Ramón Armengol, presidente de la Confederación de Cooperativas agrarias europeas (Cogeca): “El carácter medioambientalista de la PAC no tiene marcha atrás, pero necesitamos tiempo y recursos”
Ramón Armengol ampliará un año más su cargo de presidente de las cooperativas agroalimentarias europeas por la situación “excepcional” derivada de la guerra de Ucrania y por su compromiso personal de “echar una mano” ante la Presidencia española de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.
¿Está la agricultura europea en una encrucijada?
En una encrucijada nunca vista, y no por lo que ha pasado, sino por lo que puede venir, con muchísima incertidumbre en el tema energético por la guerra de Ucrania y en la que todo ha quedado tocado, también la alimentación.
¿Qué medidas piden desde la Cogeca para aliviar esa situación?
El tema energético está relacionado con la producción de fertilizantes, cuyo precio en algunos casos se ha multiplicado por 10. Esto tendrá consecuencias para la cosecha de 2023 porque los precios del cereal van en función de los rendimientos y estos dependen de las aportaciones de abonos minerales. Es un tema muy complejo en el que tienen que haber una actuación europea conjunta donde se aborden cosas que nunca se han visto como es la regulación de los precios de la energía. Y a consecuencia de esto que el suministro en el sector agroalimentario quede garantizado y sea considerado como esencial ante los cortes de energía en horas punta en algunos países. Las consecuencias serían caóticas para un mercado que ya tiene mucha volatilidad. También tendríamos que asegurar que los países que cuentan con una producción nacional de fertilizantes no se vea afectada. Pero también hay muchas materias primas que están creciendo por la especulación, somos conscientes de que hay operadores que están ganando dinero y que habría que identificar bien para que no siga ocurriendo esto.
Estamos a pocas semanas de la entrada de un nuevo modelo de la PAC. ¿Se podía haber retrasado o flexibilizado?
No se podía dejar al campo sin esta gran Ley que financia y asegura la producción de alimentos. Con estos precios y sin PAC muchísimos campos se quedarían sin cultivar. Hay una ola de sostenibilidad que no es un tema del Ministerio de Agricultura, sino de la sociedad europea y por lo tanto hay que variar las praxis. Hay que asumir que el Cambio Climático está ahí y el carácter medioambientalista de la PAC no tiene marcha atrás y lo único que reclamamos es más tiempo y más recursos para ir abordando esto. Pero no vamos a tener más dinero y tendremos que apañarnos como podamos. Como asignatura pendiente, que el Ministerio ampliase las organizaciones de productores de frutas y hortalizas a otros sectores como el del vacuno.
Ustedes son muy críticos con las Estrategias De la Granja a la Mesa y Biodiversidad 2030. ¿qué riesgos entrañan para la agricultura de la Unión Europea?
Primero, el impacto económico. Hemos pedido por activa y pasiva a la Comisión un estudio riguroso y serio de las implicaciones que tiene para el agro europeo porque no se pueden implementar de golpe y porrazo la reducción del 50% de los pesticidas, de los antibióticos, etc. Tenemos las referencias de la Universidad de Kiel, de Usda, que coinciden en que disminuye la producción europea y provocará más hambre en el mundo porque con una proyección de más habitantes hay que producir más. Si no me das una solución al problema de los pesticidas o me aclaras temas como los de la edición genética está claro que vamos a cosechar menos de todo. Hay un informe del Centro de Investigación de la Comisión Europea (JRC), que dice lo mismo, pero se queda en unas recomendaciones muy generalistas y defendemos un estudio riguroso y profundo.
¿Estaría en riesgo la soberanía alimentaria europea?
Por supuesto. El glifosato ha quedado apartado y hay moléculas alternativas, pero no están autorizadas. Hay una cantidad de interrogantes que deberíamos resolver antes de tomar decisiones tan drásticas. El discurso es sencillísimo: si quieres prohibir esto dime que soluciones tengo.
