Necesitamos cooperar porque España y los Países Bajos están a la cabeza en agricultura sostenible

Los sectores agroalimentarios de los Países Bajos se renuevan constantemente, contribuyendo de forma decisiva a la prosperidad del país. Son profundamente innovadores lo que les conduce a ser líderes a nivel mundial. Su capacidad para reinventarse es muy destacable, a la vez que se convierten en imprescindibles. Al fin y al cabo, agricultores, ganaderos y pescadores son quienes alimentan al mundo. Con una población mundial que, en 2050, se espera alcance los 10.000 millones de habitantes, el reto de alimentarlos a todos sigue más vigente que nunca.

La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 nos está mostrando, por un lado, la vulnerabilidad de nuestro sistema alimentario, mientras que, por otro, nos está haciendo apreciar aún más el disponer de suficiente cantidad de alimentos saludables para todos. Esto último es lo que indica el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2: hambre cero. Los Países Bajos colaboran plenamente en la consecución de este ODS como del resto de los que en su día aprobó Naciones Unidas. Por esta razón, personalmente estoy plenamente de acuerdo con la elección del World Food Programme para el Premio Nobel de la Paz de este año.

La responsabilidad de alimentar al mundo es una tarea compartida. Quienes, como nosotros, cuentan con mayores ventajas, pueden y deben asumir también mayores cuotas de responsabilidad en cuanto al futuro de la agricultura. Y es que, por buenos que sean nuestros resultados, el modo de producir alimentos es cada vez más desequilibrado. Estamos exigiéndole al planeta más de lo que puede darnos. Este modelo es insostenible. Es necesario actuar con más cautela en el uso de materias primas, recursos y medio natural. Debemos pasar de la exigencia continua en la bajada de los costes productivos a la optimización de los recursos existentes cuando son empleados para producir alimentos, siempre en plena armonía con la naturaleza. Hay que reducir de forma continuada el uso de materias primas mediante un aprovechamiento más eficiente en ciclos. Será en ese momento cuando la agricultura forme parte de un sistema alimentario circular. La transición a una agricultura circular implica un cambio de paradigma que va desde el persistente aumento de los volúmenes de producción y una reducción de los costes, hasta la optimización en el uso de los recursos existentes para la producción de alimentos en armonía con la naturaleza.

Este concepto forma parte de una estrategia más amplia sobre Economía circular, que mi Gobierno anunció en 2016, cuyo reto es que todos los sectores económicos neerlandeses alcancen una economía basada en principios circulares en 2050. Junto a los interlocutores sociales, el primer paso es lograr en 2030 el objetivo intermedio de una reducción del 50% en el uso de recursos naturales primarios -minerales, fósiles y metales-. El Gobierno neerlandés ha identificado cinco temas prioritarios dentro de este programa: biomasa y alimentos, plásticos, manufacturas, construcción y bienes de consumo. El tema relativo a la biomasa y los alimentos está centrado en la circularidad.

Es un reto bastante ambicioso si consideramos, que, dentro de la Estrategia española para una economía circular, que publicó MITECO este año, se establece la reducción del 30% en el consumo de materiales en relación al PIB, a conseguir entre 2020 y 2030. Más importante que comparar países es la cooperación entre países. España y los Países Bajos destacan por sus sectores agroalimentarios y ambos forman parte de los países comunitarios con ideas más avanzadas sobre una economía verde y la agricultura sostenible.

Necesitamos cooperar porque el medio ambiente no conoce fronteras. Alcanzar los ODS nos obliga a una colaboración multilateral. Estos son motivos adicionales que me animan a buscar continuamente conexiones entre nuestros dos países.

En ambas estrategias nacionales los consumidores también tienen su papel. Y el consumidor es usted. Es importante que no olvide que la producción de alimentos ejerce una gran influencia sobre nuestro entorno. Sin el apoyo y el reconocimiento por parte de los consumidores, los agricultores, ganaderos y pescadores no pueden ocupar una posición en la cadena que les permita percibir ingresos satisfactorios. El valor añadido que la agricultura circular ofrece contribuye a explotaciones más prósperas desde el punto de vista económico; de esta manera los jóvenes podrán hacer frente a un futuro más prometedor.

Un ejemplo de lo que ya se ha desarrollado en los Países Bajos es el sitio web www.platformkringlooplandbouw.nl. En él, el agricultor neerlandés puede encontrar muchas iniciativas ya existentes como inspiración. También aparecen todos los incentivos que el Gobierno de mi país ofrece para una transición a la agricultura circular. La Netherlands Enterprise Agency, por citar otro caso, ofrece bonos para pedir consejo a expertos externos o para recibir formación. En esa misma web se puede consultar el llamado kringlooplandbouwscan donde se explican los pasos importantes para que una explotación en concreto camine hacia una agricultura circular y cómo ponerlos en práctica. Con todo ello, el Gobierno neerlandés pretende atraer la atención de los agricultores para que inicien la marcha hacia la transición, así como ofrecer flexibilidad en cuanto al tipo de cambio que es apto para cada explotación.

En 2019 también se iniciaron nueve proyectos piloto y un décimo dará comienzo muy pronto, con el objetivo de experimentar cómo emplear mejor la PAC para alcanzar una agricultura circular dentro de una realidad agrícola diversa. Esto dará la oportunidad a que los mismos agricultores tomen la iniciativa de una interpretación sostenible de su proceso productivo. Son ejemplos de la estrecha cooperación entre las administraciones públicas, el mundo científico y las empresas, típica manera de enfocar los temas en los Países Bajos, que conocemos como el “triángulo de oro”.