El Gobierno pone en la diana al sector agroalimentario con la Tasa Google

El sector agroalimentario, víctima de los injustos aranceles que sufre por parte de Estados Unidos, ve de nuevo como una medida completamente ajena a él amenaza sus exportaciones al mercado norteamericano. Se trata del Impuesto sobre determinados servicios digitales, conocida como la Tasa Google, que el Gobierno va a empezar a aplicar a partir del 1 de enero, con la que pretende recaudar 968 millones de euros.

Desde finales de 2019, algunas de las más importantes producciones agroalimentarias de nuestro país, como el vino, el aceite de oliva, la aceituna o la carne, tienen que pagar un arancel de un 25% como “castigo” a las ayudas que la UE concede a la compañía Airbus. Este gravamen es más oneroso aún si se tiene en cuenta que no se aplica a todos los países de la Unión Europea, creando una desventaja competitiva respecto a nuestros propios socios.

Con este conflicto aún vigente, el Gobierno ha optado por tensionar las relaciones con el gigante americano con la Tasa Google, un gravamen que el Gobierno implantará al margen de la UE, que se da de plazo hasta 2023 para ponerlo en marcha, y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que desde hace tiempo busca un acuerdo de armonización a nivel mundial.

La temeraria decisión, que según los expertos económicos y los sectores afectados, pone en la diana a una actividad clave para la economía, no sólo cuestiona una política gubernamental más preocupada por aumentar el gasto público que por estimular la economía a través del comercio internacional, sino que revela las contradicciones del Gobierno en su forma de actuar. Cuando Donald Trump decidió imponer los aranceles, el Ministerio de Agricultura alegó que había que actuar en línea con la UE cuando el sector exigió negociar bilateralmente como habían hecho con éxito países como Italia. Ahora, hace justo lo contrario y decide ir por libre sin importarle las consecuencias para el sector agroalimentario.

Pensar que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca va a evitar que la administración norteamericana ponga en marcha contramedidas contra una decisión unilateral como la que impulsa el Gobierno es desconocer la realidad política de Estados Unidos de una forma casi pueril. El escenario que va a abrir el Ejecutivo de Pedro Sánchez es más inquietante aún cuando crecen las posibilidades de una salida sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europea y, por tanto, que nuestra agroalimentación tenga que pagar también aranceles en otro de sus principales mercados.