Tecnología contra los incendios ‘made in Spain’ que triunfa en EEUU

California elige el ‘software’ desarrollado por Technosylva entre 130 propuestas y logra gracias a él frenar 85 incendios de riesgo elevado, además de mitigar las consecuencias de los 600 que el Estado sufrió en el peor año de su historia

California sufrió en 2020 el peor año de su historia en cuanto a incendios forestales y superficie arrasada por el fuego, con más de 1,6 millones de hectáreas aniquiladas por las llamas, miles de inmuebles calcinados, cientos de familias sin hogar y varias decenas de víctimas mortales. Pero, aunque cueste imaginarlo, pudo ser mucho peor. Y una tecnología desarrollada en León por la empresa Technosylva, que simula cada día 144 millones de incendios sobre los 423.970 kilómetros cuadrados de superficie sobre los que se estira este estado de la Costa Oeste, lo evitó.

Las imágenes del alargado territorio occidental estadounidense envuelto en llamas sobrecogieron al mundo. El Cal Fire, o Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California, contabilizó 600 fuegos de importancia que arrancaron en agosto, cuando ni siquiera había comenzado la tradicional temporada de incendios de otoño, e incluso el servicio de monitoreo atmosférico Copernicus de la UE confirmó que el humo del infierno californiano -acrecentado por los fuegos que también asolaron Oregón y Washington-, llegó a Europa. Ahora bien, sólo 30 de aquellos incendios forestales, entre ellos el más importante de la historia del Estado, el del Complejo de August, coparon titulares en los medios de comunicación por su magnitud. Eso sí, “hubo al menos otros 85 con potencial” para haberlo hecho también por su nivel de gravedad, pero que pudieron ser atajados antes de sobrepasar la línea roja. Fue posible gracias a tecnología ‘made in Spain’, concretamente a un software bautizado como Wildfire Analyst, desarrollado por un equipo de 50 personas en León y por el que se ha apostado fuerte en California gracias al alma mater de Technosylva, el doctor ingeniero de Montes Joaquín Ramírez Cisneros, actualmente afincado en San Diego.

Natural de Zaragoza, pero cautivado por León, a donde llegó hace ya 25 años para trabajar en una empresa de servicios forestales e impartir clases en Ponferrada, Ramírez se lanzó a poner en marcha su propia empresa en 1997 en la capital leonesa, de la que dice, “es una ciudad maravillosa para vivir, como muchas otras de interior” que existen en un país que, lamenta este emprendedor de 51 años, parece empeñado en mirar solo a las macrourbes.

Facturación multiplicada por diez en dos años

Technosylva vivió desde su nacimiento un crecimiento sostenido hasta alcanzar la treintena de empleados y el millón de euros de facturación en torno a 2008. Pero irrumpió la crisis, a Joaquín le llegó una invitación de la Universidad de San Diego y, tras aprovechar aquel viaje “para intentar entender la realidad americana” en cuanto a política forestal se refiere, se decidió a dar el salto en 2013. “La mentalidad era muy diferente”, dice sobre lo que se encontró y sobre lo que luego profundizaría: “En España era tengo este dinero, ¿qué me haces?, mientras que allí era, me gusta lo que haces, ¿cuánto vale?”. Hoy, la empresa de sello leonés cuenta con medio centenar de trabajadores en León, “que se encargan de crear y producir productos y servicios, y con otros diez en San Diego, enfocados al desarrollo de negocio e implantación”; y ha visto multiplicarse su facturación “por más de diez en los dos últimos años”, gracias sin duda a una tecnología que triunfa en California, y que también utilizan Virginia, Georgia, Texas y otro puñado de territorios del país.

La importancia de este desarrollo concreto acaba de ser subrayada en los ‘The 2020 Good Tech Awards’, los premios anuales con los que The New York Times reconoce la buena tecnología; una distinción gratificante que otorga una dosis extra de “visibilidad” a la compañía, ha valido a su fundador “alguna que otra llamada de fondos de inversión y de capital riesgo” e incluso -añade a modo anecdótico Ramírez Cisneros-, ha motivado “que el gobernador de California, Gavin Newson, aprenda a pronunciar Technosylva”. No obstante, este reconocimiento no deja de tener un valor relativo para una empresa que basa su hoja de ruta en el establecimiento de una relación de confianza con su cliente y en el desarrollo de soluciones que mejoran la calidad de vida y el medio ambiente.

Casualmente, la llegada de Newson al cargo de gobernador en 2019 se convirtió en la definitiva punta de lanza de Technosylva para alcanzar en los últimos dos años velocidad supersónica. California acababa de vivir en 2018 un incendio atroz, el de Camp, que prácticamente calcinó la ciudad de Paradise y segó casi 90 vidas humanas, y “el gobernador dijo el primer día de su llegada que lo de los incendios lo tenían que resolver de otra manera”. Se abría una gran oportunidad.

Tecnología más ciencia

“Nos preguntamos cómo”, dice el CEO de Technosylva antes de desvelar que entendieron que no valía solo con la tecnología, “pues ahí había otros más fuertes que nosotros”, sino que “lo que había que hacer era convertir esa tecnología en herramientas fiables, y esa fiabilidad, esa credibilidad, te la da el tener una vinculación muy estrecha con la ciencia”. Ahí, añade Joaquín Ramírez, Technosylva tenía una “buena pata”, una baza diferenciadora que, unida a un buen acceso a datos -drones, satélites y cámaras en tiempo real- y a la confianza ganada entre los usuarios, conformó el cóctel de fortalezas que en abril del año pasado permitió a la leonesa imponerse a otras 130 compañías -entre ellas Microsoft o Google-, en la puja por un contrato con el Gobierno de California para predecir los avances de los incendios forestales.

Obtener métricas de riesgo precisas que reflejen hacia dónde se propagará un fuego y sus posibles impactos es, precisamente, la esencia de Wildfire Analyst. Para ello, todas las noches Technosylva recibe una “predicción meteorológica de muy alta calidad, a un radio de dos kilómetros y a 108 horas vistas”, cuyos datos se llevan a un supercomputador -al principio fue el propio Calédula de León-, donde se cruzan con otros para lograr esas métricas. A partir de ellas, cada hora se quema virtualmente California con la simulación diaria de 144 millones de incendios. “Nos permite calcular, con un nivel de precisión único, los impactos en casas, edificios y personas”; saber, con cuatro días de antelación, que hay un riesgo alto de que se produzca un incendio en un punto concreto y las consecuencias que va a tener, permitiendo anticiparlas.

También, cuando los sistemas de alerta del Estado reportan un fuego, el software de Technosylva simula su evolución en diez segundos, de forma que los bomberos saben con exactitud a qué se van a enfrentar, algo “absolutamente clave” cuando se dan circunstancias como las de agosto y septiembre de 2020 en California -con casi una treintena de fuegos simultáneos, temperaturas que superaron los 50 grados centígrados y vientos de más de 100 kilómetros por hora-, y “hay que decidir dónde actuar”. Además de este software, Technosylva también ha desarrollado una plataforma GIS (Sistemas de Información Geográfica), denominada FiResponse, para el control integral de un incidente desde su declaración hasta su control. Entre los clientes de estos productos y servicios enfocados a intentar “entender el fuego para vivir con él de una manera sostenible”, gobiernos, universidades, eléctricas y aseguradoras de diez estados norteamericanos, pero también de Chile, Portugal, España y, próximamente Holanda.