El sector agrario reclama menos trabas para innovar

Distintos representantes de la cadena alimentaria piden reducir los obstáculos administrativos y aumentar el apoyo para poder innovar en favor de una cadena sostenible

En una jornada titulada El valor estratégico del sector agroalimentario: antes y después de la pandemia celebrado en Fruit Attraction, el vicepresidente de la Alianza por la Agricultura Sostenible (ALAS), Juan Ignacio Senovilla, subrayó la necesidad frente a las restricciones que impone Bruselas de “defender las formas de producir y las herramientas” de las que dispone el sector, que han permitido garantizar una alimentación de calidad, “que cuesta un 20% menos que hace 30 años” y da empleo a dos millones de personas que fijan población en los pueblos y mantienen el medio ambiente de las zonas rurales.

El también secretario de Agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) señaló tres “frentes” que amenazan la agricultura en España, como son la competencia con otros países europeos, la estrategia de la Comisión Europea “De la granja a la mesa” y el cambio climático. “En Bruselas, cada vez que se ponen a trabajar es para meternos mano en los bolsillos. Por el camino que vamos al final vamos a conseguir que no haya agricultura”.

Senovilla pidió la declaración de España como “laboratorio de cambio climático” porque, cuando este fenómeno llegue a otros países del norte de Europa, los agricultores y ganaderos españoles ya habrán invertido de su propio bolsillo en soluciones que podrán ser exportadas.

Carlos Palomar, director de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar, destacó que “lo más importante es que tengamos un entorno regulatorio que impulse la innovación”, que sea “claro y seguro” y puso como ejemplo lo que está ocurriendo ahora en el campo de la energía.

El actual sistema está “hiperregulado” y es “muy burocrático”, con un “abuso del principio de precaución” en lugar de gestionar el riesgo, “lo que impide la innovación”. Para la industria de los fitosanitarios, esto significa que deben renunciar a nuevas soluciones para los problemas del campo, sostuvo Palomar, que pidió más flexibilidad y que se incrementen los fondos destinados a la innovación. “Partimos de una sociedad sin problemas de suministro y eso hace que las políticas vayan por donde van”, añadió, a la vez que advirtió de que en el futuro “puede haber tensiones”.

Recordó que la patronal europea de fabricantes de fitosanitarios se ha comprometido a invertir 10.000 millones de euros en agricultura de precisión e innovación para 2030, y otros 4.000 millones en biosoluciones y biocontrol. “Tenemos un buen presente, pero necesitamos un gran futuro”, concluyó.

El jefe técnico de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex), Luis Martín, alertó del problema que supondrá para el sector la menor disponibilidad de herramientas de sanidad vegetal. “Ya hay déficit y si hay más vamos a tener un problema”.

Tras recordar la “reducción significativa” de producción agrícola con las estrategias medioambientales de la CE que señala el Centro Común de Investigación pidió que se evalúen los objetivos europeos de reducción de insumos.

Martín lamentó que la Comisión Europea “no establezca recursos financieros” en investigación, desarrollo e innovación acordes a las cifras del sector agroalimentario para mantener su competitividad.

Cerrar la brecha con los competidores

“Tenemos que intentar cerrar la brecha con nuestros competidores”, destacó el responsable de Fepex, que puso como ejemplo los casos del tomate y la pera, cuyos rendimientos en invernadero son hasta tres veces menores en España que en los Países Bajos. Además, exigió reciprocidad para que los productos importados de terceros países tengan las mismas exigencias ambientales, laborales y sociales que los producidos dentro de la UE.

El director general del Foro Interalimentario, Víctor Yuste, pidió a los diferentes eslabones de la cadena alimentaria entenderse más entre ellos poniendo el foco en el consumidor mientras que reclamó a los legisladores un mayor apoyo en la ciencia para tomar decisiones. Yuste subrayó que “los buenos datos del sector agroalimentario durante 2020 son fruto del buen hacer de todos los agentes. Lo estamos haciendo bien y tenemos que creérnoslo, aunque queda mucho por hacer”, reconoció. Asimismo, subrayó, entre los retos del sector, los fondos europeos y el cambio climático, “que son una oportunidad”.

Abogó además por “poner en valor” lo hecho durante la pandemia en la que “no ha habido una crisis alimentaria” gracias a toda la cadena, sobre todo entre la gente joven que “no se da cuenta de lo que es el abastecimiento. Tenemos que mirar aguas arriba, pero también aguas abajo”, sentenció.

Por parte de la federación de consumidores Unae, su asesor y gestor de proyectos Manuel Martín destacó el reto de la cadena de dar satisfacción a un “amplio espectro de consumidores”, que priman sobre todo la calidad, las preferencias personales y el precio, y que en los próximos años estarán marcados por la brecha digital entre los jóvenes y los mayores de 65 años.

Martín reconoció que los consumidores ven lo que hay en el lineal, “pero no lo que hay detrás, la pandemia nos ha permitido darnos cuenta del valor de los productores”.