Este informe de la UE advierte de un traslado de las emisiones a otros países. ¿La UE mantiene una posición un tanto hipócrita?
Nuestras carencias las iremos a buscar fuera y lo que dejemos de emitir aquí lo tendrán que emitir otros países porque las tecnologías utilizadas casi son las mismas. Queremos ser como los cruzados de la Edad Media. Nuestro discurso, que es de sentido común, es clarísimo: hay que tomar decisiones de acuerdo a la Ciencia, que el corazón no nos deje llevar a tomar decisiones que nos van a costar mucho dinero.
Hablaba antes de que uno de los problemas inmediatos a los que se enfrenta la agricultura es a la reducción de productos fitosanitarios. ¿Es posible producir más con menos instrumentos?
Si podemos y lo hemos venido haciendo así y lo que hemos detectado que era nocivo para el Medio Ambiente lo hemos sustituido. El problema es que todo esto te venga de golpe y porrazo. Hay que tener tiempos de adaptación para que los laboratorios investiguen. Estoy de acuerdo en apostar por una producción más ecológica. No tienen nada que ver mis prácticas como ganadero ahora de las de cuando empecé. Se ha ido reduciendo el consumo de antibióticos y cada día trabajamos más en vacunas, bioseguridad o prevención. Pero parece que nadie ve lo que estamos haciendo y aparecen informes sobre la ganadería, que es uno de los sectores que más está sufriendo este tsunami verde, en los que nos culpan de ser los responsables de las emisiones. La sociedad en general está penalizando el consumo de carne para sentirse mejor con ellos mismos y creer que arreglan el planeta. Hay identificados grupos responsables de criminalizar la ganadería totalmente interesados por sus proyectos de inversión. El Sol sale para todos. Si quieres proteína vegetal, me encanta, yo voy a ser el primero, si lo haces bien, me gusta y me lo pones barato en comerlo, pero no me digas que soy el culpable de no sé cuántas cosas con mensajes injustos.
¿En Europa se apoya suficientemente a las cooperativas?
Hay un déficit de apoyo en los países del Este por las connotaciones que ha tenido el cooperativismo en épocas pretéritas. En países como Rumanía, Hungría, Polonia queda mucho por hacer. En los países del Norte no hace falta porque tienen unas dinámicas importantes en países como Dinamarca, Alemania o incluso Francia. En España nos queda ganar más tamaño para aprovechar la economía de escala. Se han hecho grandes avances con la Ley de Integración. Quizá sea en los países del sur, con cooperativas centenarias donde nos falta un poco más de proyección. Pero las cooperativas europeas son un modelo a exportar. La tradición, la experiencia, el grado de desarrollo que tienen es de sombrero y en España tenemos también buenos ejemplos. No falta el dimensionamiento de las más pequeñas y desde Cooperativas Agroalimentarias de España el mensaje es permanente y clarísimo. Nos falta renunciar a lo que yo llamo el campanario, tener el nombre del pueblo en la cooperativa.
¿Qué oportunidades ofrecen los Next Generation?
Soy un poco crítico con el tema de los Pertes. Mi visión particular es que el Perte Agroalimentario del Micotur está equivocado en sus planteamientos y estos proyectos donde la inversión mínima sean 15 millones, seis partners no es el modelo representativo ni siquiera de nuestra industria. Sin embargo, el que gestiona el propio Ministerio de Agricultura de digitalización, de mejora del regadío tiene muchísimo más sentido y creo que se han agotado ya las líneas.
¿Qué espera de la Presidencia española de la UE en el segundo semestre de 2023?
Planas es de los ministros con más experiencia y un buen equipo. Yo creo que tendrá que ir en la línea de compatibilizar la rentabilidad con la sostenibilidad. Tiene tres o cuatro expedientes para cerrar, como el etiquetado o las taxonomías verdes, que tendrá que impulsar para cerrarlo antes de entrar en un periodo de elecciones.