El Covid-19 aumenta costes y frena las ventas a China

El sector agrario y alimentario ha notado una ralentización en las exportaciones a China, que se ha traducido en importantes caídas en las ventas en sectores como el vino y un importante aumento de los fletes

El Covid-19 ha paralizado durante meses la economía de China, afectando a las relaciones comerciales que se mantienen con el sector agrario y alimentario. El impacto económico ha sido diferente según el producto de alimentación o agrario, aunque en general todos los sectores coinciden en señalar dos principales afecciones: el aumento del precio de los fletes al país chino y una ralentización de las ventas.

“Está habiendo bastantes inconvenientes con las navieras porque los contenedores que necesitan suministro eléctrico para mantener la temperatura se encuentran con dificultad y hay problemas para poder estar enchufados en China. Además, las navieras han subida un 50% las tarifas de transporte. Tampoco se garantiza la fecha ni el puerto de entrega. A veces se deriva a otro puerto distinto del de destino y hay complicaciones en la descarga. La exportación se ha complicado mucho en todos los sectores tanto de productos perecederos como de no perecederos, aceite, frutas, hortalizas, etc.”, explica Agustín Herrero, director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, quien incide que estas dificultades se hacen extensivas a todo el Sudeste Asiático porque el Covid-19 se ha extendido.

El aumento de los precios de transporte al país chino es considerable en el sector cárnico. Según los datos facilitados desde la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (FECIC), las empresas han visto subir en cuatro céntimos por kilo los fletes. Un incremento que, teniendo en cuenta una exportación de 600.000 toneladas a China, supone un sobrecoste de 24 millones de euros.

La leche, producto imprescindible

Desde Interporc, su director de Internacional, Daniel de Miguel, confirma problemas logísticos en las exportaciones a China y Corea porque “los contenedores tardan más en poderse despachar de entrada, aunque esta situación ha mejorado en los últimos días. Hay menos contenedores disponibles que vienen de estos países y menos disponibilidad para cargarlos de carne y, evidentemente, las navieras han aplicado como una tarifa que hace que el precio de venta sea menos competitivo. Es una situación que parece va mejorando”.

En el sector lácteo, este encarecimiento también supone un inconveniente porque “una gran parte de nuestra competitividad en China es precisamente lo barato que eran los contenedores de retorno al país”, asegura Luís Calabozo, director general de Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL), quien apunta a su vez problemas con la actividad portuaria porque “los empleados de aduanas estaban confinados en sus casas y esto hizo que en varios puertos hubiera problemas con la mercancía que llegaba en barco y en la descarga y, a partir de ahí, que hubiera dificultades en el flujo de abastecimiento, aunque las autoridades chinas -al ser un alimento imprescindible-, han tratado de mantener los flujos de manera rápida y urgente”.

Los problemas también los ha sufrido la alfalfa. “El precio ha aumentado mucho. En nuestro producto -que no es de un grandísimo valor añadido-, si el flete no es barato, ya no salen los números. Nos va a complicar mucho las exportaciones a China -donde las ventas estaban aumentando-, y a todos los mercados como Oriente Medio y Emiratos Árabes”, asevera Luís Machín, director gerente de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), quien reconoce el “bajón en los movimientos comerciales”.

El vino es uno de los sectores que más se ha visto afectado por la paralización de la economía china. “Del cuestionario que han respondido nuestras bodegas, se puede extrapolar el daño producido en las ventas. “El 94% de nuestras bodegas se ha visto afectadas por la situación de China. De ellas, el 42% califica la situación de grave o muy grave. A casi la mitad de las bodegas les ha afectado mucho”, afirma José Luís Benítez, director de la Federación Española del Vino (FEV).

La pérdida de ventas se cifra en torno al 80% en los meses de enero y febrero de 2020 en comparación con el mismo período de 2019. Además, el 15% de las bodegas afirma que ha perdido más de 100.000 euros en exportaciones en ese período, superando la cantidad de un millón de euros entre todas las bodegas que han contestado la encuesta. Incluso, hay empresas bodegueras que han visto caer las ventas un 100% en enero en términos interanuales, mientras que en febrero -aunque aún quedaba una semana para acabar el mes cuando se respondió la encuesta-, han descendido en el 90%. “En términos económicos, una bodega nos ha comentado que, en relación a un importador exclusivo, las compras han pasado de 300.000 euros en enero-febrero de 2019 a 2.000 euros en el mismo período de 2020”, añade Benítez.

