El precio del maíz y la soja ahoga al vacuno de leche

El rally alcista de las materias primas agrícolas, que tocan máximos, ha encarecido el coste de producir un litro de leche en 3,8 céntimos y dispara las pérdidas para el ganadero

Desde octubre los precios del maíz y de la soja, las dos principales fuentes de aporte energético y proteico, han intensificado sus subidas hasta situarse en niveles históricos. En el primer caso, se ha pasado de los 183 euros por tonelada a los 270, un 47% más, mientras que en el segundo el incremento es de un 28%, tras pasar de 323 euros a 415.

La alimentación representa el 60% de los gastos de las granjas. Esto supone, que en los últimos siete meses el incremento del precio de los piensos ha encarecido en 3,8 céntimos el coste de producir un litro de leche (ver gráfico).

De esta manera el diferencial negativo que ya existía antes de la subida se ha disparado. El último informe conocido, aunque no publicado oficialmente, del Ministerio de Agricultura sobre la cadena de valor de la leche líquida con datos del primer semestre del pasado año fijaba el coste de producción en 36 céntimos el litro y en 35 céntimos el ingreso de los ganaderos (resultado de la suma de los 32 céntimos de venta más los ingresos por la PAC y la venta de carne por desvieje). Es decir que por cada litro el ganadero perdía 1 céntimo. Ahora, esta cantidad se eleva a los 3-4 céntimos. Un incremento que la industria dice que no puede asumir porque se niega la distribución.

El retraso del departamento que dirige Luis Planas en hacer oficial ese informe impide que la venta de la leche se pueda referenciar a los costes de producción, como establece la Ley de la Cadena Alimentaria. “Pasa el tiempo y no se publica pese a que el compromiso era tenerlo antes de octubre. Lo último que nos dijeron por escrito era que saldría en abril, pero estamos en mayo... En el aceite de oliva ya se ha hecho y se está utilizando” asegura Francisco Fernández, director de Agaprol, la mayor organización de productores de leche del país.

“Sabemos que hay muchas presiones de la industria y la distribución para invalidar el estudio cuando ellos han colaborado en hacerlo”, añade Fernández. Hace apenas dos días, el Ministerio anunció que presentará “en breve” el informe. De ser así, será sobre datos ya desfasado. “El problema es que el 70% de los contratos se han renovado en marzo, con costes de producción antiguos. El otro 30% lo hace en junio, con lo cual un año más vamos a estar en situación de pérdidas”, explica el director de Agaprol.

Si la situación es mala, el futuro inmediato amenaza con agravar la situación. Según Francisco Fernández, “el verdadero drama viene ahora”, porque se acaban los contratos anuales que los ganaderos hacen con sus proveedores. “Hacer silo de forraje de maíz a esos precios es imposible”, explica.

El resultado es que “la gente está muy cabreada, con un sentimiento de rabia contenida y resignación. El sector lácteo es muy complicado, está muy atomizado, ha sufrido supuestamente los efectos de un cártel y es muy complicado cambiarse de industria. En un país deficitario de leche no hay competencia”, se lamenta Francisco Fernández.

“Tiene que trabajar hasta el abuelo”

“Las granjas más grandes, las que hicieron grandes inversiones para ganar eficiencia y tienen mano de obra lo están pasando francamente mal. No pueden escapar porque tienen amortizaciones pendientes. Aguantan haciendo muchas horas, trabajando toda la familia sin cobrar, tirando de ahorros o trabajando con 80 años el abuelo en la granja. Esa es la realidad”, asegura el responsable de esta organización de productores.

El vacuno de leche no es el único sector que está sufriendo la subida de las materias primas. También está viendo menguar sus márgenes de manera alarmante el avícola, el porcino o el ovino y caprino. En este último caso, los costes de alimentación se han incrementado entre un 15 y un 20%, empujados fundamentalmente por la alfalfa, cuyo precio se ha disparado por el trasvase de producción a otros cultivos más rentables como el maíz, y el aumento de la exportación de este forraje, señala Martin Esteso, presidente de Asaja Castillla-La Mancha. Esto está provocando en el caprino que se neutralice los mejores precios de la venta de leche derivada de un incremento de la demanda de quesos y de la reducción de la producción en comunidades líderes como Andalucía por la tuberculosis que afectó a la cabaña el año pasado.

“Más que en la materias primas -dice el dirigente agrario- en lo que tenemos que incidir es en los márgenes de producción de manera que todo el mundo gane y la distribución no se lleve un 60% o un 70%, y en algunos casos hasta el 300%”, concluye Martín Esteso.