“Hay que comer lo nuestro y no lo que llega tras 20 días en un barco”

Con muchísimo esfuerzo de las empresas y con muy buena respuesta de los trabajadores” a las medidas impuestas por la pandemia. Así ha arrancado hace dos semanas en los campos extremeños la recogida de la ciruela, una de las frutas de temporada que llega con más fuerza a nuestras mesas con el verano a las puertas. Hablar de ella nos lleva, inevitablemente, a la que es la primera región productora de todo el hemisferio Norte, esa Extremadura de la que saldrán esta campaña unas 80.000 toneladas de ciruelas negras, rojas y amarillas en sus diferentes variedades. La meteorología, no del todo benévola, mermará las 100.000 toneladas de una considerada buena campaña, augura Natalio Caballero Fuentes (59 años), uno de los mayores conocedores de este producto y de la fruta de hueso.

Natural de Calamonte, el director gerente de Grupo Catalá aterrizó hace apenas medio año en la presidencia de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex) con dos grandes objetivos: “un asociacionismo más fuerte y el fomento del consumo local”. “Hace poco conocí el Sudtirol, en el norte de Italia, y allí el 80% de la producción de manzana se queda para el consumo local”, dice con cierta envidia después de subrayar que “el 70-80% de la ciruela extremeña es exportada a 50 países de cuatro continentes” y que es fundamental “mentalizar a los gobiernos de que hay que luchar por comer lo nuestro y no productos que llegan después de 20 días en un barco”.

Precisamente, Afruex estrenó hace tres campañas CiEx Ciruela de Extremadura, un sello que nació amparando a ocho variedades para “volver a vender por calidad”. “La globalización nos empujó a ser más competitivos y perdimos cuota de mercado”, afirma; ahora, los productores extremeños quieren volver a conquistar con una ciruela sabrosa, que encuentra su razón de ser en una “zona privilegiada -con fríos que ayudan a que la yema no caiga y con dosis de sol que la aportan buena cantidad de azúcar y más color” que a otras competidoras-, y recogida en el momento de maduración idóneo para su consumo, no en el que impone el mercado. Una fruta que, además, cuenta con una aliada de excepción: la abeja. Y es que, en marzo y abril los productores extremeños ayudan a la floración y el cuaje con panales alquilados a apicultores de la zona para beneficio de unos y otros.

Para tan singular producto, Afruex buscará en 2021 la IGP. “Es el futuro, si no somos capaces de lograrlo no seremos capaces de recuperar la calidad que siempre nos ha caracterizado y que históricamente ha dado a Extremadura un puesto de privilegio en la producción de ciruela”, rubrica.