Así es la apuesta de la sanidad vegetal por la sostenibilidad
Herramientas digitales para que los agricultores minimicen el uso de fitosanitarios, agua o fertilizantes, “hoteles” para polinizadores, cultivos que atrapan el CO2, semillas resistentes a plagas y sequía son algunas de las iniciativas del sector para tejer una alianza entre actividad agraria y naturaleza.
Durante las últimas décadas, las empresas de sanidad vegetal -la mayoría de ellas también desarrolladoras de nuevas semillas-, han sido las grandes compañeras de viaje de los agricultores en la mejora de la productividad. Ahora también quieren serlo en la travesía hacia una actividad más sostenible proporcionando las herramientas necesarias para que una población creciente pueda alimentarse en un Planeta más habitable.
El último estudio de la organización agraria COAG estima que sólo en la agricultura española la “factura climática” por el calentamiento global causa pérdidas de más de 550 millones cada año. Por tanto, la sostenibilidad no sólo es un objetivo global, sino que el sector se juega su propia supervivencia. La transición ha comenzado, con las empresas de sanidad vegetal como grandes motores del cambio.
Como líder agrícola, Bayer destaca su “oportunidad y responsabilidad para abordar los desafíos del Cambio Climático, la pérdida de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Entre sus compromisos se encuentra alcanzar una huella neutra de emisiones de carbono en sus operaciones para el año 2030; reducir el impacto ambiental de la protección de los cultivos en un 30%, disminuir las emisiones de gases efecto invernadero en campo en un 30% y empoderar a 100 millones de pequeños agricultores.
Entre las iniciativas para llevarlo a cabo, se encuentra el desarrollo de su cartera de productos biológicos. Un ejemplo desarrollado en España y puesto en el mercado en 2021 es el primer dispositivo del mercado formulado con feromonas y piretrina natural para el control de plagas en cítricos. Una nueva solución biológica al alcance de los agricultores que actúa sobre tres especies: Aonidiella aurantii, Planococcus citri y Delottococcus aberiae , éste último conocido como “Cotonet de Sudáfrica o Cotonet de les Valls”, una de las plagas invasivas que más alarma está generando en los productores valencianos por su rápida expansión en los últimos años y las deformaciones que causa en los frutos.
Especialmente innovadora es la Iniciativa Carbono (Ag4Climate)m que tiene como objetivo principal la descarbonización de la cadena de valor alimentaria. La idea principal es recompensar a los productores por adoptar prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, como el uso de cultivos de cobertura, la reducción de la labranza, las rotaciones de cultivos y la aplicación de nitrógeno de precisión. Estas actividades secuestran carbono en el suelo al tiempo que mejoran la salud, la resiliencia y la productividad del suelo, y limitan las emisiones. Para apoyar estas operaciones, Bayer desarrollará una herramienta digital que permitirá a los productores solicitar una compensación basada en datos precisos y verificados.
La compañía ha desarrollado también semillas de maíz de baja estatura (un tercio inferior al convencional), lo que mejora la capacidad de crecimiento y ayuda a reducir las pérdidas en condiciones ambientales difíciles y en meteorología extrema, como los vientos fuertes. Además, permite una aplicación más precisa de las soluciones de protección de cultivos y el uso optimizado de insumos clave como el nitrógeno.
En Bayer apuestan también por la agricultura digital. Con herramientas como FieldView, acerca la tecnología a los agricultores y les permite hacer un seguimiento desde sus dispositivos móviles del impacto de sus decisiones sobre el rendimiento del cultivo. Gracias a un algoritmo los productores pueden monitorear y conocer el estado de salud del campo. Además, ofrece a los agricultores prescripciones acerca de las dosis de siembra y fertilización.
Los planes medioambientales de Syngenta están bajo el paraguas del Good Growth Plan, que incluye la inversión de 2000 millones de dólares en este lustro para desarrollar cinco nuevos avances tecnológicos al año en soluciones para una agricultura sostenible. En esta inversión entra todo un programa de protección de cultivos integrada con la lucha biológica, en la que ya hay una cartera sólida.
La multinacional se compromete a lograr una agricultura neutra en carbono, tanto en las granjas como en sus operaciones, además de mejorar a nivel global la biodiversidad y la salud del suelo en 3 millones de hectáreas de tierras rurales cada año proporcionando tecnologías, servicios y capacitación a los agricultores.
La compañía reducirá además la intensidad de carbono en sus operaciones en un 50% para 2030 y contribuir así a los objetivos del Acuerdo de París. Junto a esto, su compromiso pasa por capacitar a 8 millones de trabajadores agrícolas cada año en buenas prácticas, esforzándose también por asegurar unas condiciones de trabajo justo a lo largo de toda su cadena de suministro.
