. “Para informarme de lo que pasaba en el mundo escuchaba la Cope y la Ser y hacía la media. Decidí meterme en Twitter y así podía leer de todo, de fútbol, de economía, del campo...”. Cuando este joven cordobés especializado en el cultivo del olivo comenzó a contar cosas de su día a día se dio cuenta del interés que suscitaba. “La gente te preguntaba muchísimas cosas porque ellos no lo conocían. A mí me gusta enseñarlo porque en la agricultura tenemos la mejor manera de hacer, el mejor paisaje al que no tenemos que poner filtros ni nada. La agricultura es una actividad que tiene miles de años de antigüedad, que tiene unos avances tecnológicos tremendos y que se desconocen porque el sector no lo ha enseñado. Nosotros siempre vamos a lo nuestro”, afirma a quien ahora siguen más de 42.000 personas.

Con poco más de 20 años, Pilar Pascual (@AgriPilar) encandila a más de 10.000 personas en Instagram con sus vídeos sobre el cultivo del pistacho y la ganadería, pasiones que le llegan tanto por vía materna como paterna. Se declara “aspirante a agricultora” por esas incongruencias normativas que se suponen impulsan la formación en el sector, pero impiden que se incorpore a la actividad precisamente porque está terminando su carrera universitaria.

Lo que no se conoce no se valora

Antonio Torres, un arquitecto técnico que apostó por la agricultura en Villarmentero de Esgueva (Valladolid), tiene muy presente que en su faceta de influencer, además de permitirle transmitir y compartir conocimiento con otros profesionales, hay una oportunidad pero también una responsabilidad.

“Empecé a crear contenido porque me di cuenta de que lo que no se conoce no se valora y hoy en día la sociedad no sabe qué hacemos ni cómo lo hacemos. Estoy cansado de oír eres un paleto, no vales para otra cosa... Hay que dar esa visibilidad porque somos unos profesionales de los pies a la cabeza, hacemos las cosas muy bien. Es tan importante el qué como el cómo. Producimos alimentos seguros, baratos y en abundancia y eso se tiene que valorar”, afirma.

En su opinión, las redes sociales “nos dan esa cercanía y esa inmediatez para interactuar con gente que no sabe nada o que no ha tenido la opción de conocer al sector, que cuando se conoce gusta. En el campo no tenemos nada que esconder y lo tenemos que aprovechar. Lo tenemos todo y poseemos una herramienta que es la más potente de todas y es la verdad. Si nosotros no intentamos llegar a la sociedad, otros lo harán y con menos rigor que nosotros. Tenemos que intentar estar al lado de la sociedad porque nos va en ello nuestro futuro”.

Profesional de una empresa de fertilizantes, ingeniera agrónoma, hija, nieta y hermana de agricultores, Blanca Martín rompe tópicos. Su nick lo dice todo: Tractores y tacones. “No reivindico el feminismo porque creo que en el campo no hay machismo, pero sí la feminidad de las mujeres que nos dedicamos al campo. Fundamentalmente, lo que pretendo es abrir una ventana al mundo del medio rural, tanto para la gente de dentro que no pueden ver en el día a día cosas que yo puedo mostrar gracias a mi trabajo, y a los de fuera, para que vean la realidad de lo que es el campo, de lo que hacemos de verdad y no que hagan caso solamente de lo que se dice en un despacho de una capital”.

“Pelear por el sector”

El soriano Alejandro Aguado es casi un veterano en esto de las redes sociales, a las que ve muchas posibilidades. “Empecé hace siete u ocho años para mostrar nuestro día a día y cómo el campo es compatible con la tecnología. Te permiten también conocer opiniones de otros agricultores, por ejemplo, a la hora de la compra de maquinaria. Y para reinvidicar la implicación que debemos tener los jóvenes con el sindicalismo agrario, porque muchas veces nos quejamos de que las normas están mal y que nuestro trabajo se trata injustamente, pero si no peleamos nosotros menos la gente mayor”.

Exponerse en las redes sociales no es un camino de rosas. Los influencers son la línea de contención de los ataques al sector, unas veces por desconocimiento y otras por simple interés económico.

La ganadera Marta García afirma: “He tenido de todo, pero es normal porque veo un charco y allí voy. Yo hablo desde el corazón, desde las tripas, desde lo que me duele y defiendo mi verdad moleste a quien moleste”. Una de ellas fue la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que la ha bloqueado en su cuenta, tras el pucherazo de votación en la que se aprobó un “estatus del lobo por encima de las personas”.

Tommy también tiene que lidiar con las fake news que asolan al sector. Una vez tuvo que mandar una nómina de uno de sus trabajadores a una periodista muy famosa para demostrar que en Andalucía no se esclaviza. “Ah, pues cobra más que yo”, me contestó.

El uso de purines, abonos o fitosanitarios –“del gifosato ya ni os cuento”–, son otras de las tareas que muestra en su cuenta y que son objeto de recriminaciones pese a que a veces son productos autorizados para la agricultura ecológica.

Para valientes, Blanca Martín, que osó mostrar un vídeo de una montería a la que había llevado a su hija pequeña de siete meses. “¿Entras a explicarle que esto es perfectamente legal, una forma de controlar poblaciones? En determinados comentarios no hay que entrar porque es dar voz a quien no sabe”.

El bienestar animal es otro de los asuntos que generan más reacciones. Es el caso de Pilar, que muestra cómo es el destete de los terneros. “Los cuido como si fuesen de la familia, pero son animales y no hay que humanizarlos. Siempre hay algún hater (odiador) que no sabe que tú estás allí, preocupándote de que comen, poniéndoles las vacunas... Te hacen comentarios que pueden llegar a ser muy hirientes, como maltratadora o machista... Yo normalmente bloqueo pero hay días que estás más juguetona y tiras para adelante”.

Alejandro Aguado es partidario de “valorar” si se hace un comentario a alguien al que simplemente estás dando notoriedad o a los que te pueden hacer más daño porque crean opinión en asuntos como la carne o el azúcar, sectores en los que hay mucha gente detrás. “Nosotros somos nosotros los que tenemos capacidad para responder a esas injusticias. En España se produce de forma sostenible”.

Antonio Torres reconoce que “lo que más ruido hace” son los comentarios negativos, “aunque si lo comparas con el total de seguidores no son nada. Ese es nuestro fin, llegar a esas personas. Hay gente a la que no vas a convencer nunca”.