“Cuando se abre la nevera, nadie se pregunta de dónde vienen los alimentos”

El presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, abordó los principales retos del campo durante un encuentro virtual con el Consejo Asesor de ‘elEconomista Agro’

El presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, y los integrantes del Consejo Asesor de elEconomista Agro han mantenido un coloquio online con el dirigente de la principal organización agraria de nuestro país en el que se repasaron algunos de los asuntos más importantes de actualidad del sector primario.

Durante una hora, la directora gerente de la Interprofesional de los Aceites de Oliva de España, Teresa Pérez Millán; el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, Roberto García Torrente; el director general de la Asociación de Empresas de Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar; el responsable del Segmento Agrario de Banco de Sabadell, José Antonio Morante; la directora del Negocio Agro de Banco de Santander, Lorena Ruiz Ponce, el director general de Foro Interalimentario, Víctor Yuste, y la responsable de Comunicación de Ence, Ana de Salas, tuvieron oportunidad de abordar con el dirigente agrario el presente y futuro del sector ante la pandemia del coronavirus, la crisis de los precios en origen, la nueva regulación medioambiental que anuncia la Unión Europea o el papel de la financiación bancaria en la situación excepcional que ha vivido nuestro país.

Pedro Barato reconoció sentirse “muy satisfecho” tanto en su calidad de empresario agrario como en la de presidente nacional de Asaja de la respuesta de los agricultores y ganaderos ante la crisis sanitaria del Covid-19. “Estábamos en una situación muy dura y en plenas movilizaciones no necesitamos ningún decreto ley para irnos a casa de manera responsable y además ponernos a desinfectar las calles”.

Un reconocimiento que Víctor Yuste amplió a todos los eslabones. “Los agricultores han pasado de manifestarse en las calles a desinfectarlas de forma altruista, la industria se ha volcado haciendo donaciones de EPI, o la distribución ha hecho también grandes donaciones a Bancos de Alimentos, ONG. Hay un cúmulo de acciones que muestra el comportamiento ejemplar de toda la cadena y que ha garantizado con gran eficiencia y responsabilidad el abastecimiento de alimentos a toda la sociedad”, afirmó. Barato coincidió en que “en estos dos meses la cadena ha funcionado perfectamente, aunque luego nos peleemos”.

Roberto García Torrente defendió que la pandemia ha servido para visibilizar al sector: “Antes de que comenzase todo el problema del coronavirus, uno tenía la impresión de que el agricultor era el gran invisible de la sociedad, producían alimentos, pero casi no sabíamos de dónde venían”. Algo en lo que coincidió Barato, quien advirtió que todavía queda un gran camino por recorrer. “Cuando abres la nevera y sacas la leche, un pepino o una botella de vino nadie pregunta quién lo ha hecho y todo el mundo cree que ha estado ahí siempre, pero detrás hay un esfuerzo enorme de toda la cadena. Todo esto no ha sido valorado suficientemente y si durante el confinamiento hubiesen faltado los alimentos, tal vez hoy el sector agrario tendría otra prensa y otro reconocimiento”.

La estrategia De la granja a la mesa presentada recientemente por la Comisión Europea fue uno de los asuntos que capitalizó la reunión. “Lo que viene es más sostenible, más verde y todo eso está muy bien como filosofía, pero nadie ha hecho un estudio de las consecuencias que puede tener reducir el 50% los fitosanitarios, un 20% los fertilizantes, dejar sin cultivar un 10% de tierra agrícola, etc.”.

El dirigente agrario, muy crítico con la “escasa sensibilidad” del comisario Janusz Wojciechowski, con la agricultura del Sur de Europa, se mostró confiado en que finalmente se puedan “amortiguar” los planes de la UE. “Aplicar esto es bastante difícil. Se lo he transmitido al ministro: si ahora resulta que los problemas de la alimentación lo vamos a arreglar con esta locura De la Granja a la Mesa... Defiendo los mercadillos, pero en España como nos tengamos que comer las naranjas, el vino o los pepinos en los mercados de proximidad van a sobrar bastantes”.

Carlos Palomar de Aepla, reconoció que esta Estrategia genera incertidumbre en las empresas del sector de los fitosanitarios. “¿En qué invertimos? Durante la pandemia nos hemos dado cuenta de que la sanidad, tanto humana, animal o vegetal, requiere mucho de prevención, de investigación, de preparación porque correr para tratar de apagar fuegos es lo peor. No se puede hacer demagogia y tenemos que ser rigurosos para estar preparados y tener el motor de la I+D a punto”.

