‘Llano de los Tinajeros’, la ganadería que impulsa la agricultura regenerativa
Con la filosofía de ir un paso más allá de la sostenibilidad “y aportar soluciones”, Agropecuaria Albacete gestiona un millar de hectáreas con las que alimenta a 1.000 vacas y 4.000 ovejas
Gabriel Lodares no sólo heredó de su padre una explotación agroganadera, también la valentía para innovar que llevó a su progenitor hace casi cinco décadas a traer de Canadá dos aviones cargados de vacas Holstein e introducir el vacuno de leche en La Mancha. Hoy, gestiona en las cercanías de Albacete 1.000 hectáreas de tierra, sustento principal de 900 vacas y 4.000 ovejas, con una agricultura que define como “regenerativa” y que dibuja el camino por el que está llamado a discurrir el campo.
Cuando contaba 25 años, la muerte de su padre le cambió el destino que se había trazado como economista. O simplemente precipitó lo que era inevitable porque “de todas maneras hubiera acabado aquí”, afirma. Un viaje que le ha permitido saborear “la libertad que te da un trabajo muy bonito” y sentir el arraigo a la tierra. Hoy tiene la oficina en el campo, y mientras divisa entre cultivos de ajos y triticale los bandos de perdices, comenta divertido que “antes era el que envidiaba yo a mis compañeros de carrera, su futuro como financieros en grandes multinacionales, pero ahora son ellos los que me envidian a mí, aunque alguno debe pensar que dirijo esto desde un caballo, pero en realidad requiere mucha gestión, mucho trabajo y estar lejos de la familia mucho tiempo porque el campo hay que pisarlo”.
Agropecuaria Albacete, la empresa familiar que comparte con su madre y hermanas, gestiona 515 hectáreas de regadío y otras 400 de secano, con las que alimenta la ganadería de vacuno “El Llano de los Tinajeros”, con un millar de vacas y 700 novillas, y la de ovino “GL”, con 4.000 ovejas y 1.000 corderos de raza manchega, cuya leche provee a Danone y a García Baquero. Detrás de todo ello, una filosofía de entender la agricultura y la ganadería que se ha demostrado adelantada a su tiempo. “De la sostenibilidad a la que ahora se apunta todo el mundo tienes que estar convencido porque no se demuestra haciendo cuatro cosas, sino trabajando muchos años y a largo plazo. Empezando por la economía circular que supone que el 50-60% de la alimentación de la ganadería se produzca en un radio de 10 kilómetros, con todos los ahorros que eso significa, cuando parte de la basura de las vacas y de las ovejas se está quedando en el campo y reduces en abonados, cuando la siembra directa evita labrar y contaminar y mejora la fertilidad del suelo, ya has dado un paso importante”, explica Gabriel Lodares.
Hace ya 15 años que tuvo el convencimiento de que había que “preservar” de los tractores labrando noche y día unas tierras ásperas que no lo permitían ni medioambiental ni económicamente y la audacia que lleva en los genes le hizo apostar por la agricultura de conservación. “La siembra directa fue un acierto total, aunque requiere valentía y paciencia porque no se tarda un año en ver los resultados, sino cuatro o cinco”, afirma.
La tecnología y la agricultura de precisión han sido también desde hace tiempo aliados para avanzar hacia el uso responsable y rentable de recursos. Hace ya diez años que toda la maquinaria que se incorpora “con las inversiones que eso requiere” es de última generación: todos los tractores y la mitad de los aperos están equipados con sistema Isobus que permite con la información que proporcionan los satélites la dosificación variable de fertilizante y fitosanitarios o el consumo justo de agua gracias a sistemas de riego robotizados que arrancan en el momento apropiado o dan tres minutos más a una parcela que a otra....
“No todo es agricultura”
A eso se han sumado otras iniciativas, como sistemas propios de ensilado del forraje para reducir el uso de plásticos y minorar el consumo de energía y combustibles en secaderos y transporte, y, últimamente, acciones a favor de la fauna y la flora. “Tenemos que convencernos de que no todo es agricultura. Si alguna esquinita de una parcela no es óptima, se puede dejar para la naturaleza. Hace no tanto tiempo pasaba el herbicida por los ribazos. Ahora no, dejamos que crezca por sí misma hasta el final, que se seque por sus medios y eso crea insectos, conejillos, el nido de la perdiz, etc.” explica Gabriel Lodares no sin antes reconocer que en mejora de la biodiversidad “queda mucho por hacer en mi caso y en el resto. Los márgenes entre caminos o entre calles es en lo que tenemos que entrar ahora”.
Todo esto hace que no tenga miedo a la apuesta medioambiental de la política agraria europea, más bien al contrario. “La PAC tenía que salir del sistema un poco perverso de que la agricultura recibe dinero porque sí. La agricultura tiene que proveer no sólo alimentos, sino además ecosistemas-paisajismo, naturaleza y suelos vivos- y que tenga lógica y sea vendible dentro de la mentalidad que tienen los jóvenes y los consumidores, que al final son los que mandan porque son los que pagan. La agricultura intensiva no sólo tiene que ser sostenible, sino regenerativa, que aporte soluciones. Y el que no lo entienda así está fuera del futuro”.
Sí advierte del “desastre” que sería un capping que no tenga en cuenta la mano de obra. “Acotar las ayudas a quien está haciendo una agricultura competitiva, las utiliza para el fin para las que se dan y está dando trabajo sería absolutamente injusto, pero si no saldremos beneficiados”, asegura este empresario con 45 personas fijas a su cargo. Al tiempo considera que los topes que se barajan (100.000 euros) son “suficientes, pero muy justos” y puede provocar que “a mucha gente se le quiten las ganas de trabajar”.
“El ejemplo es muy sencillo, comprar un tractor de más de 150 caballos vale 100.000 euros y no es que te vayas a comprar uno cada año, pero sí necesitas reinvertir no sólo en maquinaria, también en procedimientos, en informática, que hay muchísima en el campo y en la ganadería es brutal. El éxito de nuestra empresa ha sido precisamente la reinversión”, asegura.
Además, señala que “no tiene lógica” que en Europa, con una política agraria común, los países sean libres para decidir si lo aplican o no. Alemania o Dinamarca no lo van a hacer y en España estoy seguro de que sí. “Nos van a hacer menos competitivos”.
Miembro de una relevante familia de Albacete, Lodares rechaza la utilización del término “terrateniente” una forma “despectiva” de referirse a los propietarios rurales, “personas que amamos el campo, en el que tenemos nuestro modo de vida. Acaban de publicar los 50 mayores obtentores de ayudas de la UE país por país y el 50% de la lista son entidades oficiales. Estamos pagando justos por pecadores porque son los que están beneficiándose. Aquí es muy fácil poner cuatro apellidos, que además están a años luz de lo que están cobrando grandes empresas...”