El cierre de la hostelería golpea al campo con caídas de ventas y precios

Productos ibéricos, carnes y vinos están viviendo los efectos negativos del cierre o las limitaciones a la hostelería y el turismo, con caídas en las ventas y bajadas de precios que, en algunos casos, superan el 30%. El sector mira con incertidumbre la Navidad, que concentra hasta el 40% de la facturación anual

El campo tampoco está escapando a los efectos del cierre y las restricciones de la hostelería en muchas comunidades, una situación que se vive de manera asimétrica en función de la exposición que se tenga al canal Horeca, y que no está consiguiendo salvar las ventas online, las exportaciones o el aumento en el consumo en el hogar. Y, las perspectivas, tampoco son del todo favorables a fin de año porque no hay certeza sobre cómo se va a poder celebrar la Navidad que, en determinados alimentos, supone más del 40% del total de las ventas anuales.

La nueva clausura de bares y restaurantes en siete comunidades impacta de lleno en el vino, un sector cuyo principal cliente es el canal Horeca al suponer más del 55% del volumen y alrededor de dos tercios del valor. Desde el mes de marzo, el impacto del Covid-19 en las ventas ha sido negativo. “Ha habido un aumento en alimentación, que no ha sido tan espectacular y no llega a compensar el cierre de la hostelería, y en el canal online sí es importante, pero se parte de un suelo muy bajo, ya que, en 2019, se vendió un 1% del volumen y el 2% del valor. No cubre la pérdida del 50% del volumen, indica José Luís Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV).

La afección en el sector ha sido desigual porque el impacto depende de la exposición de las bodegas al sector de la hostelería -las de tamaño medio suelen ser más dependientes de estas ventas y con porcentajes por encima del 50% en volumen-, aunque no es el único factor que ha influido en este descenso, que también se achaca a una menor llegada de turistas a España. Aún sin datos oficiales, encuestas realizadas por el sector apuntan a una caída media de la facturación del 29%. “Confiemos en que haya una recuperación” de cara a la Navidad, campaña en la que “nos jugamos entre el 20% y el 25% de las ventas”.

Junto con el vino, otro de los sectores afectados es el cava tanto por las menores celebraciones en hostelería -bodas, bautizos, comuniones, comidas o cenas de empresa, reuniones de amigos, etc.- como en casa por las limitaciones en el número de personas que puede haber en el hogar. Las ventas han caído en torno al 10% y “esperamos a fin de año no empeorar ese descenso, aunque dependerá de las medidas o restricciones” de cara a la Navidad, campaña que tiene un especial peso porque en un mes o mes y medio se concentra el 30% de las ventas, según explica Javier Pagés, presidente del Consejo Regulador de la DOP Cava, que concentra a 380 bodegas -algunas tienen una exposición del 80% a este sector que supone de media entre el 40% y el 50% de las ventas en España-, y que producen unos 250 millones de botellas. El impacto negativo del Covid-19 se suma a un año “especialmente duro en vitivinicultura” por las afecciones causadas por la mildiu, que ha “reducido el rendimiento de la viña”.

Los productos ibéricos tampoco se han librado de la caída de ventas, sobre todo, en hostelería, que supone alrededor del 30% de la comercialización. “Se ha producido una bajada importante por la restauración y el turismo, pero ha aumentado el 40% el consumo en los hogares en los primeros seis meses, aunque no compensa la bajada”, afirma Antonio Prieto, responsable sectorial de UPA y presidente de ASICI (Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico). Desde Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, el presidente del Grupo de Trabajo Ibérico, Agustín González, apunta que las ventas han caído un 50% porque el consumo en Horeca es “cero”, a lo que se suman los efectos del empleo y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, entre otros factores, como el probable descenso también de los regalos de empresa. Una situación que lleva a estimar unas pérdidas en el sector ganadero español de alrededor de 250 millones de euros este año.

