“Somos víctimas de la ofensiva del ‘lobby’ de la carne de laboratorio”

Los ganaderos consideran las declaraciones del Ministro de Consumo, Alberto Garzón, como un reflejo más del intento de grandes multimillonarios por hacerse con el mercado de la carne y defienden una actividad que fija población rural y cumple las mayores exigencias del mundo

Hasta donde llega la memoria de Luis Ángel Cabezas Tetilla, no hay ningún antepasado que no se dedicase al vacuno extensivo. Este ganadero de la localidad salmantina de San Felices de Gallegos, reconoce que se sentiría “orgulloso” si alguno de sus hijos quisiera continuar la tradición familiar “y pudiera vivir de manera digna”. La realidad, sin embargo, no invita al optimismo. “Cada vez nos lo ponen más complicado” asegura al referirse a las “vejaciones y maltrato” hacia un oficio que no te permite desconectar ni un día. “A cualquier hora se pone una vaca de parto o se te ha salido de la finca a una carretera...” explica este ganadero que ve en las palabras del ministro Alberto Garzón contra el consumo de carne “un ataque más de los muchos que estamos sufriendo del mismo sitio, el lobby ecologista, pero no esperábamos que llegase del propio Gobierno y demostrando el más puro desconocimiento de lo que es la producción de carne”.

Cabezas defiende a un sector que “está más que comprometido con el Medio Ambiente. Producimos con las garantías medioambientales más exigentes de todo el Planeta”. Reconoce que la “ganadería contamina, pero producimos el 7% de las emisiones de CO2”, que se compensa “sobradamente” con la captación de carbono de los pastos regenerados por el pastoreo, la limpieza de los montes que evitan incendios o los cultivos para alimentar el ganado. A todo eso añade, la contribución demográfica. “Se les llena la boca al hablar de la España vaciada y luego atacan a los que fijamos población. En mi pueblo, somos menos de 400 habitantes, muchos jubilados, pero de los que estamos en activo, un 75% o un 80% somos ganaderos”.

Luis Ángel no ve algo casual en las palabras del ministro. “Todos sabemos que hay intereses creados por parte de grandes multinacionales y gente muy poderosa que intentan meter otro tipo de proteínas, las de insectos, o la carne de laboratorio a partir de células madre, que está en pleno auge e intentan producir a precios de mercado. Todo eso es lo que está por detrás, los que están poniendo el dinero para que desgraciadamente nuestro sector esté recibiendo ataques día sí, día no”, asegura.

En similares términos se expresa el ganadero oscense de ovino y vacuno en semiextensivo Ramón Solanilla. “El problema principal es que las declaraciones del ministro están dentro de un relato que nos quieren vender y en el que hay una parte del Gobierno, de la sociedad y de la economía mundial. Cuando salió la presentación de la Agenda 2050, Pedro Sánchez dijo que había que disminuir el consumo de carne y que había que consumir productos vegetales. Y nos enteramos también que hay un multimillonario -Bill Gates-, que tiene un millón de hectáreas y está produciendo una especie de pienso vegetal para los seres humanos. A mí lo que me parece preocupante es que eso forma parte de un relato medioambientalista. Quieren convencer a la sociedad de que su relato está bien y de que todo lo que está fuera es algo malo para el planeta, para el sistema, etc. Y, al final, esto afecta porque estamos en medio de una pandemia y la gente se preocupa por la salud”.

Bill Gates es uno de los multimillonarios que está apostando por la carne artificial. También el expropietario de Amazon, Jeff Bezos. Ambos son los principales accionistas de Nature´s Flund, una compañía que produce carne y lácteos a partir de un microbio. En España, solo la facturación del sector cárnico se eleva a 26.000 millones de euros. A nivel global, Barclays augura que los alimentos de laboratorio moverán 127.000 millones de euros en la próxima década.