Parón muy grande

El sector del vino mira al segundo trimestre del año con la esperanza de que la situación se normalice, pero la realidad es que “ha habido un parón muy grande porque el mayor consumo de vino de calidad y envasado se produce con la celebración del Año Chino durante el que, en esta ocasión, no ha habido consumo”. Esto se ha traducido en una falta de nuevos pedidos o cancelación de los que estaban ya en marcha, así como en la retención de mercancías o paralización de envíos en origen.

Otro de los sectores afectados es el lácteo, que envía principalmente al gigante asiático y, en menor medida leche en polvo y quesos, con 15.839,4 toneladas de productos lácteos en 2019. “China es un mercado importante para todos los proveedores de la Unión Europea. El mayor problema que vemos es que la ralentización, cuando no el bloqueo en los puertos, hace que aumente el stock en Europa. Esto acabará con un exceso de oferta en el mercado europeo, que pasará a España y habrá problemas para el sector y la industria y, probablemente, para toda la cadena de valor”, afirma Luís Calabozo, director general de FENIL.

Menos preocupante parece la situación en el sector cárnico. Desde la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (FECIC), señalan una ralentización de las exportaciones, aunque “es asumible por las empresas” y “parece que se va recuperando”.

La llegada del Covid-19 a Europa también ha generado trabas a las relaciones comerciales, sobre todo en Italia, tanto en exportación como en importación por todos los controles que se están haciendo. Las dificultades sobre todo se concentran en el mercado de vacuno en vivo para exportar, aunque por otro lado Italia tiene problemas en hortofruticultura, lo que está haciendo que se incremente la demanda de frutas y hortalizas. Fuera de Italia, en general, hay normalidad e, incluso, se observa una demanda ligeramente creciente en los mercados de Francia, Alemania o Países Bajos, entre otros.

En el caso de España, se está notando un repunte del consumo de frutas y hortalizas por la fuerte demanda. “La distribución está aumentado la demanda de cítricos, aceite de oliva, arroz, patatas, cebollas y otros productos menos perecederos y no perecederos”, señala Agustín Herrero, quien explica que las cooperativas han tenido que ampliar los turnos de trabajo para suministrar toda la demanda, reafirmando “nuestro compromiso de siempre, pero ahora más, por ofrecer productos de calidad, seguros y saludables y por mantener el suministro”. Pese a ello, en algunos casos como el arroz hay problemas para abastecerlo ante la explosión de demanda y como consecuencia del límite de la capacidad productiva. Por el contrario, en el canal Horeca, se estima una disminución -principalmente en el sector del vino-, por el Estado de Alarma y la suspensión de fiestas como, por ejemplo, la Semana Santa.

De momento, en el sector lácteo se detecta “tirón” en el mercado interior, cubriéndose la demanda a pesar del efecto de acaparamiento de alimentos. No obstante, se prevé que se pueda producir una disminución por el cierre de colegios, comedores y restauración. En el porcino, la demanda continúa, pero también existe preocupación por la incertidumbre ante esta pandemia.

Desde Cooperativas Agroalimentarias también muestran su preocupación “por lo que pueda suceder y cómo va a evolucionar. Hay mucha inquietud en todo lo que tiene que ver en fabricación y la logística ante un positivo por Covid-19 en las fábricas alimentarias, mataderos, central hortofrutícola, puertos, logística, etc., y la posible repercusión a los productores en origen”.

El coronavirus también está repercutiendo en las cotizaciones internacionales de productos como, por ejemplo, la leche en polvo. “Se ha producido una caída importante de los commodities lácteos”, señala Luis Calabozo, de FENIL. Un descenso considerable que ha quedado reflejado en el mercado de futuros de lácteos de Nueva Zelanda con la subasta GlobalDairyTrade (GDT).

Otro de los efectos del coronavirus es que empresas y organizaciones han tenido que aplazar las diferentes acciones comerciales que se iban a realizar en China, además de dejar de asistir a ferias clave. Una situación a la que ahora hay que añadir la cancelación de eventos feriales en Europa y España. Por ejemplo, AEFA ha cesado la actividad promocional y no ha acudido -por su anulación- a Agriteq, que se iba a celebrar en Qatar el 16 de marzo. Tampoco asistirá a China a la feria láctea que se iba a celebrar en julio en Wuham.-