La agroalimentación bulle: segundo sector que más fondos pide a Maroto

Bodegas, grandes cooperativas agroalimentarias como Grupo AN o Cobadú, empresas de porcino como Agropecuaria de Caleruega o tecnológicas como Hispatec se alían con la industria de transformación y participan en Manifiestos de Interés en busca de partidas para digitalización y sostenibilidad

El sector de la agroalimentación es el segundo, tras la automoción, en volumen de ayudas solicitadas a las partidas que gestiona el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En total, el departamento que dirige Reyes Maroto ha recibido un total de 750 Manifiestos de Interés (MDI), con un volumen de inversión asociada de 212.000 millones de euros, según desveló hace unos días el secretario general de Industria, Raúl Blanco.

Esos datos muestran el estado de “ebullición” en el que está el sector agroalimentario de nuestro país para no dejar escapar la oportunidad que ofrece el Fondo de Resiliencia para acometer los retos de digitalización, innovación y sostenibilidad a los que se enfrenta. Una “fiebre” que está haciendo posible innumerables alianzas de todos los eslabones de la cadena de la mano de las grandes compañías, organizaciones empresariales y sectoriales, asociaciones agrarias y centros tecnológicos que permitirá a las pymes, las cooperativas o las bodegas no quedar al margen del reparto.

La Federación Española del Vino (FEV) es una de las organizaciones que no ha perdido un minuto en mover ficha. En colaboración con la empresa tecnológica MINSAIT (Grupo Indra) y junto a Cooperativas Agroalimentarias de España y la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) ha presentado una “Manifestación de Interés para un Sector Vitivinícola Competitivo, Digital y Sostenible” ante el MINCOTUR. A la misma se han unido inicialmente de forma directa 32 empresas vitivinícolas de la FEV, que agrupan a 84 bodegas de referencia del sector, así como las empresas TIC integrantes del “Hub Nacional de Digitalización y Vino” (JIG, Arsys, Hispatec, UAV Enterprise Project y Satec), encargadas de aportar el conocimiento y su capacidad tecnológica a la misma.

No obstante, desde la FEV, que también ha presentado una MDI ante Transición Ecológica, se destaca que todas las empresas bodegueras de España se puedan beneficiar participando en los proyectos que se puedan derivar de las convocatorias que en los próximos meses establezcan los ministerios implicados.

El objetivo es identificar y definir las líneas de interés para canalizar una parte de estos fondos a través de futuros proyectos colaborativos en el sector vitivinícola en torno a dos áreas: digitalización y sostenibilidad, que abarcarían desde la simplificación administrativa a la trazabilidad del proceso productivo, pasando por la mejora de la conectividad en el ámbito rural, el fomento de energías renovables, la economía circular o la mejora de la gestión del agua, entre otros muchos.

También están muy activos en sectores como el porcino, Liderado por la Asociación Burgalesa de productores de Ganado Porcino (ABUGAPOR), e impulsado por la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE), la firma Agropecuaria de Caleruega ha materializado el proyecto “Transformación del sector porcino como modelo integrado, sostenible, digital, con cero emisiones y bienestar animal” en una MDI ante el departamento de Reyes Maroto.

El objetivo último del proyecto es conseguir un cambio radical en la producción porcina bajo un disruptor modelo de cero emisiones, captando, en concreto, el amoniaco y el metano que hasta el día de hoy se vierten a la atmósfera y al subsuelo. El proyecto también contempla el aprovechamiento de los purines mediante digestores anaerobios en los que se transformará en energía verde y abono. Esta energía ecológica se utilizará entre otros fines para la producción porcina, el transporte de pienso y animales y para el regadío. El abono se aplicará, mediante tuberías subterráneas, a la fertilización de las parcelas cercanas. Todo a través de un nuevo modelo pionero en España de reindustrialización, generación de empleo en el medio rural, eficiencia energético-económica y economía circular, mejorando así la economía, el medio ambiente y el bienestar animal.

El proyecto cuenta con la participación de empresas del sector en la Comunidad Valenciana, como Desinope 323; en Castilla y León, como la vallisoletana Agropecuaria de Centro Agrocesa, (Grupo Vall Companys); y en Cataluña, como Mecaniques Segales. También participan organismos públicos como el ITACYL y la Universidad de Valladolid.

En el sector hortofrutícola, otra cooperativa, en este caso Grupo AN forma parte de la docena de empresas integradas en el proyecto Ebro Food Valley, que aspira a fondos del Ministerio de Industria. El proyecto, al que se pueden integrar nuevos socios, está formado por las empresas Huercasa 5ª Gama, Palacios Alimentación, Conservas Cidacos, Conservas Lazaya Frutas y Dulces, Helios, General Mills, Grupo Cofrico, Grupo Empresarial Florette Ibérica, Iberfruta Muerza, Nulab y Viuda de Cayo, además del centro tecnológico CNTA.

La propuesta aúna dos objetivos complementarios: digitalización y sostenibilidad. Según sus cálculos: con una inversión inicial de más de 300 millones, se estima un efecto multiplicador de 5,15 veces en ingresos adicionales, lo que se traduce en más de 1.000 millones de ventas adicionales para las empresas participantes y la creación de más de 600 nuevos puestos de trabajo.

El modelo está basado en cinco palancas que impactan en toda la cadena de valor del sector: Producción primaria sostenible a través de nuevas soluciones tecnológicas y digitales; Garantía de suministro de alimentos sanos, seguros, sostenibles y accesibles mediante el desarrollo de innovaciones en la composición nutricional de los alimentos, así como en los procesos de producción, envasado, transporte, publicidad y comercialización; Modernización y digitalización de la cadena de valor evolucionando hacia la llamada industria 5.0; Uso eficiente de recursos mediante la aplicación de diferentes medidas que contribuyen a la reducción de la huella ecológica, y economía circular, reducción y reutilización de residuos.

El proyecto también contempla la creación de un HUB de Innovación y Transformación que permita alcanzar una mayor relevancia y aplicación de los resultados conseguidos en la economía y la sociedad. El objetivo es garantizar que los aprendizajes llegan realmente al mercado, de ahí que un 30% de la inversión se destine al centro de operaciones de Innovación y Transformación.

La cooperativa agroganadera zamorana Cobadú también se ha aliado a otras compañías para optar a fondos y liderará junto a otras empresas del Consejo de Dirección de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas -Acesur, Calidad Pascual, Central Lechera Asturiana, Congelados de Navarra, Eva Group, Foodiverse, Frit Ravich, Goikoa, Grefusa, Grupo Panstar, Idilia Foods, Nueva Pescanova y Zamora Company- siete grandes proyectos presentados ante el Mincotur. Cuatro de ellos están orientados a la sostenibilidad para convertir el sector en un referente a nivel europeo y mundial a través de inversiones en técnicas y tecnologías más eficientes y con menos huella. Además, buscarán mejorar el impacto ambiental de las empresas a través de inversiones en inventarios de consumos, mejora del conocimiento del impacto ambiental e identificar los riesgos ambientales sectoriales. Los tres macroproyectos orientados a la Digitalización tienen como objetivo realizar un programa para digitalizar integralmente un millar de empresas agroalimentarias.