España lidera en Europa las buenas prácticas en bienestar animal

El porcino de capa blanca dispone desde hace dos años del sello ‘Compromiso Bienestar Certificado’, que no sólo garantiza el cumplimiento de las exigentes normativas española y europea, sino que incorpora nuevas prácticas que sitúan a los productores españoles a la vanguardia en la UE

Las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, afirmando que España vende carne de mala calidad procedente de animales maltratados ha puesto el foco en los sectores ganaderos de nuestro país, especialmente en el porcino, en el que somos uno de los mayores productores del mundo.

Pese a lo dicho por el ministro, lo cierto es que el porcino de capa blanca de nuestro país se sitúa entre los principales impulsores del bienestar animal en la UE, con un sello propio con certificación externa independiente solo comparable con los que cuentan en Dinamarca y Países Bajos.

Desde la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) se destaca que el sector porcino español lleva décadas aplicando medidas muy exigentes en cuanto a la regulación del bienestar animal, basadas en los 5 principios de la OIE sobre bienestar animal: libres de hambre, sed y desnutrición, libres de miedos y angustias, libres de incomodidades físicas o térmicas, libres de dolor, lesiones o enfermedades, libres para expresar las pautas propias de comportamiento.

Fue a partir del año 2001, con la entrada de la Directiva comunitaria que determina las normas mínimas para la protección de cerdos en las granjas, cuando el sector porcino comenzó a adaptarse al modelo de producción europeo, el más exigente del mundo.

Así, a día de hoy, todas las granjas de porcino en España cumplen con la normativa comunitaria, que contempla aspectos como las condiciones de alimentación, descanso y desarrollo pensadas específicamente para el bienestar de los animales, no sólo en las granjas, también en su transporte y en los mataderos; espacios y superficies mínimas obligatorias para los animales, sistemas de alimentación o medidas de bioseguridad en el transporte.

Limitación del tamaño

España cuenta además con otras normativas complementarias que otros países de nuestro entorno no tienen, como la limitación en el tamaño máximo de las granjas y en las distancias mínimas entre granjas y de éstas con los núcleos de población (de un kilómetro en todas las Comunidades excepto en Castilla-La Mancha, donde es de 2 kilómetros).

Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación de Productores de Porcino, (Anprogapor), explica que la limitación del tamaño de las granjas es única en el mundo y surgió en el año 2000 “cuando el sector y el Ministerio abrimos el debate de fijar unas reglas de juego para tener mayor capacidad de hacer núcleos burbuja que permitiesen combatir los efectos de posibles enfermedades contagiosas. Hace 20 años no teníamos ese debate social”.

La legislación española sobre bienestar animal ha sufrido una vuelta de tuerca en 2020 a través del Real Decreto 306 en el que se recogen las normas básicas de ordenación de las granjas porcinas intensivas. En esta normativa, se considera un aspecto central garantizar que todas las personas en contacto con los animales posean una formación adecuada y suficiente y para ello deben realizar de manera periódica cursos de adecuación de los conocimientos.

También exige, entre otras cuestiones, la obligación de disponer de un Plan de bienestar animal, que indicará las condiciones de la granja y un plan de acción que asegure el cumplimiento de la normativa en cualquier circunstancia. En el RD de 2020 además se define la figura del “veterinario de explotación”, que es el encargado de asesorar e informar sobre las obligaciones y requisitos en materia de bioseguridad, higiene, sanidad y bienestar animal.

En 2019, antes de esta última normativa, el sector porcino, a través de la Interprofesional Interporc, había impulsado el sello ‘Compromiso Bienestar Certificado’, que recogía el cumplimiento de los requisitos exigidos un año después y de otros no incluidos.

Este sello, que además del bienestar animal garantiza que los productos se han elaborado cumpliendo con los más altos estándares del mundo en sanidad, bioseguridad, manejo de los animales y trazabilidad a lo largo de todos los eslabones de la cadena de valor, está basado en un Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad, el Interporc Animal Welfare Spain (IAWS) elaborado por un comité asesor científico.

El aspecto más innovador del sello es que para obtenerlo, las granjas deben ser auditadas por certificadoras independientes acreditadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), que evalúan el grado de cumplimiento. Una vez obtenido, las explotaciones son evaluadas anualmente durante los siguientes tres años, momento en el que deben pasar una nueva auditoría.

Pese a que las mejoras incorporadas por el sello hace dos años han ido incorporándose en la legislación posterior, todavía dispone de aspectos novedosos que ha impulsado el sector. Uno de ellos, es que en los centros de sacrificio haya un sistema de videovigilancia que permita verificar que los animales son tratados adecuadamente, explica Daniel Hernández, técnico de Bienestar Animal de Interporc.

Otro es que a la hora de la castración, mientras la legislación establece que solamente hay que aplicar anestesia a los animales de más de 7 días, “nosotros exigimos una analgesia prolongada antes, durante y posterior a la intervención para todos”.

El reglamento de la Interprofesional también concreta algunos de los aspectos recogidos en la normativa. Así, mientras la legislación establece que las temperaturas de las granjas deben ser óptimas en función de su fase de crecimiento y edad para que tengan confort suficiente, las cuantifica.

Los productos con el sello ‘Compromiso Bienestar Certificado’ están a disposición de millones de clientes en toda España gracias al apoyo a la iniciativa de las grandes cadenas de distribución, como Carrefour, Alcampo, Consum, El Corte Inglés, Aldi, Eleclerc, Maskom, SuperSol, Unide, Froiz y Coviran, y de la distribución minorista y especializada. A nivel internacional, también tienen presencia en cadenas como TESCO o Morrisons, donde cualquier producto que provenga de cerdo de capa blanca español tiene que tener el sello IAWS.

Otra de las cuestiones suscitadas por las declaraciones de Garzón ha sido el sistema productivo español, equiparando el modelo intensivo con las “macrogranjas”, un concepto no recogido normativamente. De las 88.000 granjas que hay en España, tan solo 2.136 (2,4%) están englobadas dentro del denominado Grupo 3, aquellas que pueden albergar hasta 750 productoras y/o hasta 5.500 animales de cebo. Son 6.250 en total, aunque las autonomías tienen potestad para elevar límite un 20%, es decir 7.200 cabezas. Las granjas anteriores a 2000, en las que se estableció esa limitación, apenas son 22 en todo el país.

España ocupa el número 10 en Europa en cuanto a tamaño de sus granjas. Un ranking que encabeza Dinamarca, donde la media de sus explotaciones es de 3.500 cerdos, frente a los 500 aquí.