Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA): “Probablemente no terminaré el mandato. La idea es preparar un relevo tranquilo”

Lorenzo Ramos, uno de los dirigentes agrarios históricos, afronta su último mandato como secretario general de UPA, cargo al que accedió en 2004. Reconoce que en circunstancias normales no hubiese optado a la reelección y que probablemente no agotará los cuatro años. “La idea es preparar un relevo tranquilo”, afirma

Ha anunciado que es su último mandato. ¿Cansancio o hay que impulsar relevo?

Mi idea era que si hubiéramos estado en condiciones normales, lo hubiera dejado, aunque me hubiera quedado para echar una mano para lo que me dijesen. Somos una generación que tiene que ir dando el relevo, pero las dificultades de ciertas áreas hacen que nos tengamos que mantener al menos durante un tiempo en algunas secretarías en las que son muy importantes las relaciones con la administración y con las empresas. La idea es preparar un relevo tranquilo. Tenemos ahí dos o tres puestos relevantes con personas más veteranas y hemos incorporado bastante gente joven en las estructuras regionales y en la general ha habido muchos cambios y se han incorporado muchas mujeres. Probablemente alguno ni siquiera agote todo el mandado y me incluyo yo, pero lo que está claro que es mi último mandato. Tenemos gente muy preparada, muy joven y con responsabilidades en territorios importantes.

¿Le gustaría que le sucediera una mujer?

A mi me gustaría. No sería yo quien pusiese ningún impedimento, sino todo lo contrario. Desde 2004 hemos podido desarrollar con mucha fuerza nuestra organización hermana, Fademur, que se ha convertido en un referente entre las mujeres rurales, que es muy activa planteando temas de mucha importancia para el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Siempre hemos dado un papel muy relevante a las mujeres en nuestra ejecutiva, nuestra vicesecretaria general es una mujer desde 2005 y me siento muy orgulloso de que cuando vamos por ahí seamos la única organización que cumplimos los temas de igualdad y de participación. Si los compañeros y compañeras deciden que sea una mujer la que me suceda yo encantado. Hay un grupo muy importante dentro de la propia ejecutiva, en torno a 10-12 personas y cualquiera puede serlo perfectamente, pero lo tendrá que decidir el próximo congreso. No seré yo quien señale a nadie porque creo que la organización ha llegado muy unida y, en ese sentido, cuando se tenga que decidir que se decida.

¿Cómo le gustaría que le recordasen?

Que se me reconociera el esfuerzo de compatibilizar la secretaría general siendo de un territorio que tiene tantas complicaciones de comunicación como es Extremadura y siguiendo con mi explotación, aunque es cierto que he estado acompañado primero con mis hermanos y su familia y en los últimos diez años con mi hijo, que se puso al frente. Eso me ha posibilitado seguir manteniéndola, el venir todas las semanas a mi casa. Tenemos unas comunicaciones que no son fáciles, no tenemos tren, y con la pandemia coger autobuses y aviones es muy complicado... Lo he hecho porque creo en la organización, en la agricultura y en la ganadería familiar. He intentado dar lo mejor de mí.

¿En qué ha cambiado la agricultura desde que asumió el cargo y que tiene pendiente?

Con carácter general los métodos de cultivo y la forma que tenemos de trabajar en nuestras explotaciones. Hoy trabajar en el campo no es como hace 25 años, que éramos unos esclavos, aunque hay algunos sectores que tienen que dedicarle mucho tiempo al cuidado de los animales. Hemos modernizado nuestras explotaciones tanto a nivel de grandes como de medianas y pequeñas explotaciones y eso es un aliciente para que se incorpore gente. El problema, que se ha ido agravando, son las crisis de precios permanentes, que se monte un sistema de venta a resultas y que con nuestra gente no se tenga ninguna obligación y se les pague cuando todo el mundo ha conseguido sus beneficios. Ahora con la Ley de la Cadena estamos ilusionados porque creemos que se va a recoger, gracias a las movilizaciones del año pasado, que no se pague por debajo de los costes de producción, que se sigue sin cumplir pese a que se aprobó en febrero. En la PAC, cuyo reparto no es justo porque no beneficia a quien más lo necesita, se abren expectativas para que haya ayudas más importantes al modelo de agricultura familiar y se está anunciando un fondo redistributivo que beneficia a las primeras hectáreas. Tiene buena pinta. Pero hemos estados muchos años muy mal y nos llevó a movilizarnos. Las organizaciones agrarias, cada una con nuestras diferencias, supimos poner por delante el interés general y y espero que podamos seguir haciéndolo en el futuro.