En su opinión, la “tozuda realidad” se impondrá como ya ha ocurrido en Dinamarca o Francia, que pese a endurecer la legislación ha aumentado el uso de sustancias fitosanitarias. “Para responder a las amenazas que tenemos, que son ciertas y continuas, debemos tener un sector de innovación importante público-privado y que nos dejen funcionar, que las regulaciones no sean un freno al desarrollo de nuevas soluciones sino un fomento”, apuntó.

García Torrente también reconoció que con la Estrategia “la sensación es que estamos hablando de cómo producir alimentos sin contar con quienes los producen. Se plantean unas cifras mágicas en función de si los productos tienen más o menos mala fama, pero no parece que haya criterios objetivos o técnicos para saber si se pueden conseguir y en qué plazo”. Para poder llegar a una reducción tan significativa “hace falta que transcurra un tiempo en el que también hay que rejuvenecer el sector agrario porque a los mayores de 60 años les costará mucho trabajo poner en marcha las tecnologías que habrá que aplicar y algunas ni siquiera están desarrolladas. Se han establecido unos objetivos sin saber ni si son alcanzables ni las consecuencias que pueden tener”.

Teresa Pérez Millán planteó a Barato el impacto que sobre el olivar puede tener el objetivo de la CE de alcanzar un 25% en ecológico ya que este cultivo, recordó, si se incluye en el cálculo la superficie existente la producción integrada, España estaría sólo a dos puntos de ese objetivo. El dirigente agrario defendió que la producción ecológica puede ser una solución al olivar tradicional, “de baja producción”, pero advirtió de que hay que tener fondos, canales de distribución adecuados y presupuesto.

Pese a que el sector agrario ha sido uno de los que ha mantenido la actividad, muchos han sido los sectores que han sufrido los graves efectos del confinamiento y del cierre de la hostelería: el cordero, la leche, el aceite, el porcino, el vino o la flor cortada. En algunos, las medidas implementadas por el Gobierno, afirmó Pedro Barato, también presidente de la Interprofesional de los Aceites de Oliva de España, “van por el buen camino, pero hace falta dinero porque es como se arreglan los problemas del campo”.

El dirigente agrario defendió la competitividad del campo español en producciones como frutas y hortalizas o el aceite de oliva para afrontar los vaivenes de un mercado globalizado amenazado por los aranceles o el Brexit. “A nosotros no nos da miedo competir, somos líderes en frutas y hortalizas o aceite de oliva, pero las agresiones que estamos teniendo en el sector agrario no son solamente de importaciones y exportaciones. Si una dirigente política española recomienda no consumir productos españoles es una auténtica barbaridad. Si la ministra de Trabajo te saca un plan de inspecciones laborales que tarda en llegar a los mercados de todo el mundo unos segundos todo eso te machaca”.

Durante el encuentro también se puso en valor el papel de las entidades financieras para afrontar la crisis. “El esfuerzo que está haciendo la banca es muy de agradecer no sólo para el sector sino también para toda la sociedad. Al final esto es la cadena” señaló Pedro Barato.

En este sentido, el responsable del segmento Agrario de Banco de Sabadell, José Antonio Morante, aplaudió las iniciativas como el encuentro virtual organizado por elEconomista “porque nos facilita marcar nuestras políticas de actuación”. Morante rechazó que “los bancos seamos los malos de la película” sino más bien al contrario. “Nosotros hemos realizado un gran esfuerzo y un buen papel con los avales ICO durante la pandemia, teniendo que afrontar situaciones complicadas, por ejemplo en el sector del vino, muchas bodegas con una trayectoria excelente, pero con sus ventas concentradas en el canal Horeca, ahora pasan por una difícil situación.”

Para Lorena Ruiz Ponce, de Banco de Santander, “los bancos en esta crisis hemos sido parte de la solución. Nosotros llevamos más de 30 años apoyando al sector, con productos y servicios adaptados a sus necesidades, según el calendario sectorial, y en estos momentos hemos estado, como siempre, muy cerca de todos nuestros clientes. El sector agroalimentario va a ser clave en la recuperación económica de España, hay que apoyar el consumo de productos nacionales y los mercados de proximidad también van a ser muy importantes. Ahí, por ejemplo, estamos haciendo una labor muy importante apoyando a todas las empresas que no tenían ecommerce para acompañarles en la venta online”.

“A todos nos preocupa la situación de muchas empresas y esa es una de las cuestiones que en Cajamar miramos mucho. Hay que ver la urgencia de la inmediatez, de la liquidez, pero muchas veces las soluciones tienen que ser a largo plazo. Tanto para las épocas complicadas como para las buenas la financiación es fundamental”, afirmó su responsable de Innovación Agroalimentaria, García Torrente, quien añadió que “la UE debería preocuparse más por la alimentación del futuro. El stock de cereales de China equivale a un año de consumo, en EEUU, a una cuarta parte del año, en Europa menos del 10%”.