Pedro Barato, Presidente nacional de Asaja: “Contratar parados con prestaciones para cubrir la mano de obra en el campo no es el sistema”

Pedro Barato ha pasado el confinamiento en su finca de Ciudad Real. Pese a que advierte de los problemas de cobertura, la conversación no se corta y sus mensajes llegan diáfanos y claros. “Tener que coger desempleados que mantengan la prestación cuando vamos a llegar a 5 millones de parados no es el sistema”, afirma

¿Como se ha comportado el sector agroganadero durante la crisis del coronavirus?

Una vez más ha demostrado que es un sector esencial, solidario, que en plenas manifestaciones sacó los tractores de las carreteras para sumarse a la desinfección de pueblos, explotaciones y a apoyar en todo lo que se le pedía. Mejor no se ha podido comportar y creo que ha sido ejemplar. Manteniendo además la actividad, inicialmente como hemos podido, porque aquí hay algo fundamental: muchas veces el legislador hace cosas sin entender que el campo es un sector vivo y no se puede parar porque no es un ordenador, una cadena de montaje. Pese a esos obstáculos que tuvimos, y que seguimos teniendo de alguna manera, como la falta de mano de obra, ha dado una gran muestra de mayoría de edad y de responsabilidad.

¿Qué debemos aprender de esta crisis sanitaria?

Algo importantísimo y este mensaje vale tanto para el Gobierno como para la Unión Europea. Muchas veces somos cortos de memoria. La Política Agrícola Común nació porque veníamos de dos guerras mundiales y se puso en marcha para asegurar alimentos a la población. Por tanto, lo que tienen que aprender es que es estratégico de verdad, que no se trata de una simple palabra y no valen dilaciones ni componendas ni afrontar las cosas con un “ya veremos”. Me gusta decir que el sector agrario es el que mejor utiliza la medicina de la prevención: hay que prevenir, hay que tener recursos suficientes, hay que tener abastecidos a los ciudadanos y eso es lo más importante que ha hecho el sector agrario en esta crisis. En segundo lugar, el sector agrario es el gran olvidado y cuando abrimos el frigorífico, detrás del tomate, la lechuga o el litro de leche, no está el supermercado, sino que hay muchas familias, muchos agricultores, mucho esfuerzo para que eso sea posible y esté al alcance de la mano de los ciudadanos, de un hospital, o de una residencia de ancianos. Hay que estar convencido de que el sector agrario es estratégico. Po eso una de las cosas que le pedía al ministro de Agricultura fue una campaña para poner en valor lo que ha hecho, lo que hace y lo que va a seguir haciendo el sector agrario español.

¿Ha cambiado la imagen del sector ante la sociedad?

Sí ha cambiado un poco porque mucha gente ha visto el trabajo de los sanitarios, de los transportistas y de todos esos agricultores que han puesto los alimentos en los canales de distribución. Pero hay que seguir insistiendo porque las cosas se olvidan y no se pueden olvidar. Hay que estar permanentemente diciendo lo importante que es el sector y cómo se ha comportado.

Usted ha dicho en muchas ocasiones que el sector agrario contribuyó como ningún otro a superar la crisis económica de 2008. ¿Ocurrirá también en esta ocasión?

En 2008, el sector agrario hizo dos cosas importantísimas. Asimiló mano de obra de sectores que sufrieron una hecatombe como la construcción y se puso a trabajar, a trabajar y a trabajar, no sólo para que el consumo interno no se resintiese, sino para que las exportaciones españolas creciesen y superasen los 50.000 millones de euros. Ahora estamos dispuestos a mantener el consumo interno y a seguir exportando, pero para eso necesitamos que las medidas que se pongan en marcha no tarden como están tardando, fundamentalmente las que vienen de la Unión Europea, que estamos viendo que está bastante enferma a la hora de tomar determinadas decisiones. Y máxime, con este comisario que parece no entender que hay diversas agriculturas en Europa y la nuestra, la del sur, por sus condiciones climatológicas, requiere decisiones urgentemente. Yo me hago una pregunta. ¿Si la crisis que estamos teniendo en el Sur de Europa hubiese azotado a sectores con producciones en el norte de Europa qué hubiera ocurrido? Entre esas decisiones está la de romper el veto ruso, pero para nosotros es fundamental en cuanto a las exportaciones de frutas, y hortalizas, vino. El sector agrario fue clave en el 2008 y lo será ahora para afrontar la recuperación de esta crisis.