En España, la compañía desarrolla iniciativas como Soil Farming Project, con el que pretende demostrar que es posible lograr una agricultura productiva y rentable que además preste atención a los recursos naturales, particularmente el suelo y el agua. Como beneficios derivados de la aplicación de este nuevo enfoque figuran el secuestro de carbono y el aumento de la biodiversidad en los entornos cultivados. Así ha desarrollado una novedosa app con el nombre “Run Off Tool”, que permite a través de una plataforma web analizar el suelo de las parcelas y ofrecer recomendaciones para evitar la pérdida del suelo y su degradación por efecto de la escorrentía y la erosión.
Otro de los proyectos es ‘Polinizup’, pionero en España y que ayudará a incrementar las poblaciones de polinizadores mediante la creación de hábitats adaptados a las especies de insectos con la siembra de especies arvenses naturales que favorecen su desarrollo en los márgenes de las parcelas agrícolas.
En la lucha biológica, ha lanzado KarateTrapB, una tecnología innovadora y sostenible contra mosca del olivo, sin plazo de seguridad y que no deja residuos, que no solo ayuda a reducir gran parte del ataque de esta plaga, sino que reduce el número de aplicaciones al mínimo y ayuda al olivarero a elegir el mejor momento de aplicación.
Desde hace años, la multinacional Corteva trabaja con los agricultores y distintos actores de la cadena agroalimentaria para conseguir el equilibrio entre una producción rentable, la conservación de los recursos naturales y la protección medioambiental. Y en línea con este compromiso, cuenta con un plan global de sostenibilidad para los próximos 10 años denominado “Juntos por un futuro mejor”, una hoja de ruta sobre cuatro pilares clave: los agricultores, la tierra, la sociedad, así como en el proceso de producción sostenible que desempeña la compañía. Todo ello se articula desde el ADN de una compañía “volcada” en la investigación e innovación.
A su portfolio de productos de protección de cultivos ha incorporado un innovador activo de origen natural con un óptimo rendimiento biológico diseñado para la protección del cereal, que mejora el rendimiento y la eficiencia del cultivo. Asimismo, ha puesto en marcha “BioEfiCiencia”, un concepto paraguas para el manejo de la fertilización sostenible con un conjunto de diferentes soluciones con el cuidado del suelo como eje central. Entre ellos está un bioestimulante que capta el nitrógeno del aire para convertirlo en una fuente natural adicional que alimenta directamente las partes en crecimiento de la planta.
En materia de semillas, combinando las convencionales y biotecnológicas, además de la más avanzada tecnología de caracteres genéticos, ofrece, impulsa el desarrollo de variedades resistentes a la sequía y mayor rendimiento de maíz, efectos a los que se suman la resistencia a enfermedades en girasol (mildiu y jopo) o colza (esclerotinia).
Corteva ha desarrollado también la plataforma digital Granular Link, que permiten un seguimiento diario de las parcelas con imágenes por satélite o generar “recetas” para la aplicación optimizada de semilla, fertilizantes o productos de protección de cultivos y que sean transferidas desde el móvil a la maquinaria en pocos minutos y a pie de parcela.
Otro de los operadores históricos del sector es BASF. En 2020 la compañía se marcó para los próximos diez años cuatro ambiciosos objetivos de sostenibilidad para su División de Soluciones Agrícolas: ayudar a los agricultores a reducir en un 30% las emisiones de CO2 por tonelada producida en cultivos clave, emplear soluciones digitales en más de 400 millones de hectáreas de tierras agrícolas, incrementar anualmente un 7% la proporción de soluciones con una contribución mayor a la sostenibilidad en las ventas y seguir garantizando el uso seguro de sus productos.
La compañía lleva ya dos décadas integrando los criterios de sostenibilidad desde los primeros estadios del proceso de I+D, invirtiendo anualmente más de 900 millones de euros. Gracias a este enfoque, las más de 30 innovaciones que lanzará al mercado a nivel global tendrán un impacto positivo sobre el Cambio Climático, la preservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Entre ellas se encuentra un fungicida que permite a los agricultores alcanzar cosechas más abundantes y obtener los mismos resultados usando el 4% menos de tierra de cultivo. En España, ya ha lanzado uno para cereales, mientras que a partir de 2023 llegará para viña, frutales y hortícolas.
Además, en los últimos años la compañía ha puesto en el mercado para los cultivos hortícolas en España un fungicida biológico y, en 2023, introducirá un insecticida natural.
La digitalización es otro de los frentes en los que trabaja en pos de una agricultura más sostenible. En ese campo, BASF apuesta fuertemente en el desarrollo y co-creación de tecnologías digitales como Agrigenio Vite, un sistema de soporte para la toma de decisiones para viña disponible en España desde 2021.Mediante estaciones meteorológicas en el campo y otras fuentes de información remotas, recopila continuamente datos complejos relacionados con diferentes parámetros de los viñedos, los elabora y proporciona al viticultor alertas en tiempo real y un claro asesoramiento operativo sobre intervenciones a realizar en campo permitiendo más precisión, más efectividad y ahorro de insumos.