Una escuela para profesionalizar y dignificar la figura del pastor

Poner en valor la actividad del pastor y atraer a personas al sector para mantener viva esta tradición y actividad económica, contribuyendo a fijar población en el medio rural, son los principales objetivos por los que se impulsa la nueva escuela de pastores desde la localidad oscense de San Juan de Plan

Pocas escuelas hay en España -siete en total- y en el mundo para ser pastor. Normalmente, es un conocimiento que se transfiere de generación en generación dentro de una misma familia. Y, aunque todavía sigue siendo así en muchos casos, el éxodo hacia las ciudades que se viene produciendo desde hace años está derivando en una falta de personas cualificadas para poder desarrollar esta actividad para la que, además, los propios ganaderos consideran que tienen pocos o nulos apoyos, lo que contribuye a no despertar vocaciones.

Para mantener viva esta tradición y la ganadería extensiva en el medio rural, se está poniendo en marcha la escuela de pastores en Aragón. Una iniciativa que nace con el objetivo de que la formación que se imparta sea reglada y sea un título de Grado reconocido dentro del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, ya que en la actualidad no hay ninguna formación para ejercer esta actividad profesional especializada. “Hemos empezado a plantear el proyecto con vocación de que sea asumido por el sistema, que la formación profesionalice el pastoreo. Se necesita prestigio y cambiar la visión de este mundo”, según explica Roberto Serrano, responsable de esta escuela y alcalde en el ayuntamiento de la localidad oscense de San Juan de Plan, desde donde se impulsa el proyecto ante la tradición de pastoreo existente en este municipio y en el Valle de Chistau.

“Más sensibilidad”

La escuela nace con el respaldo no solo del consistorio, sino que se ha implicado también a personas de la zona relacionadas con la actividad ganadera como veterinarios y los propios ganaderos, que serán los tutores de los futuros pastores, así como la Diputación Provincial de Huesca. Una unión de fuerzas ante la que se espera que la escuela pueda ser una realidad tras varios proyectos fallidos en Aragón. “Ahora, hay más sensibilidad y el sistema educativo lo ve con buenos ojos”, añade Roberto Serrano.

El modelo que se quiere seguir es similar al de las escuelas francesas como la de Oloron Sainte-Marie porque tienen un paisaje parecido al aragonés y la forma de pastorear es similar.

El programa constará de 850 horas de formación, de las que 250 horas serán teóricas y el resto consistirán en prácticas, que pueden incluir el trabajo en las explotaciones de la zona o bien el manejo del ganado en el puerto, entre otras posibilidades.

El temario permitirá que los futuros pastores adquieran conocimientos sobre las diferentes patologías que afectan al ganado, la atención veterinaria mínima de batalla o campo, interpretación de mapas y del clima, seguridad e higiene, alimentación, autonomía personal o la gestión de la soledad por el tiempo que el pastor tiene que pasar solo con la ganadería en la montaña, entre otros temas, que también incluyen las nuevas tecnologías porque aparecen nuevas formas de pastoreo con, por ejemplo, el uso de los drones.

La formación que se quiere impartir en la escuela también permitirá la obtención de los carnés que se exigen en materia de bienestar animal, productos fitosanitarios y para la incorporación de nuevas explotaciones. Además, también habrá una tutorización y se hará un seguimiento posterior para ayudar a todos aquellos futuros pastores a emprender y a tener un proyecto personal y profesional como, por ejemplo, “no de una explotación grande, sino de tener un ganado y elaborar algún producto como el queso”. Igualmente, el período formativo “se aprovechará para conocer otras experiencias con visitas a las escuelas de País Vasco o Asturias”, entre otras.

Formando a los futuros formadores

Mientras se realiza todo el proceso para que sea una formación reglada y profesionalizar la figura del pastor, se han empezado a dar algunos pasos. Ya ha comenzado la formación de 15 tutores durante 80 horas para lo que se cuenta con ganaderos de la zona para que “conozcan las herramientas y puedan tutorizar la parte práctica”, además de integrar un equipo de personas de apoyo que también apuestan por esta escuela, que “es un proyecto muy bonito y ambicioso”, explica Asun Ballarín, veterinaria de la ADS del Valle de Chistau, quien incide en que con la situación actual de la ganadería extensiva es una “forma de que los ganaderos se sientan orgullosos de su trabajo y lo puedan mostrar a la sociedad”.