Pese a que se ha mantenido la actividad, hay algunos subsectores que tampoco han escapado a los efectos del Covid-19 ¿Dónde están los principales problemas?

Fundamentalmente en los sectores ganaderos -caprino, ovino e ibérico-, en el vino, el aceite, la patata o los problemas que ha habido con la mano de obra en las campañas del espárrago, la cebolla. Estamos hablando de pérdidas millonarias que pueden abocar a muchas explotaciones a tener que cerrar.

¿Desde el Ministerio se están arbitrando las medidas necesarias?

Se están modificando partidas presupuestarias, pero no está habiendo un incremento de dinero por ningún lado. Se están cambiando los cromos. El sector lo que necesita es un Plan de Choque económico pero que nadie piense en tocar los fondos de la PAC, sino que tienen que ser partidas que vayan en paralelo y que sean distintas. No vale que se coja dinero de la Política Agrícola Común para hacer parches, sino que hace falta una línea de financiación de la UE y que las medidas de mercado, las que son de intervención de productos como el cordero, el vacuno, el ibérico, la leche, la mantequilla, a las que ya han dicho que sí, tengan partidas presupuestarias. Si lo que te dicen es que con los fondos del vino hagas lo que puedas, mal vamos. Para un acontecimiento extraordinario hay que exigir un fondo extraordinario.

¿Se están aprovechando de esta crisis algunos operadores para bajar los precios?

Siempre hay desalmados que se aprovechan y no tienen entrañas a la hora de comprarle al agricultor. Lo hemos visto con el ovino, con la leche, con la cebolla y con otras producciones. Ahí tiene que haber una vigilancia exhaustiva para que no se cometan abusos, pero no es una situación generalizada.

Los datos muestran que el sector agrario y ganadero no eran los culpables de la contaminación. ¿Servirá para que la agricultura se quite definitivamente ese estigma?

Debería hacer pensar a alguna ministra que ha utilizado mucha demagogia y muchos fondos públicos para decir que el sector agrario era el contaminante, y en particular el sector del vacuno. El sector ganadero no llega ni al 7% de las emisiones en toda la UE y esa ministra debería reflexionar para que se dé cuenta de que con las cosas de comer no se puede jugar y que, si hoy no tenemos prácticamente contaminación, hay que mirar a otros sectores como los causantes.

La pandemia del coronavirus llegó en pleno proceso de movilizaciones del sector. ¿Continuarán en otoño?

A lo mejor no llegamos ni a otoño. Ya hay territorios que han anunciado retomar las movilizaciones cuando se pueda para temas como el aceite de oliva, un gran cultivo al que dar una solución.

¿Hay que reforzar la soberanía alimentaria de la Unión Europea?

Es fundamental que, si la única política común realmente que queda en Europa es la agrícola, todos estos agoreros con tintes verdes y ecológicos que no tienen ningún conocimiento ni han visto el campo más que por la televisión, reflexionen porque el sector agrario es muy dinámico, ocupa el 80% del territorio. También en el empleo, y aunque es cierto que tenemos que ser solidarios con quien tenga necesidad, no me gusta la cultura de dar dinero por no hacer nada. Cuando hay actividad hay riqueza y se reparte para todos.

La bolsa de Empleo que ha puesto en marcha Asaja ha sido un éxito

Ha sido un éxito y se ve como si se le quita todo el complemento burocrático y de enredo de papeles, los contratos de trabajo se pueden hacer mucho más fáciles. Y nos tiene que hacer reflexionar sobre que haya que coger desempleados que mantengan la prestación cuando vamos a llegar a 5 millones de parados porque creo que ése no es el sistema.