Pedro Palomo: “En Octaviano Palomo aportamos valor al agricultor, esa es la clave”

La semilla del negocio familiar que hace más de seis décadas fundó su padre prendió en él desde niño. Hoy Pedro Palomo dirige una de las principales comercializadoras de cereales de España con vocación de seguir creciendo como operador global gracias a sus nuevos proyectos en Burgos y Segovia

Pedro Palomo recuerda cómo desde muy joven acompañaba a su padre en sus viajes por la provincia de Segovia y “ayudaba los veranos en oficinas y almacenes”. Ahí probablemente germinó una vocación empresarial que le llevó a estudiar Derecho y Administración de Empresas en Icade e IESE y a trabajar varios años en el extranjero en empresas del sector antes de incorporarse a la compañía segoviana como director general en 1990. Y como firme defensor de que “el modelo de empresa familiar como motor de actividad económica funciona”, confía en que la nueva generación, “en la que el legado del fundador sigue presente”, se incorpore en el futuro al Grupo.

Un mercado como el de los cereales, tan globalizado y en el que los precios fluctúan en función de las producciones y de la demanda, obliga al CEO de Octaviano Palomo a tener una visión 360º. “Estoy pendiente del mercado de futuros de Chicago o del Matif y, al mismo tiempo, de la progresión de las cosechas en Ucrania, Francia, Brasil o Castilla y León”, afirma este directivo que reparte sus “activas jornadas” de trabajo entre reuniones, análisis de mercados, llamadas, emails y viajes. “Se me pasan las horas muy rápido porque disfruto con lo que hago”, asegura.

El Grupo Octaviano Palomo afronta 2022 con dos grandes proyectos en cartera, uno en Pancorbo (Burgos) y otro en Cuéllar (Segovia), con los que pretende consolidar su posición como una de las compañías punteras del sector cerealista en España y a la vez convertirse en un dinamizador “que contribuye a asentar población y a crear empleo en el mundo rural”, apunta Pedro Palomo, que comparte responsabilidades en el grupo empresarial con sus hermanos Alfonso -director comercial- y Lorenzo -director de Desarrollo de Negocio-.

En la localidad burgalesa, estratégicamente situada entre País Vasco, La Rioja y Castilla y León y muy cerca del transporte ferroviario y marítimo y a la vez una de las mejores zonas de España en producción de cereales, la compañía ha adquirido un inmenso silo para convertirlo en uno de los más modernos de España y en un auténtico centro de distribución de cereales, no solo para nuestro país, sino para todo el mundo. Con una inversión de más de seis millones de euros, el Grupo ha devuelto a la vida este verano la emblemática infraestructura para convertirlo en almacén de semillas, fertilizantes y fitosanitarios. En total, dispone de 69 celdas con 30.000 toneladas de capacidad.

Última tecnología

El proyecto también contempla la construcción de cinco naves dentro de la misma parcela, cuatro para ampliar el suministro de fertilizantes, que alcanzará una capacidad de almacenaje de 20.000 toneladas, y la quinta para instalar un centro de selección de semillas, con la última tecnología para ser de los más competitivos y modernos del mercado. Allí ya trabaja en la elección de las variedades de semillas que mejor se adaptan al entorno y las más ecológicas con el objetivo de implementar su comercialización y asegurar así el mayor retorno para el agricultor. En total se han creado ya nueve puestos de trabajo y calcula que esta cifra se dispare hasta los 50 ó 60 empleos indirectos en actividades como el transporte o la logística.

A Pancorbo se suma la reciente adquisición de un nuevo  proyecto agrícola en Cuéllar (Segovia). Con una infraestructura situada en el polígono Contodo, Octaviano Palomo suma 15.000 toneladas de capacidad de almacenamiento a las instalaciones que ya tenía en la localidad segoviana y en Fuentesaúco (Zamora), que se está estudiando ampliar para proporcionar a los agricultores mejores servicios.

“Aportamos valor, esa es la clave. Por un lado, suministramos los insumos necesarios para el agricultor: semillas, fitosanitarios, fertilizantes y, por otro, comercializamos sus producciones. Además, invertimos y generamos riqueza en el medio rural, contribuyendo a luchar contra la despoblación”, asegura el CEO del grupo.

Los nuevos proyectos del grupo empresarial segoviano, que contarán con la última tecnología, ahondan también en algunos de los grandes retos del sector agroalimentario. “Creemos que la calidad, la trazabilidad y la sostenibilidad alimentaria son elementos claves para afrontar el futuro y estamos apostando por ello”.

Precios equilibrados

Estamos en un momento con alta volatilidad y precios históricamente altos en el sector, algo que Palomo considera que “es bueno por lo que supone de aumento de la renta agraria”, aunque matiza que la otra cara de la moneda “es que los utilizadores de cereales no puedan repercutir el alza de los precios en la cadena alimentaria, como por ejemplo al sector porcino o vacuno. Creo que no es bueno que los precios suban tanto porque produce distorsiones en la cadena alimentaria y en el precio final. Lo ideal es que tanto agricultores como consumidores -ganaderos, fabricantes de harina, etc.- tengan precios equilibrados”.

Y defiende el papel del gremio. “En contra de lo que mucha gente cree, España es muy deficitaria en cereales y materias primas y los comerciantes e importadores de cereales aportamos liquidez al sistema, contribuyendo de manera determinante a que los utilizadores finales tengan la calidad contratada en el plazo convenido. Somos prestadores de servicios, tanto logísticos como en tecnología alimentaria”.

La vinculación de Pedro Palomo con el territorio va mucho más allá del negocio familiar. Se reconoce muy comprometido con la sociedad civil y el asociacionismo y su trayectoria así lo avala. Ha sido presidente de GAFTA (Asociación Mundial de Comercio de Cereales y Materias primas, con sede en Londres), de la Federación Segoviana de Empresarios (FES) y, actualmente, preside la Cámara de Comercio e Industria de Segovia.

Con un volumen de negocio de 475.000 toneladas, el Grupo con sede en la pequeña localidad segoviana de Abades se asienta sobre valores como el respeto a lo pactado o la mejora continua de sus servicios, lo que garantiza conocimiento y tecnología para aumentar el rendimiento de sus proveedores y que puedan, así, adaptar la calidad de sus productos a un mercado cada vez más global y exigente. Además de en España, la compañía trabaja con Francia, Repúblicas Bálticas, Rumanía, Bulgaria y otros como Ucrania -el granero de Europa-, Rusia o Inglaterra, Brasil, Estados Unidos, Méjico, Argentina o Sudáfrica.