Pendientes de la Navidad

El sector apela al consumo en los hogares durante la campaña de Navidad -supone entre el 40% y el 50% de la comercialización- para dinamizar las ventas. “En diciembre, los productos ibéricos se han consumido siempre en casa. Este año, tenemos la esperanza de que vaya a más y se gaste más porque las personas están confinadas y se ha gastado menos en comidas con amigos o de empresa”, añade Antonio Prieto, quien incide que se está apostando en el sector por el canal online.

La caída de las ventas no es el único impacto negativo. Los criadores de cerdo ibérico también están viendo cómo bajan los precios, que “han pasado de 20 o 22 euros que valía la arroba a 10 o 12 euros. Luego subieron en julio a 15 o 16 euros y, ahora, hay incertidumbre”, indica el responsable de UPA y de ASICI. Las pérdidas pueden rondar en torno a los 150 euros por ibérico puro de montanera, 100 euros de cebo de campo y 50 euros en ibérico de cebo. “La pandemia nos va a repercutir en el precio final. Obtendremos entre un 20% y un 25% menos de valor”, asevera Miguel Villafaina, ganadero en Jérez de Caballeros (Extremadura) y de cuya explotación salen productos como el jamón de bellota. “Dependiendo de las ventas que se produzcan en este mes o mes y medio, nos va a repercutir en cuanto a precio. Y ese 25% puede alcanzar el 30%, pero no más”. Y, aunque observa la caída con cierta preocupación, confía en el aumento de ventas en Navidad porque “son productos de alta calidad y que solo se producen aquí. Quien lo ha comprado años atrás, lo va a seguir comprando igual este año, aunque puede disminuir en hostelería por el menor número de celebraciones”.

El vacuno es otro de los afectados porque de los tenernos salen partes nobles como el solomillo o el entrecot, que son habituales en el consumo de restaurantes o en celebraciones. “A partir del 13 de marzo, hubo un despegue importante por el aprovisionamiento, pero luego se pararon las ventas”, en gran parte, por el cierre de la hostelería, asevera Anabel Cases, que está al frente de una explotación de bovino de cebo en La Litera (Huesca) y es miembro de la Junta Directiva de Asaja Huesca. Las exportaciones se reactivaron en el mes de abril y “el precio era atractivo para terceros países como Argelia o Libia, pero no para el productor”.

No se cubren costes

Cases explica que con la nueva ola de la pandemia la situación se ha agravado porque se ha cerrado el canal de hostelería, se está produciendo una especulación de la materia prima (piensos) y hay poca venta. “Con el precio no se cubren costes”, estimándose una pérdida medida por ternero de entre 120 y 150 euros.

El sector de los frutos secos arrastra caídas de precios del 35-40%, pero fundamentalmente por la entrada de producto californiano y al aumento de la producción, expone Bernardo Funes, de COAG. La campaña navideña, tradicionalmente un revulsivo para el sector por el consumo de almendra española para turrones y dulces, no parece que vaya a cambiar la situación.

El sector del turrón factura entre el 80% y el 85% en Navidad, jugándose esta campaña alrededor de 250 millones de euros. “Este ejercicio es especialmente difícil predecir cómo será el desempeño en la campaña navideña, ya que va a depender mucho de cuál sea la situación en cuanto a movilidad y restricciones se refiere. En este sentido, las posibilidades que tengamos, o podamos tener, de relacionarnos en estas fiestas influirán mucho en el consumo de este tipo de productos, tan vinculados a los encuentros de familiares y amigos”, incide Rubén Moreno, secretario general de la Asociación Española del Dulce.

Situación más favorable se vive en el IGP Ternasco de Aragón. “La hostelería nos afecta, pero hemos diversificado y se ha intentado colocar en el mercado lo justo. Al mes de septiembre, íbamos un 2% por debajo del año pasado -se comercializaron casi 200.000 canales que equivalen a unos 2,2 millones de kilos de carne de ternasco- señala Patricio Pérez, secretario del Consejo Regulador de la IGP. Una de las estrategias es continuar apoyando a bares y restaurantes que están dando el servicio de take away dándoles visibilidad a través del canal online.