Next Generation, una oportunidad para el sector agroalimentario

España se enfrenta a la oportunidad histórica de aprovechar las ayudas con las que la Unión Europea ha dotado el Fondo de Recuperación y Resiliencia para impulsar el maltrecho tejido empresarial dejado por la pandemia del coronavirus y afrontar al mismo tiempo las reformas necesarias para una verdadera transformación de su economía. Un desafío del que no está exento su sector agrario y agroalimentario que, convertido durante estos meses en el auténtico motor económico del país, vive un momento perfecto para afrontar algunos de sus más importantes retos y crear el marco que le permita fortalecerse como sector estratégico.

Los 140.000 millones en ayudas y créditos blandos a los que tendrá acceso nuestro país durante los próximos tres años persiguen establecer un modelo económico más sostenible medioambientalmente, digitalizado, innovador y resiliente, objetivos todos ellos totalmente alineados con los deberes que la Unión Europea ha establecido para nuestro sector agrario y agroalimentario.

Los fondos a los que el sector agrario puede optar no se agotan en los 1.000 millones de euros que gestionará el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, centrados en la modernización del regadío y la transformación digital y medioambiental de las explotaciones agrarias y ganaderas, sino que los Ministerios de Industria; Transición Ecológica y Reto Demográfico; Industria y Turismo, y Asuntos Económicos dispondrán de líneas a las que también podrán acogerse bodegas, cooperativas o pymes agroalimentarias.

La agroalimentación es consciente de las enormes posibilidades que se presentan y ya está trazando alianzas con otros sectores para aprovechar todas las potencialidades del Fondo Next Generation, lo que además de una inyección de recursos para acometer la obligada transformación supone todo un cambio de mentalidad para crear un ecosistema de colaboración que permita al sector primario salir del aislamiento que ha sufrido durante décadas. Es todo un cambio de paradigma que grandes compañías estén tendiendo la mano a pymes y cooperativas del mundo rural para incluirlas en los grandes proyectos tractores.

El Gobierno, inmerso en el descomunal reto de concretar las actuaciones y las líneas de ayuda, debe ser consciente del papel estratégico que juega la agroalimentación en nuestro sistema económico, medioambiental y social, y hacer accesibles los distintos fondos al sector, tal y como, acertadamente, está intentando el departamento que dirige Luis Planas.