Rodrigo Carrillo Hernaiz, agricultor, fotógrafo y tuitero: “En el campo vale el arraigo, no lo de emprender desde un garaje”

Más de 8.000 followers le siguen en Twitter (@AgricultorCas), donde es Tractorista de Castilla y se define como “Rural, rural nada más”. Toda una declaración de intenciones para quien no se considera influencer y cuya actividad en redes sociales solo persigue “divulgar lo nuestro”, sea con un toque poético, desde el humor o con tono reivindicativo. Y lo de Rodrigo Carrillo Hernaiz es el campo, es Villar de Cañas y es Cuenca. “Busco contribuir al Manifiesto por Cuenca” -iniciativa popular enfocada a exigir políticas activas contra la despoblación para la provincia-, enarbola este joven agricultor (1989) que, sobre todo, cuelga fotografías de los bellos parajes que antes mimaron sus abuelos y que ahora trabajan él y su hermano Tomás. Se aferraron a las fincas familiares en Villar de Cañas y Villares del Saz hace una década. Con apenas 21 años, Rodrigo dejó su Madrid natal y aparcó su título de Sociología porque “surgió la oportunidad y por el cansancio” de vivir en la gran urbe. Hoy, los Carrillo Hernaiz comandan Vallejondo Esencial, una empresa centrada en unas 200 hectáreas de cereal y, prioritariamente, otras 120 de lavanda y lavandín y que ya tienen aparejada una destilería propia.

“La vida laboral en el campo es una maravilla” afirma Rodrigo sobre una apuesta que le ha dado “mucho” y que, considera, no le ha quitado “nada, en realidad”. “A veces conectividad”, reconoce, no sin dejar entrever que pesan más el sentirse dentro de una gran “comunidad de vecinos” y la “libertad” que el campo les da a él y a su hermano para, curiosamente, irse “a Madrid los fines de semana para disfrutarlos con las parejas”.

Eso sí, advierte a quienes, especialmente a raíz de la pandemia, dicen ansiar la idílica vida rural, en el campo no hay “gallinas de los huevos de oro” ni vale eso de “emprender desde un garaje”. “Los deseos a veces chocan con la dura realidad” y en los pueblos “un proyecto no es sólido si no se sustenta en el arraigo”. “No hay garantía de conectividad, el consultorio abre dos días a la semana, la caja de ahorros igual...”, afirma Rodrigo Carrillo para exigir que la clase política “se ponga las pilas para que la gente del pueblo tenga las mismas oportunidades que la de las ciudades”. Porque él y su hermano contaban con terrenos y vivienda familiares y han abierto varios frentes, pero sin ese arraigo...Han tenido que realizar importantes inversiones en una maquinaria que a su abuelo le deja “maravillado”. “GPS, agricultura de precisión, dosificaciones exactas, hacer diez veces más de lo que ellos hacían”, enumera este agriculto r de hoy que reniega de los cuatro “explotadores” que cada año llegan a los medios por tener “temporeros en esclavitud” y que, sobre la tecnificación del campo lo tiene claro: “si existe un trabajo sometido a constante evolución es la agricultura, y no apostar por ella es quedarse atrás”.