La miel ecológica del Bierzo se lanza a por el mercado de los edulcorantes

Los apicultores que la convirtieron en la más cara de Europa sacan ahora al mercado cucharillas monodosis desechables, con siete gramos de producto ecológico y saludable, que prometen plantarle una seria competencia a los edulcorantes convencionales

Hace dos años consiguieron convertir la miel que 460 millones de abejas producen a lo largo y ancho de la comarca del Bierzo en la más cara de Europa -y segunda del mundo-. Bajo la marca comercial 1005, el exclusivo producto que se cotiza a 150 euros el kilo ha dado no sólo fama, sino más aún, un enorme prestigio, a la labor que desarrollan los hoy 14 socios de la cooperativa Apícola del Bierzo, agrupación que inscribe ahora un nuevo capítulo en su andadura, de sólo tres años, con el lanzamiento al mercado de cucharillas monodosis de miel. Apenas recién arrancada su producción, estas cucharas de uso individual, desechables y con siete gramos de producto blindado a contactos externos, están llamadas a erigirse en el complemento perfecto a nuestro café, nuestro té y nuestras tostadas y, por lo tanto, en seria competencia para los edulcorantes convencionales. El carácter 100% natural, la certificación ecológica y las contrastadas propiedades saludables del oro líquido que contienen se presumen fuertes bazas en la batalla por la conquista de nuestros desayunos.

La última, innovadora y revolucionara propuesta de Apícola del Bierzo Sociedad Cooperativa parece tener todos los ingredientes para triunfar y en ello confía Javier Morán, secretario y uno de los integrantes de este colectivo que él mismo echó a andar, “junto a otros dos socios fundadores”, en enero de 2018. Según explica, las cucharillas de miel del Bierzo llevarán la marca comercial Real y llegarán a nuestras manos a través de comercios de alimentación, supermercados y canal Horeca, o bien mediante pedido online en el espacio comercial virtual de la propia Cooperativa. Se venderán en dos formatos diferentes: en sobre de 20 cucharillas, orientado al consumidor individual, y en cajas de 200 unidades pensadas para los establecimientos de hostelería y restauración.

Los consumidores españoles, somos, pues, público objetivo de este nuevo producto que previsiblemente vivirá su puesta de largo el próximo mes de diciembre en un acto especialmente organizado para la ocasión y respaldado por algún cocinero de renombre; pero no serán un regalo exclusivo para nuestros paladares. No en vano, el colectivo berciano, que prácticamente desde sus inicios -y como muchos otros del sector primario-, apostó por la internacionalización como estrategia clave para lograr para su producto el valor que se merece y que cree que España no le otorga como debería a la miel, tiene también las miras claramente fijadas “en países de fuera de Europa” cuyos nombres, a falta de concretar acuerdos, Javier Morán prefiere no desvelar aún.

Las cucharillas de miel monodosis son, no obstante, sólo el penúltimo hito en la historia de emprendimiento colectivo que representa en sí Apícola del Bierzo, una cooperativa que en menos de cuatro años ha pasado de sus tres socios iniciales a 14 y de una facturación de 40.000 euros en 2018 al millón y medio con el que espera cerrar el presente ejercicio, según subraya Morán. Y es que, la suya es una trayectoria de crecimiento exponencial ligado a la innovación continua.

Certificaciones eco, Halal y FDA

El primero de sus grandes logros fue, según recuerda el secretario del colectivo -a su vez, presidente de la Asociación Leonesa de Apicultores-, lograr en poco más de un año, ya avanzado 2019, que calara entre los apicultores de la comarca la apuesta por la producción mielera ecológica; una apuesta que hoy se traduce en una producción de la cooperativa certificada al 100%, tanto de la miel como del polen y el propóleo. “Era una forma de acceder a mercados a los que de otra manera no podíamos llegar”, afirma Javier Morán antes de remarcar que “en la Unión Europea el 50% de la agroalimentación ya es bio”.

Ese mismo año llegaron, además, departamentos propios de control y de formación continua para sus apicultores como fórmulas para avanzar en calidad, así como la importante certificación Halal para la miel de Apícola del Bierzo, una calificación que la confirió un gran espaldarazo al abrir las puertas al mercado musulmán, aun suponiendo “un reto a mayores” y algunos “cambios de manejos y procesos” para responder a sus arduas exigencias -por ejemplo los productos ni siquiera pueden viajar en los mismos contenedores en los que haya otros de tipo alcohólico y derivados del cerdo-.

Con ese pasaporte, la miel berciana ha podido desembarcar con fuerza en un territorio de gran amplitud y enorme potencial que, precisamente, es hoy el destino exclusivo de la miel 1005, sólo adquirible en espacios muy concretos y orientados a destinatarios con un alto poder adquisitivo de Qatar y Dubái.

A por la miel de manzano y la IGP

En lo que al año en curso se refiere, la cooperativa ha logrado en este 2021 la certificación FDA de la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EEUU, necesaria para poder vender también en el gran gigante norteamericano, y ha sumado, además, a sus instalaciones, un nuevo laboratorio que se ha gestado durante dos años de obras y cuya labor irá íntimamente ligada al primer colmenar de investigación de Castilla y León, promovido igualmente desde el seno de la agrupación apícola berciana.

El carácter innovador que Javier Morán y los otros dos socios fundadores imprimieron a Apícola del Bierzo en sus inicios se mantiene, pues vivo, y, además, irrefrenable. Y es que, ya tiene las miras puestas en nuevos emprendimientos para 2022. Por lo pronto, el próximo año será el del lanzamiento de la miel de manzano ecológica, un producto que se sumará a las mieles de bosque, de castaño y multifloral que la cooperativa comercializa “en su mayor parte, al por mayor a los mercados alemán, francés e inglés”, y una parte bajo la marca 30th Honey fundamentalmente en Alemania y Francia, pero también en España; mientras que en lo relativo a la miel 1005, “sólo un 15%” de la cosecha que entregan los 14 socios a la cooperativa alcanza los parámetros de excelencia vinculados a composición analítica y características sensoriales que permiten su embotado bajo la exclusiva marca.

Todas y cada una de estas mieles, así como el polen y el propóleo de Apícola del Bierzo, esperan además añadir el próximo año a su etiquetado el sello IGP Miel de León, un marchamo de calidad por el que lleva años luchando la Asociación Leonesa de Apicultores con el apoyo, por supuesto, de la cooperativa berciana, y que avalará ya el origen de la miel leonesa que saldrá de la cosecha del año que viene.