Jaime Yartu San Millán, presidente de la Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno): “No hay que limitar el tamaño de las granjas, sino hacer que cumplan todas las exigencias”

“A quien más perjudicará que no se haya rebajado el IVA de la carne es al consumidor, que buscará productos menos saludables en una cesta de la compra cada vez más cara” asegura el nuevo presidente de Provacuno, Jaime Yartu, que rechaza la limitación del tamaño de las explotaciones de vacuno aprobada por el Gobierno.

Licenciado en Economía y Derecho, Jaime Yartu, consejero delegado de ‘El Encinar de Humienta’ lleva toda la vida vinculado al sector cárnico, del que dice “sentirse enamorado”.

Para situarnos ¿Qué peso tiene el sector del vacuno de carne en la economía española?

El sector de vacuno de carne representa en España alrededor del 15% del valor anual de la Producción Final Ganadera y del 5% del valor de la Producción Final Agraria. El censo bovino total de España se encuentra estabilizado en algo más de 6,5 millones de cabezas, distribuidas en aproximadamente 140.000 granjas. Esta estructura produce alrededor de 700.000 toneladas de carne de vacuno a las cuales hay que sumar los animales que salen en vivo a diferentes destinos. En el entorno comunitario, España aportará alrededor del 8% del censo bovino de la Unión y el 10,6% de la carne de vacuno producida. El vacuno de carne es un sector con una gran importancia tanto en la parte económica, como en la parte social y medioambiental. No olvidemos que el 40% de las granjas están ubicadas en zonas de riesgo grave de despoblamiento.

¿Qué balance puede hacer del recién concluido 2022 para el sector de vacuno de carne?

El año 2022 ha sido un año complicado para este sector y creo que también para todos. Comenzamos el año con una nueva ola de contagios generados por el Covid-19 y, cuando la situación ya estaba más o menos estabilizada, comenzó un conflicto bélico en uno de los países, Ucrania, con más peso en la producción y exportación de materias primas para la ganadería, y, por el otro lado, Rusia, el mayor exportador de gas a la UE. La escalada de los costes de producción ha hecho que el año que acaba de concluir, haya sido muy complejo, en el que todos los eslabones de la cadena han sufrido una importante pérdida de competitividad.

El nuevo año no parece que comience demasiado bien. ¿Por qué cree que no se ha incluido la carne en la rebaja del IVA?

Sin duda es una lástima que no se haya contemplado a la carne dentro de los productos a los que se les ha reducido el tipo impositivo. El sector obviamente seremos parte damnificada de esta decisión, pero el que más lo va a notar es el consumidor que tiene que buscar productos menos saludables y nutritivos para hacer frente a una cesta de la compra cada vez más cara.

Los datos del Ministerio reflejan una caída del consumo de carne por los altos precios de los alimentos. ¿Cómo está reaccionando el sector?

Somos un sector acostumbrado a las inclemencias del tiempo, pero también somos un sector innovador que sabemos optimizar procesos y que tenemos una genética única. El consumo de carne está bajando al igual que está disminuyendo el de frutas y verduras. Está claro que algo no se está haciendo bien cuando la sociedad abandona nuestra Dieta Mediterránea, la más saludable del mundo, por otras alternativas. Sin embargo, es curioso contemplar como este fenómeno se invierte cuando analizamos otras zonas del mundo, por ejemplo, mercados asiáticos, donde economías emergentes, con poblaciones de edad media más joven que la europea presenta consumos crecientes de carne y, especialmente, en el caso de la carne de vacuno.

Uno de los retos que se ha marcado es mostrar la realidad del sector a los que menos lo conocen. ¿cree que desde algunos ámbitos se está dando una imagen distorsionada del vacuno de carne?

Por supuesto. Imagen distorsionada y diría más, interesada. El mundo es como una tarta, que se divide en porciones. Pues bien, si el sector cárnico representa una porción del 2,4% del PIB de España, existen otros, todos fondos de inversión con estrechas conexiones en los grandes poderes económicos, que tejen para que esa porción en nuestro país y en el resto del mundo, sea para ellos. Lícito, si, interesado y malintencionado, también.

Supongo que las polémicas campañas del Ministerio de Consumo sobre la carne tampoco ayudan...

Todas las iniciativas que buscan la confrontación frente al diálogo y la búsqueda de soluciones, no creo que sean las más acertadas. La carne de vacuno de España es un referente a nivel mundial por su calidad y a las pruebas me remito, cada vez es mayor y mejor el posicionamiento de nuestra carne en los mercados más exigentes del mundo. El modelo de producción europeo, que es el que cumplimos en España, es el más exigente del mundo en cuanto a sostenibilidad, sanidad animal, bienestar animal y seguridad alimentaria, decir lo contrario no es muy prudente/responsable/certero/ y más si se dice desde el Gobierno de España. Esto nos lleva a un único camino que es el de seguir informando sobre la realidad del sector y de nuestro producto, la carne de vacuno.

Hay quien cree que detrás de las campañas contra la carne estén los lobbys que promueven la carne de laboratorio ¿comparte esa opinión?

Ya lo he comentado anteriormente, detrás de todo este movimiento “anticarne” solo existe un interés puramente económico de las grandes fortunas del mundo. El debate no es carne frente a guisantes, no, ese no es el debate. El debate es, carne natural, frente a un ultraprocesado vegetal.

Junto a los supuestos perjuicios para la salud, otro de los problemas que se achaca a la ganadería es su excesiva huella medioambiental. ¿Cómo se están enfrentando a ese reto?