Para Ramón Solanilla, las declaraciones de Garzón, fueron “un jarro de agua fría” y una “irresponsabilidad” al afectar “a tantas empresas y miles de personas y desde el Ministerio de Agricultura se debería haber sido “más contundentes y dar datos reales para demostrar a la sociedad realmente lo que está haciendo este sector”. Este ganadero oscense explica que la ganadería extensiva es el primer actor para mantener la biodiversidad en los territorios porque “mantenemos pastos de montaña, hacemos limpieza de montes que evitan incendios forestales y con la actividad ganadera se elimina CO2. Estamos haciendo transformación de CO2 manteniendo las praderas, dehesas y superficies forestales”. Y es una actuación -añade este ganadero-, que es muy importante también en el medio rural, que no existiría sin la ganadería.

Ramón Solanilla también señala que el ministro debería haberse informado al hablar de los antibióticos. “No se puede imaginar nadie lo estrictos que son los controles sanitarios. Todas las recetas van a un registro veterinario a Madrid. Estamos controlados para que ninguna explotación haga consumo de antibióticos por encima de las posibilidades de su carga ganadera. Decir que se está sobreadministrando su uso y que eso afecta a las enfermedades de los humanos, es un desconocimiento de lo que estamos haciendo en tema sanitario”.

De momento, no ha notado afecciones, aunque podrían producirse porque cuando los poderes políticos y los medios de comunicación empiezan a difundir fake news, “la gente disminuye el consumo de ese producto, aunque creo que, en el caso de la carne, se equivocan porque la española es la más saludable del mundo. Sólo hay que ver que una buena parte del porcino se va a China porque tiene garantías sanitarias y la ternera se la rifan en los países árabes, al igual que pasa con el cordero. A nivel mundial estamos más valorados que aquí”.

Muy contundente se muestra la ganadera cántabra Marta García a la hora de analizar qué hay detrás de esta nueva polémica. “Hace unos días el presidente del Gobierno salía en una foto con Bill Gates. Se alían con las grandes fortunas, con los lobbys millonarios que apuestan porque comamos carne de laboratorio abandonando a miles de familias que conservan el patrimonio natural de este país”.

Marta García es un ejemplo de la mejora medioambiental de la actividad ganadera. De ello dan prueba un premio internacional por la transformación del estiércol de las vacas en humus de lombriz o el que este mismo mes de marzo recibió de manos del propio ministro de Agricultura como Mujr Rural Sostenible. La ganadera reconoce que recibió las declaraciones de Garzón “perpleja de que un ministro atacase tan gratuita y malintencionadamente” un sector estratégico como el agrícola y el ganadero. “Es el custodio del 80% del territorio de este país, donde se producen los alimentos que nos proporcionan la soberanía alimentaria para no depender del exterior y así se ha demostrado durante la pandemia”, asegura.

Añade que “estamos conservando el medio ambiente. Contaminamos, pero somos un sumidero natural de emisiones que otros sectores lanzan a la atmósfera, como el transporte y la industria”. Por ello, califica de “despropósito que se nos acuse del cambio climático, se nos señale y se nos criminalice por parte de comunistas y podemitas con normativas que van directamente contra nuestro patrimonio cultural, nuestra forma de vida, nuestras tradiciones y nuestra identidad, algo que nunca puede perder un pueblo”.

El eco de las declaraciones de Garzón no ha dejado indiferente a nadie. Nicolás Llorente, ganadero de ibérico en la provincia de Segovia, asegura: “Que desde el Gobierno vengan en contra del sector dice mucho de la preparación que tienen, es tirar cantos contra tu tejado”. Perteneciente a la tercera generación dedicada a la actividad agroganadero critica que “se llenen la boca de la España vaciada y de palabras bonitas y van a disparar contra lo que más población genera en el núcleo rural”. Critica que no se mire por un sector dinámico, que exporta, que está todos los días modernizándose intentado disminuir la contaminación. “Para abrir una granja de porcino hay que hacer un máster y hay una cantidad de trámites exagerado y todo se cumple milimétricamente”.