Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar: “El sector agroalimentario será aún más clave en la recuperación”

El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, destaca el gran potencial que ofrece para superar la crisis un sector “dinámico, muy competitivo y que es el segundo que más saldo positivo aporta a la balanza comercial”, la vez que anima a todos los integrantes de la cadena a “comunicar su excelencia”

Eduardo Baamonde fue el protagonista del tercero de los encuentros organizados por la Asociación de Periodistas Agroalimentarios bajo el nombre “Los corrillos de Apae”, en los que se abordaron las principales cuestiones de la actualidad del sector agroalimentario.

El presidente de Cajamar destacó no solo el importante papel que la cadena agroalimentaria ha realizado para garantizar el abastecimiento interno y de la UE durante la crisis del Covid, sino que fue categórico al afirmar que “si ha sido clave durante la pandemia va a ser todavía más importante en la recuperación económica, para la que se necesitan sectores productivos, dinámicos, competitivos y orientados al mercado internacional”.

En ese sentido, destacó que desde que España entró en la Unión Europea, ha quintuplicado sus exportaciones agroalimentarias, se ha convertido en el cuarto país exportador en la UE y en el segundo en aportación a la balanza comercial en Europa, como recogíamos en el último número de elEconomistaAgro. “El sector, además de su capacidad para captar dinero fuera y crear empleo, tiene margen para crecer gracias a la internacionalización”, señaló.

De hecho, el sector agroalimentario de nuestro país es uno de los que más “apetito” ha despertado en el capital riesgo y los fondos de inversión nacionales y extranjeros. “En España se está produciendo una polarización. Han desaparecido un 60% de las explotaciones agrarias desde la entrada en la UE, pero la producción final agraria se ha incrementado en términos de volumen un 28% y en sectores como el porcino o el aceite, un 200%. Es un país muy potente, pero con gran potencial por su diversidad de cultivos, lo que hace que sea muy atractivo para hacer negocio”.

A eso se une el hecho de que el Planeta se enfrenta a dos grandes retos: atender una demanda creciente de alimentos y hacerlo cada día de manera más sostenible, cuestión esta última que va a necesitar inversión para “lograr una mayor profesionalización y dimensionamiento”.

Por ello, frente a aquellos fondos de inversión de carácter más especulativo, defendió el papel de aquellos otros que tienen vocación de permanencia y permiten inyectar capital en compañías punteras. “Conocemos casos en los que se mantiene la estructura familiar, que continúa con el control accionarial y la dirección. Eso ha permitido un crecimiento importante para esas empresas, que ya eran un referente, pero que ahora pueden serlo a nivel global”.

El presidente de Cajamar defendió la importancia del fortalecimiento del sector a través de la concentración horizontal y vertical. La primera, a través del dimensionamiento de las explotaciones o las fusiones de cooperativas -que reconoció que debería ser “más rápida e intensa”- y la segunda a través de una relación cada vez mayor entre los distintos eslabones de la cadena, un proceso “muy significativo” en el porcino y que se está extendiendo al hortofrutícola. “Esa integración a través de esas alianzas permite especialización, confianza en la relación entre productores y compradores, inversiones y por tanto una visión a más largo plazo, lo que va a generar beneficios a todos”.

Invertir en la última milla

Baamonde destacó también el fuerte impulso que en las explotaciones agrarias y en las pymes se está dando a la sostenibilidad medioambiental, económica y social. “Buena parte de las inversiones, por no decir la totalidad, van en esa dirección”.

En este aspecto, animó al sector a aprovechar los Fondos de Recuperación de la Unión Europea no sólo para invertir en tecnología y mejorar la competitividad y la eficiencia, sino sobre todo para “valorizar” los productos agrarios y tener una mayor rentabilidad. “Cuando todos vendemos lo mismo a los mismos, lo único que nos diferencia es el precio: La única posibilidad que tiene España y diría que la UE para que las cadenas de distribución, que son nuestros clientes, estén dispuestas a pagar más es diferenciarnos en procesos y productos y comunicar el valor de esa diferencia, es decir posicionarnos. Es lo que yo llamo invertir en la última milla para que las ventajas de nuestra mejor competitividad no se las lleven otros”.

Y eso pasa por hacer un mayor esfuerzo en marketing, invertir en marcas, en comunicación para que el consumidor lo reconozca. “Es un problema de posicionamiento y de diferenciación del producto. España, según los informes que hacemos en Cajamar, es de lejos más competitiva y más productiva que la media europea, pero los precios son más bajos”.

Baamonde también puso deberes para un sector sobre el que cada vez hay mayor interés, “pero que a veces se concentra en comunicar lo negativo, los problemas y no las oportunidades. La comunicación debe orientarse a la excelencia, a las grandes experiencias empresariales, a la internacionalización, a las nuevas tecnologías y dar una imagen que responda más a la realidad”. Una responsabilidad en la que deben implicarse todos: sector primario, transformador y financiero.