Pistachos respetuosos con el agricultor y el medio ambiente

Grupo IberoPistacho pone en marcha en Argamasilla de Alba la planta procesadora más grande de Europa del fruto seco de moda con un modelo de negocio en el que se da participación a los productores para compartir valor y con el que espera transformar y comercializar la producción de 16.000 hectáreas.

Juan Gallego representa como pocos esa nueva forma de entender la agricultura en la que el respeto al medio ambiente y al productor se convierten en variables no menos importantes que la cosecha. Fue visionario al detectar hace ya tres décadas la proyección en nuestro país del cultivo del pistacho y audaz al crear en 2015 Iberopistacho, una compañía que hace un par de meses ha puesto en marcha en la localidad castellanomanchega de Argamasilla de Alba la planta procesadora más grande de Europa del fruto seco de moda. El carácter innovador de este ingeniero técnico agrícola impregna también su filosofía empresarial con un modelo en el que da participación a los agricultores en el valor que genera la transformación y comercialización del producto.

Hasta el 2022, Grupo IberoPistacho basaba las relaciones comerciales con sus clientes en la distribución de planta injertada. La alta demanda de conocimiento del sector, le llevó a profesionalizar la manera de acompañar al agricultor en la transmisión de este conocimiento mediante consultorías personalizadas y expandiendo los servicios que la empresa había ofrecido hasta el momento, convirtiéndose el proveedor 360º en todo lo referente al pistacho, desde la búsqueda de una finca hasta la compra de la cosecha y la venta final del fruto.

La culminación de esa transformación ha sido la puesta en marcha de una planta procesadora con una extensión de 8.000 metros cuadrados que es capaz de realizar el procesado completo de más de 6 millones de kilogramos de pistacho en verde al año realizando las 3 fases necesarias para que su consumo sea apto. Una vez completado el procesado, el pistacho se ubica en los propios almacenes, conservándose en las condiciones óptimas necesarias hasta su posterior comercialización.

La nueva planta, en la que han invertido cinco millones de euros y que ha contado con el apoyo financiero de Santander, es a día de hoy la más grande de Europa. La inversión total del proyecto está planteada en aproximadamente 35 millones de euros, de los cuales ya se llevan ejecutados algo más de 5 millones. Por el momento ha generado 35 nuevos puestos de trabajo, que se elevarán al centenar cuando esté en plena producción.

“Rentabilidades muy buenas”

Juan Gallego se muestra convencido de que el pistacho es el cultivo que más proyección de futuro tiene en nuestro país porque el clima y el suelo otorgan a España una ventaja competitiva en una planta que es muy limitante geográficamente. A eso se une que tiene unas rentabilidades “muy buenas” -en torno al 10%-15% sobre la inversión-, una longevidad centenaria y que se adapta muy bien a zonas con recursos hídricos bajos.

¿Riesgo de burbuja? “En absoluto. En España prácticamente importamos todo. El consumo va a seguir subiendo para convertirse en algo cultural como ocurre con el aceite o la almendra. Lo que hace falta es que se pongan hectáreas y se cultive bien, que la rentabilidad se comience a generar ya en el campo con buenos costes de producción y al consumidor final le ofrezcamos un pistacho que se haya cultivado con respeto al medio ambiente y al productor. En ese aspecto lo tenemos todo por hacer”.

Y ahí, en la falta de profesionalización, es donde el directivo ve el principal riesgo del boom que se está produciendo en España. “De las casi 60.000 hectáreas que puede haber en España solo un 30% están manejadas de una manera adecuada por falta de información o mal asesoramiento. Hay muchas explotaciones que se van a abandonar porque no van a ser rentables”, indica.

“Iberopistacho quiere convertirse en una empresa de referencia más que por el volumen de hectáreas -queremos alcanzar las 16.000-, por el trato al medio ambiente, a la flora y la fauna, por el trato al productor, por una recolección óptima, por un transporte adecuado, por un procesado profesional, por una conserva respetuosa con el producto para que llegue en las mejores condiciones al consumidor. Esto no se hace en un año o tres; vamos a necesitar una década”, explica.

Hacia ese objetivo está encaminado el original modelo de negocio que ha puesto en práctica, una empresa privada con el espíritu del cooperativismo agrario. Los productores de pistacho están invitados a formar parte de la empresa como socios en función de la superficie que cultiven a razón de 2 participaciones por hectárea de regadío y una por la de secano.

El pasado mes de agosto se cerró la primera ampliación de socios y ahora Grupo IberoPistacho vuelve a abrir sus puertas a los productores que quieran hacerse socios en un proceso que la empresa intuye que tendrá que cerrar antes de lo previsto ante la buena respuesta a una oferta limitada a 16.000 hectáreas. La previsión es alcanzar los 500 o 600 partícipes.

De esta manera, los productores que deseen acompañar a Grupo IberoPistacho en este proyecto son incluidos en la toma de decisiones y en la repercusión económica de aspectos como la distribución y comercialización del producto, engranajes de la cadena de valor en los que habitualmente no participan, siempre acompañados de un equipo de profesionales con amplia experiencia.

Asesoramiento personalizado

Los socios de la planta procesadora disfrutarán además de un seguimiento y asesoramiento personalizado en el manejo de cultivo por parte de un equipo de profesionales para conseguir el máximo rendimiento al menor coste con un control agronómico total en fertilización, tratamientos, riego, poda, etc. Eso aportará una trazabilidad óptima del campo a la mesa que dé seguridad a los agricultores y confianza en el producto a los clientes.

“Queremos que el consumidor nos compre algo más que pistacho, que nos compre todo lo que queremos representar y que llegue a unos precios competitivos con una marca propia, pero sin renunciar a vender a granel o envasar para otros” explica el directivo que capitanea un equipo joven de 29 años de media, “formado, con metas claras, con ganas de hacer y de que crezca el grupo. Y sobre todo tenemos algo positivo, cuando tú estás creando algo que beneficia al productor, que siempre ha sido el que más ha sufrido en la cadena de valor, cuando estás apoyando al medio ambiente, enriqueciendo una zona geográfica deprimida, como son las rurales, que puedas asentar población tienes muchos aspectos que te hacen sentirte bien”.

El pasado año Grupo IberoPistacho, convertido ya en un grupo empresarial para ir incorporando nuevas líneas de negocio, facturó más de 3 millones de euros con la previsión de crecer un 20-25% anualmente. En la actualidad exportan el 70% de la producción a Alemania, Holanda, China y Francia, mientras que el 30% restante se queda en el mercado interior.