La lavanda impone su color violeta al amarillo del cereal

Palentina de Aromáticas ejemplifica la creciente apuesta por cultivos alternativos. Sus 40 socios acaban de estrenar una destilería que en su primera campaña ha obtenido 9,5 toneladas de aceites

Trigos y cebadas con precios oscilantes pero siempre cercanos al suelo, y rentabilidad más que ajustada -cuando no deficitaria-; una eterna espada de Damocles que se cierne sobre miles de agricultores de nuestro país y de la que muchos quieren desprenderse. Es el caso de los hombres y mujeres que en 2014 decidieron apostar por la diversificación de cultivos y crear Palentina de Aromáticas Sociedad Cooperativa, una agrupación que hoy cuenta con 40 asociados y que acaba de estrenar, tras una inversión superior al medio millón de euros, su propia planta destiladora en Ampudia (Palencia) -una de las más modernas de España-. Su puesta en marcha, con un resultado de 9,5 toneladas de aceites de lavanda, lavandín y salvia sclarea obtenidos en su primer verano de funcionamiento, representa la meta para unos agricultores que han pasado de cultivar unas 90 hectáreas de estas aromáticas en 2018, a teñir de morado alrededor de 300 en la actualidad.

La saturación del terreno en algunas de las más tradicionales zonas productoras de olorosas de este tipo, como Francia, abren en países como el nuestro nuevas perspectivas a estos cultivos que le van comiendo claramente terreno a los cereales y que, ni qué decir tiene, ofrecen rentabilidades mucho más apetitosas para los productores especialmente si, como es el caso, logran superar la barrera de la atomización que caracteriza este tipo de cultivos, aúnan intereses y optan por la fórmula cooperativista para un mejor aprovechamiento de los modelos de producción y comercialización. Muestra de ello, esta Palentina de Aromáticas Sociedad Cooperativa, a la que se han adherido agricultores y agricultoras no sólo de la provincia de Palencia, sino también de localidades de Burgos, Valladolid y León en la que las condiciones del terreno y el clima se presentan igualmente favorables a estos sembrados de secano.

El de estos socios -de los que tres son mujeres con explotaciones propias y dos más con titularidad compartida-, es un claro ejemplo de la diversificación que, de forma lenta pero sin pausa, se impone en los campos españoles.

En su caso concreto, fue en 2008 cuando, precisamente en la búsqueda de alternativas más rentables a los cultivos tradiciones, la apuesta por este tipo de plantas comenzó a germinar en varios municipios palentinos cercanos a la capital gracias a una serie de pruebas dirigidas desde el Grupo de Acción Local Araduey Campos. “Entonces la idea no cuajó del todo, pero sí dejó un poso”, asegura la gerente de la Cooperativa, Amor Guzmán.

Tiempo después un grupo de agricultores recuperaron aquel proyecto y crearon una Asociación que a la postre habría que convertir necesariamente en cooperativa para canalizar adecuadamente la venta del producto en bruto y abordar proyectos más ambiciosos. Durante los primeros años, relata Guzmán, se adquirió maquinaria para las plantaciones y la recolección, y se enviaba la materia vegetal producida a otras plantas de destilación, siempre con el objetivo en el punto de mira de tener una destilería propia.

Pretendientes en alza

Gracias a las ayudas Leader a través del propio GAL Araduey Campos, a la Diputación de Palencia y, sobre todo, al Ayuntamiento de Ampudia, que como subraya Amor Guzmán les abrió los brazos desde el comienzo y les ha facilitado todo el proceso de instalación en el término municipal, ese objetivo se convirtió en realidad este año con una inversión superior al medio millón de euros. En septiembre, la nueva planta de destilación cerró su primera campaña tras haber procesado 600 toneladas de material vegetal para una producción final de 9,5 toneladas de aceites de lavanda, lavandín y salvia sclarea, que ya han tomado rumbo a Guadalajara, desde donde un mayorista se encarga de su comercialización entre industrias de los sectores de la cosmética y la limpieza. Y es que, no le faltan pretendientes a estas plantas aromáticas -también a las medicinales-, a las que la demanda mundial en esos ámbitos y en otros similares como la perfumería, la aromaterapia, la parafarmacia o incluso la alimentación, empujan claramente hacia arriba.

Aprovechando ese tirón, los socios de Palentina de Aromáticas tiñen imparablemente de violetas y morados sus campos. De hecho, la primera destilación propia de esta cooperativa tiene como origen 200 hectáreas de cultivos en producción en las cuatro provincias mencionadas -a las que cabe sumar otras 100 hectáreas que por su reciente plantación aún no ofrecen rendimiento-, frente a las apenas 90 hectáreas que los cooperativistas explotaban en 2018 y las 120 de hace un año.

En ese avance tiene mucho que ver, por supuesto, esa demanda pujante de aceites, pero también que se trate de un cultivo amable cuyo principal cuidado consiste en evitar las malas hierbas para una formación adecuada de la mata. En el caso de esta zona de producción, se planta a raíz nueva procedente de viveros en invierno y se cosecha con la flor madura durante los meses de julio y agosto, utilizando en ambos procesos maquinaria específica.

Rentabilidad

Pero sobre todo, lo más importante para los agricultores, es la rentabilidad y, en este sentido, afirma la gerente de Palentina de Aromáticas, estas olorosas representan un “cultivo rentable en comparación con otros tal y como está el campo ahora”; “no para decir me dedico a esto solo”, matiza, “pero sí una buena alternativa” que genera “unos 1.000 euros por hectárea”. Ese rendimiento puede modificarse a la baja en campañas como la recién concluida, en la que un “muy buen año agrícola, dará como resultado una gran producción” -el año pasado la lavanda alcanzó un precio de unos 100-120 euros el kilo, mientras que el lavandín rondó los 30-. No obstante, pese a la previsible bajada de precios, “es interesante” para el productor ratifica Guzmán antes de añadir también que, aunque la venta al por mayor es el principal objetivo de esta cooperativa, no descartan impulsar en un futuro próximo una pequeña línea de comercialización directa de aceites, no sólo por buscarle un punto más de rentabilidad a su trabajo, sino también por que lleven los nombres de Ampudia y Palencia en su etiquetado allá donde vayan.

Los planes de futuro de estos cooperativistas no se quedan aquí, no obstante, ya que otro de los objetivos, tal y como señala la gerente de la agrupación, es aprovechar las nuevas instalaciones de la destilería y que esta trabaje más allá de los dos meses de actividad que requiere el procesado de sus aromáticas propias. Así, no sólo buscan clientes a quienes destilar sus producciones, sino que mantienen abiertos permanentemente campos de ensayo con cultivos como el hinojo o el helicriso, para seguir diversificando sus campos y buscar esas alternativas que les permitan desprenderse de la espada de Damocles que soportan por las bajas rentabilidades de los tradicionales.