El eucalipto se pone ‘de moda’

Su protagonismo contra el cambio climático gracias a su rápido crecimiento y su mayor productividad, le colocan en una posición privilegiada en la carrera hacia la bioeconomía de una industria textil que apuesta por las fibras sostenibles

Tras su alargada figura sigue existiendo un mundo de controversias. Tildado de invasor y denostado con argumentos medioambientales de lo más variopintos, lo cierto es que, un siglo y medio después de que el eucalipto llegara a los bosques españoles, esta especie se ha erigido en una de las más apreciadas por los propietarios forestales por su adaptabilidad, versatilidad y condiciones de aprovechamiento. Por si fuera poco, parte en una más que buena posición en la nueva carrera hacia la bioeconomía, en una competición en la que la demandada fabricación a base de materias primas naturales mira cada vez más al sector forestal. La industria textil ha sido la última en hacerlo y de su mano, y más que nunca, el eucalipto se pone de moda.

Fue la Organización de Naciones Unidas (ONU) la que en 2019 decidió asumir el liderazgo en el impulso de la moda sostenible y promover el cambio en una industria que es la segunda gran consumidora de agua a nivel mundial, produce entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de carbono a la atmósfera y libera medio millón de toneladas de microfibras sintéticas al océano cada año. Y el sector forestal no dudó en coger el guante y emprender ese camino con dos importantes avales: los tejidos fabricados a partir de celulosa de madera consumen hasta 60 veces menos agua que la misma prenda de vestir de algodón y los avances tecnológicos permiten procesos de extracción en la explotación maderera cada vez más sostenibles.

“Todos nos vestimos con ropa y tenemos más de una prenda para vestirnos, luego estamos hablando de miles de millones de personas y prendas”, y en la búsqueda de la industria textil de alternativas limpias a las tradicionales fibras sintéticas procedentes del petróleo, e incluso al propio algodón, se abre para el sector forestal un inmenso mundo de oportunidades. Es “una iniciativa muy interesante, precisamente por el volumen que conlleva”, afirma en este sentido Enrique Valero Gutiérrez del Olmo, vicepresidente de la Asociación Española para la Sostenibilidad Forestal (PEFC) y presidente, a su vez, de la entidad en Galicia.

Más aún, cuando el propio sector de la moda ha escuchado el clamor de la sociedad por la certificación ecológica y empresas de referencia como la gallega Inditex, han asumido compromisos inequívocos para darle respuesta. Que el imperio textil de Amancio Ortega se haya alineado con las principales iniciativas internacionales para hacer realidad las materias primas sostenibles y las fibras limpias “nos da una idea de la importancia que va a tomar”, vislumbra Valero antes de señalar que, en esta nueva carrera, España, segunda en el ranking de la UE con mayor superficie forestal (27,7 millones de hectáreas), parte en una “muy buena” posición, -a pesar de que aún hay muchos montes desarbolados y recorrido en selvicultura para lograr mejores ratios de conservación, aprovechamiento y regeneración de nuestras masas arbóreas-.

Los vientos a favor del eucalipto

Y con el disparo de salida, el eucalipto parece capacitado para tomar pronto ventaja dado que ha sido la especie maderera con mayor crecimiento “en las últimas décadas” gracias a “su gran adaptabilidad”, su “capacidad regenerativa ante los incendios” y también a que “no requiere una intensa atención silvícola cuando su destino es para pasta”, algo “muy importante” en la dada en llamar España vaciada, “en esas zonas rurales envejecidas que se han quedado sin apenas actividad agraria tradicional y en las que los propietarios forestales, que son en un alto porcentaje particulares, optan por especies que no precisan gran esfuerzo”, asevera Valero.

Además, a favor del eucalipto juegan otros vientos que le convierten en una de las especies con mayores posibilidades de éxito, como son “turnos muy cortos” -inicio de su aprovechamiento apenas 12 años desde su plantación-; una “fotosíntesis acelerada” o rápido crecimiento, aspecto éste que le otorga un papel protagonista en la lucha contra el cambio climático por su elevada capacidad de fijación de carbono, y, sobre todo, “su alta productividad frente a especies como el roble, el castaño o el pino”. “Mientras una hectárea de robledal puede dar 1,5 m3/Ha/año de madera, una de eucaliptos produce entre 18 y 20 m3, pudiendo llegar incluso hasta los 35”, concreta el también director del Grupo de Investigación AF4 de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo.

No es de extrañar, por tanto, que los propietarios forestales hayan apostado firmemente por el eucalipto “en las últimas décadas”, especialmente en Galicia donde ocupa unas 300.000 hectáreas -según los datos de una investigación en la que está inmerso el grupo de trabajo de Valero-, y donde la Xunta se ha visto obligada a establecer una moratoria en su nuevo Plan de Diversificación del Monte Gallego precisamente por su fulgurante crecimiento.

Y es que, la Comunidad gallega lidera claramente las plantaciones de esta frondosa cuyo volumen de cortas ronda “los cinco millones de metros cúbicos”, que “extrapolados, suponen alrededor del 70% del conjunto del país”, donde el eucalipto también está presente “en Asturias, Cantabria, Huelva y Extremadura” y donde es el claro rey de la extracción maderera, sólo superado por el conjunto de variedades de pinos. Un rey que, ocupando apenas el 3% de la superficie forestal española, representa el 30% del total de la madera aprovechada en nuestro territorio.

Obtención de pasta de celulosa para papel, construcción de aperos de labranza, fabricación de parqué de alta calidad y, cada vez en mayor medida, extracción de fibras vegetales para tejidos de vestir y sanitarios -rama, esta última, en especial auge con la pandemia-, son los principales destinos de la madera eucaliptal, enumera el presidente de PEFC Galicia antes de subrayar como gran valor los “25 euros por metro cúbico” que reporta.

“Todo ese dinero por la madera en pie es una gran transferencia económica de la industria forestal al mundo rural y al empleo en él”, recalca este doctor ingeniero de Montes que defiende que la denostación del eucalipto “no se sostiene ni científica, ni histórica, ni culturalmente”, que esta especie “no va en detrimento del bosque autóctono” y que, en todo caso, la clave siempre está en una buena gestión sostenible, un aspecto en el que PEFC, el sistema de certificación forestal más importante del mundo, sigue fortaleciendo el compromiso de selvicultores y propietarios año a año, 2.423.362 hectáreas certificadas, 41.870 gestores adscritos y 1.543 empresas certificadas en cadena de custodia en 2020, frente a 2.299.352, 35.507 y 1.467 en 2019.