Ángeles Santos Alfonso, nueva integrante de la Ejecutiva Nacional de COAG: “Las Opas necesitan dirigentes jóvenes que apuesten por unirnos”
Acaba de convertirse en la mujer más joven en acceder a la Ejecutiva Nacional de COAG con 36 años. Ganadera, agricultora y quesera, la zamorana Ángeles Santos llega a este órgano de dirección junto a otras dos mujeres en todo un salto en paridad en relevo generacional
Cuando nací, las ovejas ya estaban en casa”, afirma Ángeles Santos Alfonso para explicar su vinculación al sector primario desde la cuna. Quizá por eso, aunque se licenció en Administración y Dirección de Empresas, acabó dirigiendo sus pasos hacia la explotación familiar, en la localidad zamorana de Fariza de Sayago, -eso sí, previo paso por una entidad bancaria en la que trabajó seis meses, suficientes para darse cuenta “de lo que realmente quería”-. Así, en 2010 se incorporó como titular a la sociedad familiar El Fornazo, en la que comparte faenas con sus dos hermanos, sus padres y dos empleados, y cuya fotografía componen 200 hectáreas de pastos, otras 175 de cultivos y 1.300 ovejas de raza churra.
La producción bajo certificación ecológica de lechazos, fundamentalmente “para el mercado nacional”, y “de 100.000 litros de leche al año” que transforman “en 25.000 kilos de queso” en la quesería artesanal propia ocupan el día a día de esta mujer que acaba de añadir una nueva responsabilidad a su ya de por sí apretada agenda. Y es que acaba de convertirse en miembro de la Ejecutiva Nacional de COAG. “Me parece importante estar donde se negocia; que allí donde se decide, sepan lo que piensas y escuchen lo que tienes que decir”, afirma esta joven de 37 años con objetivos muy claros.
Subrayado lleva en su agenda personal lo de “mejorar la imagen que se tiene de quienes producimos alimentos y apostamos por el campo”. Para Ángeles, ese concepto de “personas sin formación” y esa imagen de aldeanos “con pañuelo y boina” tiene que quedar definitivamente atrás. Además, afirma, también es importante propiciar el relevo generacional en el campo, así como en las propias Opas, que, desde su punto de vista, “necesitan gente joven que apueste por unirnos y por compartir unos objetivos que, al final, son los mismos para todos”. En este sentido, asegura Ángeles que “unos precios justos” y el “cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria” son los grandes retos a los que se enfrenta el sector, como también lo es el de lograr una gestión y un control de la fauna salvaje que permita desarrollar la actividad. “Ante una visión urbana, tenemos que ser capaces de poner encima de la mesa la nuestra, la de quienes convivimos con esa fauna salvaje”, señala.
Tiene claro que las organizaciones agrarias deben pelear por “poner en valor” el relevante papel del sector en los retos demográfico y de economía sostenible. Y matiza, “especialmente el de las mujeres”: es hora de aparcar “esa percepción históricamente machista de que las tareas de la mujer en el campo y en la granja son menores, y por eso no es necesario que coticen ni que sean reconocidas”; ha llegado el momento de que las mujeres “se lo crean” y de que las estadísticas las visibilicen como está comenzando a hacerse gracias “al esfuerzo de muchas” a las que ella dice estar “muy agradecida”.