¿Con qué ministro se ha llevado mejor?

Creo que ningún ministro o ministra, tanto del PSOE como del PP, tenga queja de que les hayamos planteado cuestiones por intereses políticos, sino cosas razonables y eso ha hecho que tuviésemos buena relación tanto con ellos como con sus equipos. Alguna bronca también hemos tenido porque hemos pasado momentos difíciles y sobre todo cuando denunciamos algunas cosas en los medios de comunicación tienden a mosquearse muchos. Eso me ha pasado casi con todos, pero pocas veces. Ha habido con todos una interlocución muy cercana, me han llamado cuando lo han considerado necesario y yo he hecho lo mismo con cuestiones importantes.

Algún sector pide elecciones en el campo ¿son necesarias?

Nosotros, que somos una organización absolutamente democrática como acabamos de demostrar en este congreso y en todos lo territoriales, no estamos en contra de que haya otro sistema de representatividad. Yo he sido presidente de la Cámara Agraria de Badajoz y no ha servido para nada. Las elecciones tienen que servir para luego poder decidir porque cuestan un dinero que no tenemos. Tiene que haber una Ley de representatividad, pero en cada caso puede verse la forma de cómo se hace para que sea justa. En otros sectores yo no veo que se hagan elecciones, como en los autónomos, o en organizaciones de consumidores... Ha habido unas elecciones en Cataluña recientemente con una participación de un 35% y eso no es representativo. Sería más económico y más fiable que cada organización presente el número de declaraciones de la PAC que realiza, el número de oficinas que tiene, el número de empleados, los afiliados que pagan, etc. Si hay alguien que se siente incómodo, actualicemos la forma de representatividad, pero hacer procesos electorales hay que ser absolutamente transparente y la Ley que hizo Cañete no lo es.

¿Qué postura tienen en el ‘capinng’ y el agricultor genuino?

Apoyamos que el tope de ayudas parta de los 60.000 euros, pero que se descuenten los costes de empleo porque a una empresa grande que crea riqueza también hay que apoyarla. En el tema de agricultor, que tengan ingresos de la agricultura superiores al 30% porque tenemos zonas con agricultores pluriactivos que son muy necesarios. Y luego que se establezcan vías de como se hace los repartos que puedan hacerse con estas ayudas redistributivas, que se están haciendo en Francia y Alemania y ha funcionado tan bien que quieren aumentarlos porque hay más justicia social.

El ministro se comprometió en el Congreso a regular las macrogranjas. ¿Confía en que lo cumplirá?

Planas se comprometió antes de final de año a sacar un decreto que recogiese las condiciones para establecer un sistema de producción. Lo dijo principalmente referido al sector de la leche. Sería bueno para hacer frente a algunos sistemas de producción que pueden parecer muy modernos, pero que ni siquiera están en manos de agricultores y ganaderos, sino de fondos de inversión que pueden cargarse el modelo mayoritario que es la agricultura familiar y cuando no les salgan las cuentas salgan corriendo. A ver luego como recuperamos esos sistemas. Habría que tener en cuenta que si en España no ha habido problemas de desabastecimiento con la pandemia es porque tenemos un modelo mayoritario de agricultura familiar y que producimos prácticamente de todo. Ha habido países que sí los han tenido. No desmontemos un sistema frente a otros que no están pegados al territorio, se cargan muchísima mano de obra y los alimentos de calidad.