La formación sigue siendo una asignatura pendiente en el sector

Solo uno de cada cuatro agricultores poseen formación agraria específica, según los datos del último Censo Agrario, que revelan también el aumento de la superficie media de las explotaciones, el incremento de la incorporación de mujeres y una mayor especialización hacia cultivos de alto valor.

El Censo Agrario recién publicado por el Instituto Nacional de Estadística actualiza la fotografía del sector realizada hace diez años y aunque muestra aspectos positivos como el incremento del tamaño medio de las explotaciones, su mayor especialización hacia los cultivos de alto valor y la incorporación de mujeres, refleja también los escasos avances en algunos de los problemas endémicos, como el envejecimiento, el relevo generacional o la formación.

En este último aspecto, el INE subraya que la formación de los jefes de explotación, considerados como las personas físicas responsables de las actividades financieras y de producción, “es muy baja”. Yendo al dato concreto, de los 914.871 agricultores que tiene nuestro país, 691.424 solo posee experiencia agraria, lo que supone un 75,5%. Otros 186.124 han asistido a cursos mientras que en el caso de la formación reglada (FP y estudios universitarios agrarios) las cifras se reducen a 18.666 y 18.457 respectivamente.

La escasa formación es consecuencia de otra de las lacras del sector: el alto envejecimiento, con una edad media de 61 años.

Donde sí se producen avances es en la incorporación de las mujeres, aunque sigue siendo lenta. En la última década el número de jefas de explotación aumentó un 22,0% representando un 28,6% del total, mientras que el de hombres decreció un 15,8%.

También destaca la tendencia a la especialización de las explotaciones por el aumento del tamaño medio de la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) y de las Unidades Ganaderas (UGT). Además, aumentan de manera considerable las explotaciones dedicadas al cultivo y ganadería ecológicas, mientras el trabajo total disminuye un 7,7%, aumentando la contratación regular de personal en detrimento de la mano de obra familiar.

Aumentan las más grandes

El número total de explotaciones se ha ido reduciendo progresivamente en la última década. Así, en el Censo Agrario 2020 se observa una disminución de más de 70.000 explotaciones respecto a 2009, lo que representa una pérdida del 7,57%. Esta reducción en el número de explotaciones no ha sido homogénea: el número se ha mantenido más o menos constante en las de tamaño intermedio y se produce un ligero incremento en las más grandes, las de más de 100 hectáreas.

Al mismo tiempo la Superficie Agraria Útil (SAU) disminuye en todas las Comunidades, excepto Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. El efecto combinado de la evolución de ambas variables -número de explotaciones y SAU-, se traduce en un aumento del tamaño medio de explotación en un 8,92% en el conjunto nacional. Este incremento se manifiesta en mayor medida en el norte peninsular, donde la reducción del número de granjas ha sido más grande.

Junto al crecimiento del tamaño se confirma además el imparable avance de los denominados cultivos de alto valor, que son los que más crecen en superficie: frutales 23,8%, otros leñosos 19,8% y olivar 14,4%.

De hecho, el cultivo que concentró mayor número de explotaciones en 2020 fueron los leñosos con 511.762 explotaciones agrícolas, el 55,9% del total, reflejando el atractivo económico de los mismos.

Otro de los aspectos que destaca en la radiografía del INE es el régimen de tenencia de la tierra, en el que la propiedad es más frecuente cuanto más pequeñas son las explotaciones y se incrementa el arrendamiento conforme aumenta el tamaño.

Profesionalización

Otra de las tendencias detectadas es la progresiva profesionalización de la gestión empresarial de las explotaciones agrarias a medida que tienen un mayor tamaño. De este modo, en las más grandes nos encontramos con más frecuencia con sociedades mercantiles, en detrimento de la situación habitual en que el jefe de explotación y el titular son la misma persona, como ocurre en la denominada agricultura familiar.

Respecto a la actividad ganadera, las tendencias son las mismas. Existen 90.557 explotaciones, un 19% menos que en 2009, pero con un aumento del número de cabezas de ganado del 15,7% (6,76 millones de animales).