Las plantaciones serán los bosques del futuro

Desde hace años, venimos observando en nuestra compañía que el actual modelo agrícola estaba llegando al colapso, se había agotado y era urgente y vital un cambio. La agricultura no podía seguir siendo, de las actividades humanas, la más destructiva con el medio. No podía ser la causante principal de la pérdida de la diversidad biológica mundial, de la destrucción de los hábitats y de la desaparición de los ecosistemas actuales. Teníamos que actuar rápido y desde el mismo corazón del problema.

En estos años la agricultura Bio ha conseguido un producto más sano, con menos pesticidas, pero que no contempla la restauración y conservación de la biodiversidad en sus campos. Por ello, en la actualidad, ya existen muchas marcas que producen Bio, y España se ha convertido en el principal productor europeo de productos orgánicos. Sin embargo, ninguna de estas marcas produce, además, cuidando la flora y fauna locales, es decir la naturaleza o la diversidad biológica.

En un ejercicio de libertad, base principal de todas las revoluciones, comenzamos a elaborar la “constitución de la nueva agricultura del Siglo XXl: la agricultura Bio-inclusiva“, un revolucionario modelo de producción agrícola que garantiza prácticas sostenibles para el entorno, trabajando por la recuperación de flora y fauna en áreas de cultivo, aunando la producción de alimentos y la protección de la biodiversidad.

En los últimos 50 años, han desaparecido casi un 70% de los vertebrados, cifras aún mayores en anfibios, reptiles y aves del planeta. Estamos consumiendo recursos equivalentes a la superficie de más de dos planetas Tierra, estamos en camino de lo que sería la sexta extinción masiva vivida en el planeta y en una nueva época geológica causada por la actividad del ser humano que los científicos han bautizado como el Antropoceno.

Con la vista puesta en frenar esto, y como parte de nuestra revolución, reducimos la toxicidad de nuestros tratamientos, recuperamos la hierba en su ciclo completo como base para la recuperación de los insectos, incluimos en nuestras plantaciones corredores verdes reforestados, zonas de protección de la naturaleza donde se evita cualquier actividad agrícola, nidos para aves y rapaces, etc. Estamos reconstruyendo los hábitats para las distintas especies que habitaban en nuestros campos de cultivo siglos atrás, estamos devolviendo el equilibrio, la correlación de intereses entre las distintas especies de insectos, aves, reptiles, anfibios y mamíferos, para que los ecosistemas y la biodiversidad vuelvan a ser parte imprescindible de nuestras plantaciones.

Gracias a estas y otras técnicas que hemos aplicado, las fincas que participan en nuestro proyecto han reducido un 25% el consumo de agua, un 20% el consumo energético y un 70% el número de tratamientos fitosanitarios aplicados, minimizando su carga tóxica. Además, los resultados para el entorno son sobresalientes: se han recuperado innumerables especies de animales, se han convertido 3 millones de metros cúbicos de agua en ecosistemas naturales, se han recuperado más de 30.000 metros de lindes y riberas, y se han creado más de 14.000 metros de corredores verdes.

La nutria, el tejón, el águila pescadora, el alcaudón real y el alcaudón común, el búho chico o el chotacabras ya se pasean por nuestras fincas. Además, ya se vuelven a ver nidos de aguilucho lagunero occidental. Asimismo, tenemos en nuestras fincas más de 26 especies distintas de coccinélidos.

En cuanto a la flora, la plantación de árboles y arbustos ha tenido un peso importante en las medidas implantadas. Ya tenemos un total de 2.252 ejemplares de árboles y arbustos plantados en las fincas del proyecto. Asimismo, desde que comenzamos, se han sembrado varias toneladas de semillas de especies herbáceas, con el objetivo de establecer el equilibrio biológico y la presencia de fauna en la finca, además de frenar procesos erosivos. Por último, actualmente ya son decenas de kilómetros de setos y linderos recuperados. El seto “natural” es el que da la preferencia a las especies locales y es una alternativa a las plantaciones uniformes para el establecimiento de los animales y sus hábitats, que son demasiado sensibles a las enfermedades y la sequía.

Estamos trabajando para que la naturaleza haga su trabajo, necesitamos que la biodiversidad vuelva a nuestra agricultura como pilar básico para la supervivencia de nuestro planeta. Solo con una actuación decidida y urgente de la agricultura podemos “intentar” evitar que se cumplan las perspectivas negativas.

Para poner en evidencia el éxito que ha tenido la agricultura Bio-inclusiva y compartir los principales pilares de esta práctica con el objetivo de proteger y ayudar a la fauna, al medio ambiente y a la naturaleza, hemos lanzado nuestro manifiesto por la Agricultura Bio-Inclusiva. Además, la formación a otros agricultores es una herramienta clave de este proyecto. Para ello, creamos el Aula Somormujo, ubicada dentro de la finca El Cerro, en la que se imparten formaciones sobre prácticas agrícolas sostenibles, técnicas respetuosas con el medio ambiente y la biodiversidad, así como nuevas formas de cultivar. Ya son más de un centenar de formaciones impartidas.

Con estas acciones, esperamos que nuestro ejemplo sirva para que, cada día, más agricultores cambien su filosofía y empiecen a producir de manera más sostenible. Que vean que no es tan complicado y que, a la larga, reporta muchos más beneficios.

Hemos iniciado la gran revolución del siglo XXI, convertir nuestras plantaciones en los bosques del futuro.