¿Qué beneficios aporta a los cultivos la preparación de cubiertas vegetales?

Frente al laboreo excesivo de la tierra, cada día son más los expertos en agronomía que aconsejan técnicas asociadas a la agricultura de conservación, como las cubiertas vegetales

Bajo este término se encuentra tanto el mantenimiento de aquellas especies vegetales que, de forma natural, se desarrollan en el suelo agrícola, siempre que no presenten efectos nocivos para el suelo o las cosechas, como aquellas especies sembradas por el propio agricultor, y que destacan por su interrelación positiva con la especie vegetal que se está desarrollando en la parcela, que se denomina asociación o combinación de cultivos.

En este sentido, el desarrollo de cubiertas vegetales, siempre con una adecuada supervisión, ofrece un gran número de beneficios a nivel agrícola, entre las que desde la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) destacamos las que exponemos a continuación:

En primer lugar, el mantenimiento de una cubierta vegetal en tu explotación agrícola contribuye a reducir los posibles efectos de la erosión del suelo, provocado por condiciones meteorológicas adversas.

Esta disminución del riesgo de erosión viene determinada, entre otros aspectos, por la acción llevada a cabo por las raíces de las plantas que conforman esta cubierta, que además permiten la regeneración de la estructura del suelo en sus capas menos superficiales, así como el incremento de la capacidad de infiltración de agua, al disminuir su compactación natural.

Asimismo, el desarrollo de una cubierta vegetal controlada también resulta de gran utilidad para disminuir el peligro de proliferación de malas hierbas, ya que impide que partículas de polen trasladadas por el aire se depositen y arraiguen en el suelo.

Por otro lado, la presencia de esta cubierta favorece la oxigenación del suelo agrícola y, por tanto, la regeneración natural de su materia orgánica.

Del mismo modo, si este proceso de generación de una cubierta vegetal se lleva a cabo con la siembra de especies leguminosas también aportará una mayor capacidad de fijación natural de nitrógeno en el suelo agrícola, lo que es sumamente beneficioso si se tiene en cuenta la importancia de este macronutriente primario para el crecimiento óptimo de las cosechas.

Para finalizar, y más allá de otros beneficios adicionales, el mantenimiento de este sistema de protección del suelo agrícola, cada vez más extendido en nuestro país, aporta un entorno muy proclive para la biodiversidad de especies beneficiosas para los cultivos, y que reciben el nombre de fauna auxiliar.