Reutilización de agua en el sector agrario, nueva legislación en la UE

La aprobación del Reglamento (UE) 2020/741 del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a los requisitos mínimos para la reutilización del agua confirma la apuesta decidida de la Comisión para optimizar los recursos hídricos disponibles en el territorio de la UE. Se ha constatado que siendo una muy buena alternativa para mejorar el uso del agua disponible, no se está poniendo en práctica por parte muchos Estados miembros y por ello el Reglamento (UE) 2020/741 ha planteado opciones, que, desde la flexibilidad, garantizarán una mayor aplicación de estas medidas. Además, debemos tener en cuenta que todos los países tienen tres años para implementar las medidas, dado que será aplicable a partir del próximo 26 de junio de 2023.

Entre los aspectos más destacables de esta nueva medida legislativa, destacan la utilización de tecnologías eficientes en el uso del agua por las industrias; el control de los nutrientes presentes en las aguas reutilizadas y de los riesgos en las aguas regeneradas; la ausencia total de Salmonella o tener en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible y los microplásticos.

En cuanto a las tecnologías eficientes en el uso del agua por las industrias, el nuevo reglamento europeo incide en que no sólo se trata de lograr sistemas de reutilización del agua, sino que es necesario que la reutilización se plantee a través del fomento de las tecnologías más eficientes en el uso del agua en la industria y las técnicas de riego que permiten el ahorro de agua además de todas aquellas medidas complementarias que desde los Estados miembros se puedan promover.

Respecto al control de los nutrientes, es necesario su control en el agua regenerada. El aprovechamiento de las aguas tras su reutilización dará lugar a la recuperación de los nutrientes y por tanto es una alternativa para que se puedan devolver elementos como el nitrógeno, el fósforo o el potasio a los ciclos biogeoquímicos naturales. En otros casos la lectura ha de ser la inversa, es decir, habrá de controlarse el posible exceso de estos elementos químicos para que no se produzca la eutrofización del suelo y de las masas de aguas superficiales y subterráneas.

En relación al control de riesgos en las aguas regeneradas, la aplicación de las técnicas para reutilizar el agua conlleva la obligación para los responsables de las instalaciones dedicadas a ello de la elaboración de un plan de gestión de riesgos de la reutilización del agua.

Para la preparación de estos planes de gestión de residuos, se trabajará con una evaluación de los riesgos cualitativa o semicuantitativa considerando la información existente. En todos los casos debemos considerar como mínimo en la evaluación de riesgos la regulación aplicable sobre: Reducir y prevenir la contaminación del agua producida por nitratos (Directiva 91/676/CEE); las zonas protegidas reservadas al agua destinada al consumo humano (Directiva 98/83/CE); la prevención de la contaminación de las aguas subterráneas (Directiva 2006/118/CE); los requisitos relativos a la protección del medio ambiente, y en particular de los suelos, cuando se utilicen lodos de depuradora en agricultura (Directiva 86/278/CEE); la higiene de los productos alimenticios (Reglamento (CE) nº 852/2004); la higiene de los piensos (Reglamento (CE) nº 183/2005); los criterios microbiológicos (Reglamento (CE) nº 2073/2005); los contaminantes en los productos alimenticios (Reglamento (CE) nº 1881/2006); los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos y piensos (Reglamento (CE) nº 396/2005 y la sanidad animal (Reglamentos (CE) nº 1069/2009 y (UE) nº 142/2011).

Los microplásticos tienen especial importancia por el riesgo que suponen para la salud humana y el medio ambiente. Teniendo en cuenta su condición de sustancia emergente se han contemplado para que función de los datos que se puedan obtener se integren entre los parámetros objeto de control.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entran de lleno en lo regulado sobre la reutilización de aguas, dado que el planteamiento que se ha aprobado está alineado totalmente con dos de los ODS, en concreto el número 6 y el 9.

El ODS número seis que tiene como objetivo, garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, así como un aumento sustancial en la regeneración y la reutilización segura del agua a nivel mundial, y el ODS número 12 para la producción y consumo responsables, algo que será posible con un mejor uso de las aguas destinadas al riesgo.

En cuanto al seguimiento en la aplicación de la nueva legislación. La importancia de la nueva regulación es muy alta para mejorar la situación en cuanto al consumo y uso de los recursos hídricos en la Unión Europea, ahora bien, teniendo en cuenta que hasta 2023 no será aplicable es primordial que se haga un seguimiento sobre cómo se va aplicando el reglamento. Esta responsabilidad recae en la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Desde la Agencia se publicarán los datos relativos como muy tarde el 26 de junio de 2026 y en lo sucesivo con una frecuencia de seis años. Los Estados miembros aportarán la información necesaria para que se pueda hacer el adecuado seguimiento y mejorar en lo sucesivo la legislación sobre esta materia tan sensible desde el punto de vista medioambiental.

Como conclusión, estamos ante una medida de gran importancia para mejorar la situación en cuanto al consumo de agua en la Unión Europea y además también es una oportunidad para innovar en los distintos sistemas productivos en el ámbito agrario para lograr una agricultura más sostenible. Se trata de llegar a reutilizar hasta 6.600 millones de metros cúbicos anuales en 2025 y por otra parte evitar la extracción directa del 5% de las masas de agua y reservas subterráneas.