‘Agribusiness’: cultivando los datos para la industria del futuro

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se plantea como segundo gran objetivo acabar con el hambre, asegurar una agricultura sostenible y promover la seguridad alimentaria, así como garantizar el acceso a una nutrición sana y saludable. Además, la producción de alimentos deberá incrementarse en más de un 70 % para satisfacer la demanda en el año 2050, cuando la población mundial superará los 9.700 millones de personas.

Ante estos desafíos sociales, ambientales, regulatorios y demográficos, hemos llevado a cabo un análisis acerca del sector, que ha iniciado una revolución y se ha modernizado, desarrollando nuevas estrategias, modelos de negocio y prácticas que dan solución a las tendencias emergentes del Agribusiness que están transformando la industria. Las conclusiones obtenidas se pueden encontrar en el estudio La reinvención del Agribusiness: Transformando la Cadena de Valor. El agrícola es un sector global de más de 3 billones de dólares, donde los principales actores (fabricantes de equipos, fertilizantes y semillas, grandes y medianos productores, traders, retailers e inversores), se encuentran presionados por cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, a la vez que buscan el talento que les conducirá hacia la obtención de mayor eficiencia y rentabilidad.

El sector agroalimentario se ha enfrentado durante largos meses a los peores momentos de la pandemia desde el punto de vista de la oferta, la demanda y las exportaciones. Esta situación ha generado un balance positivo a nivel mundial que favorece la aceleración del crecimiento de la industria e impulsa la transformación a través de la entrada de nuevos inversores y el desarrollo de soluciones tecnológicas. Esta transformación seguirá la hoja de ruta marcada por los modelos de producción sostenibles.

La digitalización generalizará el uso de nuevas tecnologías como el Cloud Computing, IoT, Blockchain, Edge Computing e Inteligencia Artificial, que permitirán ofrecer más transparencia, optimizar la producción, disminuir el desperdicio de alimentos y rediseñar los modelos de negocio. Actualmente, la adopción de esta tecnología es mucho más rápida de lo esperada por parte de los agricultores. En lo que respecta al impacto en sus negocios, uno de los grandes desafíos en el sector se encuentra en la homogeneización de los datos obtenidos para contar con información integrada. Las nuevas herramientas digitales aumentarán la transparencia en la forma en que se cultivan las cosechas, se produce el ganado y se procesan y distribuyen los alimentos.

Pero el verdadero motor que está impulsando la industria agroalimentaria está relacionado con los conceptos de sostenibilidad y economía circular. Un nuevo paradigma en la cadena del sector agrícola está tomando fuerza, obligando a los agricultores a equilibrar el deseo de aumentar el rendimiento y la productividad de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente y el cambio en los patrones de consumo, que exigen alimentos más sanos, seguros y nutritivos.

Cabe destacar que la alimentación y la agricultura representan entre el 21 y el 37% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y un tercio de la tierra cultivada o cultivable está severamente degradada y pierde productividad. Para facilitar una agricultura más sostenible, los grandes agricultores han desarrollado nuevas prácticas de gestión del suelo, tienden a la utilización de pesticidas orgánicos y a la introducción de biotecnología y agricultura de precisión.

Los consumidores, por su parte, también han cambiado su comportamiento a lo largo de los últimos diez años, dando lugar a un nuevo perfil más consciente e informado que se interesa por el valor nutricional de los alimentos y la sostenibilidad medio ambiental. Esta tendencia ha motivado la búsqueda de nuevos productos de origen vegetal con un enfoque positivo para la sostenibilidad.

No obstante, observamos que las innovaciones que realmente están cambiando la industria proceden de pequeñas y medianas empresas, que están marcando el camino que deberán seguir las grandes, que empezarán a adoptar dichos cambios a partir de 2025. En el plano productivo, el concepto de Glocalización está llamado a ser el eje principal de la transformación de la cadena global de suministro, a través del desarrollo de estrategias basadas en la adaptación de un modelo de negocio estándar a las condiciones particulares donde se establece.

Para que las empresas puedan generar ventajas competitivas y desarrollar una gestión eficiente de sus operaciones, se hace necesario incorporar procesos de otras industrias que ya hayan alcanzado un grado de madurez y fiabilidad testadas a lo largo del tiempo. En este sentido, es importante atraer ejecutivos de sectores diversos que sean capaces de combinar sus habilidades estratégicas de liderazgo con las características esenciales del mundo agrícola, al tiempo que abrazan la innovación y ponen a la tecnología en el centro de su negocio para transformar la toma de decisiones.

En los últimos años se ha pasado de necesitar ingenieros agrónomos a verdaderos gestores de software, ya que el foco se ha trasladado de la salud de las plantas a entender qué tecnología hay que aplicar para ser más sostenible.

Encontrar a los líderes capaces de llevar a las compañías hacia el futuro supone un gran desafío, pero el primer paso ya está dado: incorporar una visión global en los órganos directivos, factor clave para impulsar la toma de decisiones en plena era de la transformación.