Su papel en la escuela es la de “acompañar” y ayudar a definir “lo que es más importante y lo que más van a necesitar para su día a día”, sobre todo, en materia sanitaria. Incluso, no se descarta que pueda dar también clase a los futuros pastores para que vean cómo se trabaja en la zona.

El papel de los pastores aún va a ir más allá porque la función no es solo cuidar del ganado. “Toda la Agenda 2000 de los proyectos que vienen de Europa para mantener las zonas LIC (Lugar e Interés Comunitario) y cuidar los pastos y el medioambiente están dando más importancia al cuidado de esos pastos y a mantener el medio. Ahora desde Europa, lo van a trasladar a las comunidades autónomas y se va a tener que respetar. Van a necesitar a esas personas para que los animales pasten en el monte y estén ahí. Es algo que todavía no se está viendo porque a los ganaderos no les repercute, pero estoy convencida de que llegará un momento en el que se va a dar la vuelta”, asegura esta veterinaria.

Los ganaderos van a ser clave en la escuela para ser tutores. Isabel Bruned es titular de una explotación ganadera de carne de vacuno en San Juan de Plan y considera que formar parte de esta escuela es positivo porque “es una manera de apoyar al pueblo y al valle y que nos reconozcan la profesión y la ganadería extensiva”. También considera que es una buena oportunidad para asentar la población en la zona.

“Una tradición familiar”

Isabel Bruned ya ha recibido varias sesiones formativas en las que se pone el foco en que aprendan cómo transmitir todo su conocimiento a los futuros pastores. “Como mujer lo he vivido desde pequeña. Es como una herencia, una tradición familiar. Yo ya nací con ello, viendo vacas y ovejas en casa”, aunque la explotación de mayores dimensiones llegó cuando se casó, poniéndose al frente de ella tras un grave accidente que tuvo su esposo.

Esta experiencia va a ser muy positiva para los futuros pastores porque “aquí tenemos ásperos, pendientes, etc., es difícil trabajar, aunque el paraje es muy bonito”. Isabel Bruned confía en que se despierten esas vocaciones de pastores y se atraiga a las personas con esta iniciativa, aunque “queda camino por recorrer porque la formación lleva tiempo y es bonito venir y ver los animales, pero trabajar es otra cosa. La práctica es más difícil que la teoría, porque hay que subir a puertos, coger las vacas, los partos, etc. Son muchas horas de trabajo”.

Una labor que, además, es más complicada para las mujeres, aunque ellas “han ejercido de pastoras, han ido al huerto o al monte... Yo, personalmente, tengo familia que cuidar y tengo que estar ahí”, aunque dispone de una pequeña ayuda. Solo cabe así “mucha organización”, a pesar de que desde la Administración “nos lo ponen todo muy difícil porque no es lo mismo vivir en la alta montaña, que son pueblos austeros, difíciles de trabajar y aparte no nos dejan hacer quemas ni nada. La zona no está limpia, tenemos unas cabañas sin luz ni teléfono, servicios... Si te pasa algo allí, te mueres”.

“Cuidamos del monte”

A todo ello se suman recortes en subvenciones, las acusaciones de contaminación de la ganadería de vacuno... “No nos ayudan a crecer como ganaderos. Nos tienen que ayudar a los que cuidamos y vivimos de los animales y cuidamos el monte. Si no cambia todo, seremos la última generación de ganaderos. Queremos poner en valor lo que hacemos”, añade Isabel Bruned.

Y precisamente, para ello, arranca esta escuela en la que, de momento, no se baraja ninguna cifra de las plazas disponibles para formar a los futuros pastores, aunque los interesados ya pueden contactar con el Ayuntamiento de San Juan de Plan llamando por teléfono al 974 50 62 94 o enviando un correo electrónico a la dirección sanjuandeplan@sanjuandeplan.