Exacto, supuestos, porque aquí, y volvemos a lo anterior, lo que hay es una desinformación de la realidad del sector y su impacto en el medioambiente. La ganadería evita incendios, la carne de vacuno apenas representa el 0,4% de todo lo que los españoles tiramos a la basura, y esto sin contar lo que ni siquiera llega a la mesa, cuando el desperdicio alimentario representa el 10% de las emisiones de carbono. O cuando te dicen, los científicos de nuestro país, que el consumo medio de carne en todo un año emite lo mismo que un viaje de ida y vuelta de Madrid a Bilbao, o que de los supuestos 15.000 litros de agua que se necesitan para producir un kilo de carne el 90% es agua de lluvia que se computaría si no hubiese vacas. Puedo seguir poniendo más ejemplos, pero creo que son suficientes para entender que el impacto no es tanto, pero si me gustaría añadir una última reflexión más porque creo que es reveladora, y es que es cierto que nuestras vacas emiten, pero los pastos en donde viven los animales y son gestionados por ellos, absorben CO2 y eso, de momento, no se contempla en ninguna estadística.

Recientemente presentaban junto a otras interprofesionales cárnicas un sello de bienestar animal. ¿Qué nivel de adhesión está teniendo en las ganaderías?

El nivel de incorporación de ganaderías es progresivo, a medida que la distribución contempla incorporar los sellos en los lineales. En cualquier caso, estamos muy satisfechos de proporcionar al sector una herramienta o guía para su mejora y que sirva a la vez para transmitir al consumidor los esfuerzos que toda la cadena hace para mejorar la calidad de vida de los animales en todas las fases de su ciclo.

El relevo generacional es uno de los grandes problemas del sector agroganadero. ¿Cómo les está afectando en su caso?

El relevo generacional es siempre un reto. Creo que lo es ahora y lo ha sido siempre. Surgen nuevas inquietudes, nuevas fórmulas, y a los jóvenes, todos lo hemos sido, les gusta probar cosas nuevas. Este negocio a mi juicio tiene varios inconvenientes, el primero es que para empezar necesitas contar con una ayuda o con cierto capital, y el segundo, que es muy sacrificado. Sin embargo, a mí me tiene enamorado. La gente que trabaja en este sector es fantástica.

La internacionalización es otra de las apuestas del sector. ¿Por qué mercados se va a apostar?

La internacionalización es una de las razones por las que decidimos poner en marcha la interprofesional. PROVACUNO ha sido un motor para incrementar las ventas fuera de nuestras fronteras. Desde que comenzamos nuestra andadura hemos aumentado las exportaciones más de un 20%, hemos abierto siete nuevos mercados en terceros países, y hemos reforzado nuestra presencia en los ya abiertos. Actualmente continuamos trabajando para abrir más por el sudeste asiático y oriente medio, nuestros territorios objetivo.

Otro de los retos que se ha marcado es seguir apostando por la investigación. ¿En qué proyectos están trabajando?

Este es otro de los pilares de nuestra estrategia. La innovación atrae talento y hace un sector más profesionalizado. En nuestro sector, innovar es una obligación. En el ámbito medioambiental, estamos trabajando, siguiendo el plan marcado por nuestra agenda estratégica “Vacuno de Carne Carbono Neutral 2050”, con el desarrollo de diversos proyectos siempre de la mano de la comunidad científica, que deben ser nuestros mejores aliados para conseguir el ambicioso reto que nos hemos propuesto. Actualmente estamos desarrollando un proyecto sobre compostaje en el que participan la universidad Politécnica de Valencia y la Miguel Hernández de Alicante que, sin duda, nos proporcionará una información muy valiosa y útil para valorizar un producto y avanzar, además, en la cada vez más necesaria economía circular. Además, en breve realizaremos una presentación pública de las guías de buenas prácticas medioambientales en producción, industria y punto de venta, que ayudarán a todo el sector a avanzar en el compromiso en el que como parte de la sociedad estamos comprometidos.

Se ha hablado mucho de las macrogranjas y más ahora que se han regulado, pero ¿realmente hay tantas en el vacuno de carne?

Cada vez que escucho esa palabra en boca de alguien no se me ocurre otra cosa que recomendarle que lea lo que publican las fuentes oficiales o que pasee un poco por el campo. Sin ir muy lejos, en junio del año pasado publicamos el informe Análisis del sector vacuno de carne de España, con datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, donde se analizaba la realidad de nuestra ganadería de Vacuno de Carne en cuanto a, entre otras cosas, su dimensión. Pues bien, el número medio de animales por granja en nuestro país, esto de delimitar de dónde son las cosas es muy importante, decía que el 98,9% de las granjas tienen menos de 400 UGM, que es lo mismo que 400 vacas ó 667 terneros por instalación, siendo el tipo de granja entre 20 y 50 UGM el mayoritario, es decir, son de pequeño o mediano tamaño. Además, ¿dónde está el problema en que tengamos granjas potentes, que puedan invertir en mejorar las condiciones de sus animales, sus instalaciones, crear empleo y riqueza en las zonas rurales? Yo, al menos, no lo veo. Creo que lo que hay que hacer es que estas y otras granjas cumplan con todos los requisitos, pero nunca limitándolas. Debemos exigir, pero también permitir. En todo caso, es lamentable comprobar cómo se avivan debates estériles, como el tamaño, mientras se obvian otros tales como el relevo generacional, la ocupación del territorio, la creación de empleo y la incorporación de mano de obra cualificada en el sector o las posibilidades de inversión en tecnología en instalaciones, aspectos básicos para la sostenibilidad real de la cadena ganadero-cárnica.