El sector agrario supera el millar de empresas que apuestan por innovar

El número de compañías que apostó por invertir en la mejora de sus procesos o productos en 2019 alcanzó las 1.008 gracias al importante crecimiento de las más pequeñas. El gasto total en innovación en el ‘agro’ creció un 2,2% hasta alcanzar los 193 millones, pero se redujo en la transformación

La innovación va calando también en las pymes y micropymes del sector agrario español como opción para ganar competitividad en un mercado en el que cada vez se estrechan más los márgenes. Así lo refleja la última Encuesta sobre Innovación del Instituto Nacional de Estadística correspondiente al año 2019, que arroja como grandes cifras un aumento del gasto en este capítulo del 2,2% hasta superar los 193 millones y un incremento del número de empresas de un 30%, fundamentalmente debido a la incorporación de las de menos de 250 empleados.

Durante 2019, un total de 1.008 compañías tuvieron gasto en actividades innovadoras, frente a las 734 de un año antes. El importante incremento se debe al avance de las de entre diez y 250 empleados, que pasaron de 700 a 978, mientras que entre las grandes empresas hubo un retroceso al pasar de 34 a 29. Estas cifras suponen que el 12,19% del total del sector apuesta por la innovación, tres puntos más que un año antes, y se acerca además a la media nacional, que se sitúa en un 14,43%.

En el sector de la transformación alimentaria, la evolución fue también positiva, aunque de menor intensidad ya que el número total de empresas innovadores pasó de 1.515 a 1.660, lo que en términos relativos supone pasar del 23,52% de 2018 al 25,57% del 2019.

El gasto en innovación en cambio sí arroja diferente tendencia entre el sector productor y la industria de transformación. Así, mientras en el primer caso crece de 188 a 193 millones, en el segundo retrocede de 936 a 930 millones.

Para el experto Manuel Lainez, socio fundador de Lainez Biotrends, “el número de empresas innovadoras, tanto del sector primario como transformador, ha aumentado y eso es bueno e indicativo de que el sector es más dinámico. En el caso de las agrarias ha crecido mucho, un 30%, y de transformación un 9,6%, que no es tanto, pero está muy bien”.

Entre los aspectos menos positivos, Lainez destaca que el esfuerzo en innovación -la inversión real en relación al volumen de negocio- “ha caído en ambos casos. Veníamos de un proceso de recuperación muy rápido desde 2015 tras la caída que comenzó en 2010, pero ahora se ha estabilizado. Lo mismo le ha pasado al gasto total, en este caso en la transformación, que ha caído también por debajo del 1%”.

Estrategia de empresa

El que fue director del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) considera destacable “que tanto en uno como en otro caso, pero especialmente en el sector primario, hay un mayor porcentaje de gasto destinado a desarrollar internamente la I+D. Llama la atención porque consolidas la innovación como una estrategia de tu empresa”.

El 50% del gasto en innovación de las empresas agrarias se fue a I+D interna (48,57% en 2018), mientras que la adquisición de tecnología supuso apenas un 2,81%. Otras actividades innovadoras -ingeniería, diseño y otras actividades creativas; marketing y creación de marca, actividades relacionadas con la formación del personal, el desarrollo del software y actividades relacionadas con la adquisición o alquiler de bienes tangibles- se llevó el 46,78%.

En el caso de la industria agroalimentaria, la I+D interna supuso el 28,01% del gasto -un punto más que en 2018-, la compra externa un 3,58% y otras actividades innovadoras el 68,41%.

Para Lainez, ”vemos que se gasta menos dinero en compra de tecnología y hay una tendencia a participar en proyectos colaborativos. Es decir, se reduce la inversión directa, pero se apuesta por personal propio y por participar en proyectos colaborativos que te generan innovación”.

El experto subraya también como positivo que hasta estos años había empresas que se especializaban en innovar en procesos y otras más en producto y ahora confluyen y el 50% de las empresas innovan en las dos cosas. “El que es innovador es innovador en todos los ámbitos”.

La tendencia positiva de los últimos años en el incremento del gasto por la innovación sufrirá, posiblemente, un parón en los resultados que arroje 2020 por los efectos de la pandemia, augura Lainez. “Ha sido un año de consolidar, de no saber muy bien a qué apostar, y de salir adelante. Hemos visto que las empresas tenían que tener muy claro el proyecto para embarcarse y en alguna convocatoria en la que hemos trabajado, la gente estaba pensando más en salvar los muebles”.

¿Para qué se innova?

Otros datos interesantes que arroja la encuesta del INE son los relativos a las principales estrategias a las que las compañías enfocan la innovación. Tanto en la media del sector empresarial, como en la actividad agraria y en la de transformación, la mayoría busca la mejora de la calidad de sus bienes y productos, con un 43%, un 40% y un 50% respectivamente.

En segundo lugar, la innovación está centrada en satisfacer a grupo de clientes establecidos (42% en el sector empresarial en general y 41% en la industria agroalimentaria) mientras que en el ‘agro’ esa posición la ocupa la mejora de bienes y servicios existentes.

El objetivo de lograr precios más bajos no aparece entre las principales preferencias en ninguno de los casos mientras que el objetivo de llegar a nuevos clientes es mayor en el sector en su conjunto y en el agroalimentario (31% y 32%) que en el agro (19%).