Los ‘1001 usos’ de un silo

Carlos Mateo, arquitecto y director de silosygraneros.es, repasa en este artículo las oportunidades que las ‘catedrales del campo’ ofrecen para el emprendimiento empresarial y la revitalización del mundo rural

Abordar la compraventa de un silo es cuando menos un reto económico, pero hacerlo para transformarlo en un uso diferente al almacenamiento de cereal es casi una epopeya sin las herramientas adecuadas. El extenso patrimonio heredado de la Red Nacional de Silos tiene para eso y mucho más. En este artículo veremos cómo abordar ideas de rehabilitación que van de los más sencillo a los más excepcional.

Hace seis años que el FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) subastó las primeras 27 unidades de la histórica Red Nacional de Silos que todavía no habían sido cedidas a las comunidades autónomas o municipios. Los años venideros trajeron numerosas subastas que dieron como resultado que, a la fecha, se hayan vendido 47 silos de un total de algo más de la centena. Aproximadamente un 75% han sido adquiridos por empresas del sector agrícola que han dado continuidad al almacenamiento de cereales, piensos u otros granos. El restante 25% fueron adquiridas a precios muy atractivos por ayuntamientos, empresas inmobiliarias y privados cuyo interés es incierto y a la par ilusionante.

Oportunidad para ser referente empresarial

Muchos de estos silos se encuentran en poblaciones de la España rural -ahora llamada la España vacía-, cuyas dinámicas demográficas requieren incentivos para “regresar al pueblo”, ya sea a visitarlo o incluso para quedarse de manera permanente. Acometer estas iniciativas desde las instituciones públicas es una opción lenta y generalmente de escasa viabilidad económica, pero para la empresa privada es una oportunidad de convertirse en un referente, abrir nuevos mercados y activar sectores no explotados.

Los silos son agrupaciones de celdas de paredes altamente resistentes con gran altura, entre 24 y 57 metros, o lo que sería equivalente a un edificio de 7 a 16 plantas, sin ventanas y con una maquinaria interna que bombea grano hacia cada una de las celdas. Habilitar, en su sentido más expreso, un espacio tan inhabitable es un reto técnico y creativo al cual me he enfrentado en los más de 15 años de investigación y asesoramiento sobre la rehabilitación en silos -con cambio o no de uso-. Las situaciones enfrentadas han sido múltiples en cuanto a implantación urbana, tipologías de silo, altura, espacialidad, cliente y uso; algunas de los cuales aquí comparto:

-Residencial: desde las clásicas residencias de estudiantes hasta los modelos más recientes de co-living, pasando por residencias de ancianos o micro-apartamentos en alquiler para jóvenes.

-Turístico: estos edificios son un atractivo industrial de primer orden, pero poco explotado; sus atractivas terrazas han sido aprovechadas en proyectos como el Mirador de la Campiña de Fuentes de Andalucía o el museo de la agricultura en Arévalo.

-Científico: observatorios astronómicos como el silo de Bello (Teruel) o de aves, como en los silos de Senillosa.

-Cultural: usar las paredes como grandes lienzos artísticos como en la iniciativa ‘IamTitanes’, o salas de exposiciones o teatros como El Tanque en Tenerife o el silo de Marsella, respectivamente.

-Almacenaje: la alta capacidad de carga del silo lo hacen viable para almacenar gran cantidad de elementos de escala media, situaciones que ya observamos en el depósito arqueológico de Córdoba ubicado en el histórico silo de la localidad, primera unidad construida en 1950.

Los anteriores son usos relativamente evidentes, pero recientemente hemos realizado algunos enfoques singulares que tal vez merezca la pena comentar:

-Energías alternativas: biomasa, geotermia y solar. Tales como la propuesta del Silo de Castuera como colector solar (no ejecutada).

-Comerciales: se me viene a la cabeza los reconocidos silos de Armani en Milán, ‘showroom’ de la marca.

-Agroindustrial: los silos son grandes contenedores de alto poder de carga y control térmico que permite generar ambientes controlados para el almacenamiento y desarrollo agroindustrial. Así surgieron iniciativas como plantaciones de hongos o secaderos de jamón, pasando por bodegas.

-Almacenamiento: depósitos de cualquier índole, que van desde los minidepósitos de las capitales a depósitos arqueológicos, archivos documentales, etc. Destacamos el ejercicio que realizamos para la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía para convertir los silos de Sevilla en archivo central.

-Deportivo y de entretenimiento: centros de escalada o buceo, centros de entretenimiento, balnearios urbanos.

La naturaleza de la iniciativa privada está muy presente fuera de nuestras fronteras, donde la titularidad privada de los silos facilitó el desarrollo de proyectos de intervención ubicados en áreas industriales de centralidad, tales como puertos, y su rápida adaptación a dinámicas urbanísticas de reclasificación de usos. Así podemos encontrar casos de éxito en el “silo district de Ciudad el Cabo” (Sudáfrica) o el distrito portuario de Islands Brygge de Copenhague.

La Red Nacional de silos de España se rige por criterios diferentes, estando ubicadas la mayoría de sus unidades en poblaciones rurales fuera del área de afectación de las grandes urbes. No obstante, su ubicación en estas poblaciones rurales o ciudades medias, poseedoras de una gran riqueza histórica y natural, posiciona a estos silos como grandes faros del territorio -algunos los llaman ‘catedrales del campo’- capaces de generar, entre otros usos, sinergias con el turismo de interior como complemento a los destinos tradicionales -turismo de iglesias, castillos y palacios- o los destinos ecoturísticos tan apreciados parques naturales, retiros espirituales. En otras ocasiones, los silos pueden servir para complementar los modelos habitacionales tradicionales, ya que no parece muy atractivo ni factible para un milenial habitar una casa antigua, pero sí alojarse en un complejo para nómadas digitales que trabajan telemáticamente alejados de las molestias de la gran urbe.

Valga este texto para abrir una puerta al emprendimiento empresarial que, dudosa de adquirir un silo de los subastados por el FEGA o las autonomías, sepa donde encontrar un repertorio de casos de éxito dentro y fuera de nuestras fronteras.