La ganadería se reinventa en el metaverso

El nuevo pastoreo llega de la mano de collares con geolocalización que mantienen a los animales controlados en un perímetro virtual que genera alertas si se traspasa.

El pastoreo se reinventa. La clásica imagen del pastor y el perro con el rebaño por prados o montañas será cada vez menos habitual. Y no solo porque haya un déficit de vocaciones en el sector o falta de relevo generacional. La tecnología está facilitando que esta profesión milenaria esté cambiando con el fin de garantizar un mayor bienestar animal, pero también hacer más fácil la vida al ganadero, favoreciendo su conciliación familiar y proporcionándole más tiempo para realizar otras actividades, además de reducir costes económicos.

La inteligencia artificial y la geolocalización están dando paso a un nuevo pastoreo extensivo que aúna metaverso y mundo real. Una combinación que toma forma en un futurista, pero actual, sistema de vallado virtual que permite el control y monitorización de los rebaños de vacuno, ovino y caprino en todo momento y en cualquier lugar y con capacidad de lanzar alertas al ganadero ante cualquier problema.

Esta innovación se basa en un collar con dispositivo GPS y SIM alimentado por energía solar que debe llevar el ganado y un perímetro virtual para establecer los límites que los animales no tienen que sobrepasar. La solución tecnológica se completa con una aplicación para establecer la comunicación con el collar mediante una red móvil.

El funcionamiento es muy sencillo. “Todos los animales de un mismo lote o rebaño llevan el collar”, afirma Lucía Ribagorda, Business Developer de Nofence en España, empresa que ha desarrollado esta tecnología nacida en Noruega y que, ahora, llega aquí. Una vez colocado, el ganadero tiene que delimitar la zona en la que el ganado puede pastar y establecer áreas de exclusión con tan solo desplazar un dedo por la aplicación.

De este modo, queda definida la zona de pasto. En el caso de que el animal se acerque a los límites establecidos con las vallas virtuales, el collar emite un sonido musical, a modo de advertencia, para que retroceda. “Esta melodía va en aumento y, si el animal supera el perímetro virtual, recibe una pequeña vibración eléctrica”, añade Ribagorda, quien incide en que “el sonido está muy estudiado, al igual que la cantidad de impulso eléctrico”, no produciéndose efectos nocivos. “En 15 días, el ganado suele aprender y asociar la melodía con el límite del vallado virtual, aunque suelen ser más rápidos”.

Esta tecnología facilita a su vez que el ganadero tenga controlado el rebaño en tiempo real, sabiendo en todo momento dónde se encuentra cada animal y facilitando que se alimente libremente en prados y bosques. La aplicación, diseñada para controlar un rebaño de 200 animales, permite variar el vallado virtual desde la app para proporcionar pastos frescos o, por ejemplo, mantener los cercados agrícolas e, incluso, delimitar nuevas áreas de exclusión. Esta opción de modificar el perímetro virtual presenta diversas ventajas como el hecho de favorecer la agricultura regenerativa ya que, por ejemplo, el agricultor, que también tiene rebaño, puede establecer cuándo le interesa el paso de los animales para tener un impacto positivo en el suelo.

En el caso de producirse alguna incidencia, el sistema envía alertas al ganadero. Normalmente, se producen cuando no se detecta movimiento en el animal, lo que puede indicar que se ha caído, está herido o de parto. La ventaja de esta innovación es que, aunque necesita una conexión a Internet, “el vallado virtual sigue funcionando si se pierde la conectividad, pero sí es importante recibir la información de los collares” realizados con un material que capta la energía solar, añade la responsable de Nofence. La duración de la batería puede variar, aunque se estima un período de 1,5 años sin necesidad de carga. “Con que le dé un mínimo de luz, se recarga”, aunque también se puede hacer a través de la red eléctrica.

Más tiempo y ahorro

El vallado virtual también tiene otros beneficios. La mejor gestión del tiempo es uno de ellos, facilitando una mayor calidad de vida al ganadero y la conciliación familiar, aparte de poder emplear esas horas de pastoreo tradicional a otras actividades.

Esto está facilitando nuevas incorporaciones a la ganadería y el mantenimiento del sector. Es el caso de Clara Benito, quien en 2020 comenzó con un pequeño rebaño en la sierra norte de Madrid que, posteriormente, ha ampliado hasta alcanzar las 120 cabezas de caprino que conforman su ganadería ecológica. Desde el inicio de su actividad, apostó por la tecnología. “Había GPS normales e, incluso, alguno lo había hecho yo. Investigando vi esta empresa de Noruega y nos propusieron ser el piloto en España. Empezamos con 10 collares y, ahora, todo el rebaño los lleva”, explica la ganadera. Benito incide en que el manejo es “muy sencillo. Además, el collar sigue funcionando a pesar de impregnarse de resina en el verano” por la zona en la que pastan sus cabras.

Pero, sobre todo, la mayor ventaja que encuentra Clara Benito es “la conciliación familiar y el tiempo liberado”, así como la realización de una gestión más eficiente y la utilización más sostenible del suelo. El sistema de vallado virtual permite “tener el ganado cuidado porque tienen el pasto y antes, si no salían, no pastaban. Ahora siguen su ritmo de cuándo se alimentan”, lo que contribuye a mejorar la salud del rebaño en el que ningún animal se pierde gracias a la geolocalización.

Con anterioridad, “el tiempo de revisar que estuvieran sanas las cabras era reducido para que pudieran salir pero, ahora, ya no es un problema”. Un control que también es más fácil, por ejemplo, en la época paridera. “Están solas, pero vamos revisando las alertas. Si una se detiene, ya sabemos que está de parto”. La monitorización en tiempo real de los animales le facilita tener así información sobre los desplazamientos que realizan, la distancia recorrida, la zona pastoreada y las pautas de comportamiento de cada cabra.

El mayor tiempo disponible que le deja el pastor virtual, Clara Benito lo está empleando para realizar otras actividades. De hecho, está trabajando con su pareja, en la rehabilitación de una antigua construcción para convertirla en una quesería que tendrá un marcado carácter educativo y divulgativo.