Europa ‘acaricia’ la vacuna contra la temida peste porcina africana

Europa prevé tener lista para el año 2024 una vacuna eficaz y segura contra la PPA, el principal riesgo sanitario para la cabaña porcina a nivel mundial, según el catedrático José Manuel Sánchez-Vizcaíno, coordinador del ‘proyecto Vacdiva’, que financia la UE con 10 millones de euros.

El catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) José Manuel Sánchez-Vizcaíno, prevé comenzar en 2024 en Lituania, Rumanía y Kenia los planes piloto de la vacuna de Peste Porcina Africana (PPA) que se desarrolla en el marco del proyecto Vacdiva y que está liderado por algunos de los centros investigadores de referencia de nuestro país a nivel mundial en esta enfermedad.

“Hasta 2024 no tendremos todos los documentos con seguridad absoluta para presentar a la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento” (EMA), precisó uno de los mayores expertos en la Peste Porcina Africana en un taller organizado por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la Coordinadora Europea Vía Campesina y la consultora Corizcience en Lleida.

Según el investigador, los resultados obtenidos hasta ahora son “muy prometedores” con una efectividad entre el 92% y el 100%. Una efectividad que podría disminuir para que la vacuna sea lo más segura posible y no provoque efectos secundarios como la reversión a la virulencia, que los animales no tengan respuesta inmune o que no provoque abortos en las cerdas.

En esta vacuna, que será oral y servirá para jabalíes y cerdos domésticos, trabajan investigadores del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria de la Universidad Complutense, del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Cisa-Inia), ambos de referencia internacional, además de investigadores de otros países europeos y de China, Rusia y Kenia.

La vacuna del proyecto Vacdiva no es la única en la que se está trabajando en Europa. También investigadores de Estados Unidos ya están haciendo ensayos en granjas de Vietnam de una vacuna pensada solo para cerdos domésticos.

En el caso de la vaccinia se está trabajando tanto para jabalíes como para cerdos domésticos, aunque los investigadores quieren empezar a aplicarla en los animales salvajes, principales propagadores de la enfermedad. En la actualidad, se dispone de tres prototipos y los ensayos se están realizando en laboratorios de Madrid e Italia, para posteriormente extenderlos a Lituania, Rumanía y Kenia.

La directora general de Agricultura y Ganadería de la Conselleria de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, Elisenda Guillaumes, considera que la PPA es el mayor reto que afronta el sector porcino en este momento “a nivel mundial”. Actualmente afecta a nueve países europeos, entre los que no se encuentra España. Uno de los sistemas en los que también se trabaja en el proyecto europeo es poder vacunar a ejemplares de todas las edades, tanto ejemplares adultos como jóvenes.

“No hay una receta única”

La PPA es una enfermedad bastante desconocida, que ha dado tres grandes saltos para propagarse desde el continente africano. El primero en 1957, cuando se detectaron los primeros casos en Portugal. Tres años más tarde llegó a España, y en 2007 se produjo el último, que ha acabado afectando a cinco continentes, con 8 escenarios epidemiológicos, lo que implica, según Sánchez-Vizcaíno, que “no existe una receta única”, sino que se debe abordar poniendo en práctica programas de contingencia adaptados a la casuística de cada país. En este sentido apunta al gran peso que tienen las tradiciones y las culturas de cada territorio. “En China, totalmente afectada por la enfermedad, por ejemplo, las cuestiones de tipo cultural son las más difíciles de controlar. Su tradición de comprar sangre para alimentación y usar desperdicios de los alimentos para el ganado, han contribuido en gran medida a su propagación”, detalló Sánchez-Vizcaíno.

Los principales riesgos que afrontamos, explicó el prestigioso investigador, son la globalización; el hecho de que se haya confirmado su presencia en Haití -donde entró a través de los alimentos de ayuda humanitaria- y República Dominicana; el hecho de que los planes de contingencia estén poco adaptados a los países; y las pequeñas granjas, que en muchas ocasiones no disponen de información adecuada y carecen de medidas de bioseguridad, como el doble vallado.

Para evitarlo, el experto propone, aparte de la divulgación de las investigaciones, planes de contingencia adaptados a cada realidad, aumentar la bioseguridad en granjas, transportes y mataderos; contar con laboratorios preparados y programas sanitarios eficaces. “La detección temprana es esencial, si un ganadero sospecha que se encuentra frente a un caso de PPA, debe realizar un PCR y un test serológico”.

El catedrático de la UCM puso el énfasis en que, si bien es esencial disponer de una vacuna segura y eficaz, el control de la fauna salvaje, la bioseguridad y la colaboración de las administraciones y ganaderos son fundamentales para poner fin al problema, como hemos podido comprobar con la epidemia del Covid. En este sentido, el papel de la organización agraria COAG dentro del proyecto Vacdiva es crucial para que haya una transferencia eficaz del conocimiento generado con el sector ganadero. En la presentación, participaron también Adam Balint (NFCSO), Carmina Gallardo (CISA-CSIC), Erwin Van den Born (MAH) y Paloma Rueda (Ingenasa).